miércoles, 24 de junio de 2020

Boletín de Radio UdeG Autlán sobre su aniversario 19




El 21 de abril de 2001 comienza a transmitir la emisora Radio Universidad Autlán 102.3 FM, la primera de la red universitaria fuera de la ZMG. En su primer año fungía solamente como repetidora de la programación generada en Guadalajara y al cumplir su primer año ya contaba con tres programas producidos en Autlán. Actualmente la mayor parte de su programación diaria es producida en el ámbito local. (Fuente: tercer informe del rector Salvador Acosta Romero, citado por Guillermo Tovar Cronista municipal 2019).

Radio Universidad de Guadalajara en Autlán ha celebrado sus aniversarios desde el año 2007 con actividades de promoción cultural que han variado desde la creación de una pieza de hip hop de aniversario con la creatividad de artistas de la región, un jingle de aniversario hasta conciertos musicales con la participación de  Paco Rentería, proyecto Pneumus, la banda municipal de El Grullo de don Juan Carvajal, la orquesta de cuerdas de Higinio Ruvalcaba, grupos de rock de la región,  talleres de locución, charlas de  periodismo, exposición de fotografías, exposición de radios antiguas, recitales de piano, muestra sonora, conferencias respecto a la importancia de las conservación de la fonoteca, programas radiofónicos especiales, campañas sonoras de celebración,  transmisiones en vivo desde plazas públicas y desde hace ya 4 años  con una  temporada de orquesta con la sinfónica juvenil de El Grullo.

            En el presente año 2020, el  21 de abril cumplió 19 años al aire, motivo por el cual desde el 17 de junio se convocó al auditorio a ser parte de la celebración  a través de una dinámica interactiva en el que se solicitó a la audiencia enviar sus comentarios sobre como la radio les ha influenciado en sus vidas, que les gusta de la frecuencia universitaria, felicitaciones, agradecimientos e incluso solicitudes de complacencias musicales para unirse a la celebración por el 19 aniversario. Cabe destacar que todos los radioescuchas que manden su mensaje participan en un sorteo de 10 mini radios que se realizará el 3 de julio, por lo tanto tienen hasta el día 30 de junio para mandar sus mensajes de voz al WhatsApp 317 121 25 25.

El formato para la celebración de este año se realiza de forma diferente de como sucedía en años anteriores, en esta celebración  será tendiendo un puente entre la radio y sus radioescuchas de forma remota, por tal motivo el slogan de este año es “Tendiendo puentes desde casa” ya que no  será posible realizar la presentación de la V temporada de orquesta debido a la pandemia por el Covid 19 y atendiendo a las recomendaciones sanitarias para evitar contagios;  la propuesta de la realización de la temporada se mantiene hasta nuevo aviso, por lo pronto, en la programación musical se re transmitirán fragmentos de las temporadas de orquesta anteriores  en las mismas fechas en que se planeaban realizar  los conciertos  de orquesta en vivo según la agenda Cu Costa Sur más cultura los días 3, 10 y 17 de julio de 2020 a las 7 de la tarde por radio Universidad Autlán en el 102.3 F.M.

Además, del 03 al 10 de julio durante la  programación habitual se escucharán por Radio Universidad Autlán 102.3 F.M. los comentarios, las opiniones, los mensajes de voz que los radioescuchas enviaron, así como testimonios de quienes impulsaron la radio en sus inicios y  capsulas de información sobre  la creación de la estación que ha sido la pionera en la red. Especialmente el día 3 de julio de 2020, se realizará una transmisión especial del Noticiario de “Señal Informativa Autlán” bajo la conducción de Elia Macías con la participación en la entrevista del director de la Red Radio Alfredo Sanchez y el maestro Jesús Medina colaborador de radio e historiador y el cronista municipal de Autlán Guillermo Tovar; el programa “El Expreso de las diez”, se une a la celebración con la participación cálida y profesional de Alonso Torres y su productora Guadalupe  Estrella, quienes destacarán la importancia de la programación de la emisora regional y la contribución en la difusión de todas las actividades del Cu Costa Sur por parte de la rectora dra. Lilia Oliver y por último el programa Punto UDG las voces de la Universidad bajo la conducción de Silvestre K´anil contará con la participación del Dr. Hirineo Martínez Barragán secretario académico del Cu Costa Sur y Daniel Flores Regalado director de la orquesta sinfónica juvenil de El Grullo.



ATENTAMENTE
“PIENSA Y TRABAJA”
Autlán de Navarro, Jalisco  24 de junio de 2020

Lic. Elia Guadalupe Macías Vargas
Subdirectora regional de Radio Universidad de Guadalajara Autlán
 XHANU 102.3 FM

