lunes, 9 de mayo de 2022

Homenaje póstumo a tres de los iniciadores del Museo Regional


 La del viernes 6 de mayo fue acaso la jornada más emotiva de los festejos por el décimo aniversario del Museo y Centro Regional de las Artes. Esa noche se rindió un homenaje póstumo a tres de los personajes que colaboraron en la organización y el aporte de piezas para las salas de exposición permanente del Museo: el arquitecto Francisco José Belgodere Brito, el arqueólogo Otto Schondube Baumbach y el promotor cultural Carlos Mardueño Velázquez. El acto comenzó a las 20:15 horas, con la asistencia de unas 80 personas reunidas en el salón de usos múltiples.

Antes del homenaje luctuoso tres de los integrantes del patronato del Museo compartieron su opinión y experiencia sobre los orígenes y los inicios de este recinto:

La profesora Griselda Álvarez Navarro recordó la falta de espacios adecuados para exposiciones y otra clase de actividades culturales en la segunda mitad del siglo XX: los grupos culturales de entonces, como el Grupo Cultural Autlense y el Consejo de Cultura recurrían a lugares como la Casa de la Cultura, la Presidencia Municipal y el salón parroquial. Fueron los integrantes de estos grupos, reunidos en la asociación 100 por un Museo, quienes plantearon la necesidad de contar con un Museo, misma que expusieron a las autoridades municipales y, luego de arduas gestiones, consiguieron la casa Gómez Alatorre, antigua Escuela Superior para Niños de la profesora María Mares, que el gobierno municipal obtuvo en renta y sirvió durante algunos años para promover la cultura y las artes. La maestra Griselda recordó que en los años siguientes vendrían las gestiones para conseguir la casa que actualmente ocupa el Museo, para rehabilitarla y remodelarla y para conseguir las piezas que conformarían la exposición permanente. Todo esto llevó alrededor de ocho años, hasta la apertura del Museo el 4 de mayo de 2012. La maestra terminó su intervención llamando a aprovechar y enorgullecerse del Museo.

Enseguida el licenciado Agustín Godoy Pelayo recordó la visita que hizo a esta casa, antes de que iniciaran las gestiones para instalar en ella el Museo, acompañado del arquitecto Francisco Belgodere, en la que este último le hizo ver el valor arquitectónico de la finca y cómo su mejor uso sería el de centro cultural y no, como lo era entonces, sede de oficinas públicas. Enseguida fue exhibido un video con fotografías de los trabajos previos a la apertura del Museo, como la selección y montaje de las piezas, así como de la ceremonia de apertura y otros momentos importantes de su historia.

Por último, el doctor Nabor de Niz Domínguez recordó la fundación y trabajos de diversas agrupaciones de promoción cultural que han existido en Autlán en las últimas décadas y su carencia de un espacio adecuado para sesionar y presentar las conferencias y otras actividades que formaban parte de sus trabajos: la Sociedad Médica del Suroeste de Jalisco, el Grupo Cultural Autlense y el Capítulo Costa Sur de la BSGEEJ. Todas ellas sesionaban en los domicilios de sus socios o en espacios que tenían que rentar o pedir prestados, hasta que se puso en funcionamiento el Museo en 2012.

El doctor Nabor también recordó el Centro Cultural Autlán, que funcionó en la casa Gómez Alatorre y al que considera el primer museo, puesto que ahí se presentaron exposiciones, conciertos y otras actividades. Sin embargo, este espacio tenía muchas inconsistencias, el proyecto era muy improvisado y el entusiasmo se perdió tiempo después. Enseguida habló de los trabajos para instalar el Museo y Centro Regional de las Artes, con la ayuda de los gobiernos municipal y estatal y expertos en la materia. Lo considera “el Museo más importante del suroeste del Estado”.

Ramón Godoy


El siguiente punto del programa fue la lectura de semblanzas de los tres personajes homenajeados, por parte de los tres oradores que mencioné arriba, para pasar a un recital del joven pianista Ramón Alberto Godoy Núñez, que realizó en el piano Kawai, uno de los dos con que cuenta el Museo.

Al terminar el recital fueron entregados reconocimientos póstumos a los tres personajes, en manos de amigos o familiares: el del arquitecto Francisco Belgodere lo recibió su hija María Manuela, el del arqueólogo Otto Schondube la pintora Margarita Pointelin y Teresa Mardueño el de su tío don Carlos Mardueño. Tanto Manuela como Teresa dieron en persona mensajes de agradecimiento, Jorge Schondube, el hijo de Otto, envió uno grabado en video.

Para terminar el acto fueron develadas las placas en que consta la imposición de los nombres de los personajes homenajeados a tres salas del Museo: Carlos Mardueño Velázquez a la sala dedicada a la obra de Atanasio Monroy, Otto Schondube Baumbach a la de arqueología y Francisco José Belgodere Brito a la de arte sacro.

Develando la placa de la sala Carlos Mardueño


1 comentario:

María Teresa Peniche dijo...

Muy merecido homenaje para los tres y para mí en especial a Francisco Belgodere por su labor constante en favor de la preservación de la cultura