sábado, 20 de junio de 2020

Pueblos


Entre los libros publicados por el Banco Industrial de Jalisco en su rústica cuanto valiosa colección titulada simplemente “Ediciones del Banco Industrial de Jalisco” hay varios del cronista don Luis Sandoval Godoy. El correspondiente al año 1971 (cada año aparecía un nuevo libro en la colección) lleva el título de Pueblos, brevísimo pero contundente, como solían ser los de este autor, nacido en Teúl de González Ortega, Zacatecas, y fallecido hoy hace un año en Guadalajara de Indias.
Pueblos, como sus hermanos Rumbos y Lugares, entre otros, forma parte de una de las vertientes del trabajo de Sandoval Godoy: una prosa, con fuerte carga poética, entre la crónica de viaje y la descripción minuciosa de lugares, entendida esta última no como una relación detallada de sus características físicas sino algo más profundo, que nos da elementos para comprender la identidad de los pueblos y la forma de pensar de sus habitantes. Nos muestra, si queremos verlo así, el alma de los lugares.
Ni Pueblos ni los demás libros de esta vertiente pueden ser considerados libros de historia, que puedan tomarse como referencia para reconstruir el pasado de sus protagonistas. De hecho, don Luis refiere solo de paso las opiniones de los historiadores, dejando como en reserva, para consultarlos en otro momento, sus datos y rigor, trayendo al relato solo lo que tenga algún interés para entender algún elemento presente.
Las fuentes de Luis Sandoval Godoy son menos rigurosas pero, si se quiere, más ricas: una es la observación directa de los pueblos y sus gentes, los entornos físicos en los que están enclavados y lo que estos elementos dicen de la personalidad de cada lugar. Otra son los testimonios de sus habitantes, tomados en la plaza del pueblo, en el mercado, en los comercios o en las mismas casas donde habitan y que nos permiten conocer  cómo se relacionan entre ellos, cómo piensan y, sobre todo, cómo se perciben a sí mismos como parte del pueblo donde viven y dentro de la comunidad jalisciense. Aunque no faltará quien considere estas fuentes como poco serias y demasiado subjetivas, en realidad son bastante precisas: con ellas logra pintar lo mismo la feracidad de las tierras de El Grullo y su mirada hacia el futuro que la religiosidad de los pueblos alteños, pasando por el abolengo histórico de Autlán y el orgullo profesional de los artesanos de Zacoalco.
Con ilustraciones de Rodolfo Caloca Hernández, en Pueblos don Luis Sandoval Godoy describe a Lagos, Zapotlán, Autlán, La Barca, El Grullo, Teocaltiche, Arandas, Zacoalco, Chimaltitán, San Sebastián, San Gabriel, Pihuamo, Cuautla, Bolaños y Nochistlán, este último entre jalisciense y zacatecano. Es decir, pueblos de todos los rumbos de Jalisco. Lo que encontramos en estos textos es imposible hallarlo en la academia y menos de una forma tan accesible para todo el público, incluyendo a los habitantes de estos pueblos.
Luis Sandoval Godoy obtuvo el Premio Jalisco en 1965 por su obra Las malas lenguas, publicado poco después. Su vasta obra puede encontrarse en forma de libros, de diversos formatos y géneros, en revistas y en el diario El Informador, entre otros sitios.

lunes, 15 de junio de 2020

Conmemoración del centenario de Reynaldo Corona Godoy

Reynaldo Corona en su juventud. Foto proporcionada por Arturo Ville Corona.

El notable pianista Reynaldo Vito Corona Godoy nació el 15 de junio de 1920 en Autlán, en la casa que hoy ocupa el Museo y Centro Regional de las Artes, en la esquina de las calles de Morelos y Escobedo. Además de lograr una brillante trayectoria musical, Reynaldo es el fundador de una dinastía de músicos que han alcanzado exitosas carreras a nivel mundial. Los integrantes de esta dinastía, junto con otros descendientes y familiares de Reynaldo Corona e invitados, se reunieron la tarde de hoy, mediante la aplicación Zoom, para celebrar su centenario. Con la asistencia de unas 35 personas, la reunión virtual comenzó pocos minutos después de las 14:00 horas, con la moderación de Arturo Ville Corona, guitarrista y sobrino de Reynaldo.
Alejandro Corona, hijo de Reynaldo y quien tiene una carrera importante como pianista de jazz y en la academia, abrió la sesión leyendo un texto que escribió para la ocasión, en el que hizo una semblanza de su padre, resaltando sus virtudes humanas y artísticas. Dijo que él descubrió su talento musical y lo desarrolló, aun sin tener una formación pedagógica; lo "bombardeó" con discos de todos los géneros musicales, que expusieron al joven Alejandro a todas las manifestaciones de la música, de donde pudo tomar lo que mejor le acomodaba y se pudo formar un gusto y un estilo musical desde su casa. También estimuló su carrera, "picándole el orgullo" con retos en forma de frases como "el jazz es una palabra muy grande". En cuanto al estilo pianístico de su padre, dijo que era elegante, equilibrado, libre de follajes, de armonía justa y equilibrada y capaz de transportar en varios tonos; esto lo aprendió desde Autlán con su prima, la profesora de piano Áurea Corona. Entre las influencias de Reynaldo, Alejandro mencionó a Lalo Carrera, Mario Ruiz Armengol y otros; Ignacio Garrido también lo influyó pero en la profesión de afinador de pianos, que él le enseñó y que Reynaldo ejerció durante muchos años, logrando con ello una cierta independencia económica.
Claudia Corona, nieta del homenajeado, dijo en su oportunidad que el legado de Reynaldo Corona está presente en su formación como pianista, que recibió a través de Alejandro, su padre. Recordó también que vivió en la casa de sus abuelos durante su infancia, donde recibió sus primeras influencias musicales en las tertulias que Reynaldo organizaba y a las que acudían músicos de varios géneros. Su abuelo estuvo al pendiente de sus avances en la música y le enseñó a preparar un piano antes de dar un concierto y el amor a la música.
En el transcurso de poco más de una hora, los asistentes a la reunión escuchamos los recuerdos de Josefina, Fabio y Reynaldo, hijos de Reynaldo Corona, y de sus nietos Arturo Corona, Aísha y Alejandro Corona, así como de sus sobrinos Elizabeth Elías Calles y Arturo Ville Corona, de los que pudimos reconstruir la personalidad de este centenario personaje: alegre, dicharachero, cariñoso y generoso con sus conocimientos e independiente en su labor como compositor y ejecutante.

domingo, 14 de junio de 2020

Libros y diseño editorial en la sesión mensual del capítulo juvenil Costa Sur de la BSGEEJ


La mañana de este sábado 13 de junio, mediante la aplicación Google Meet, el capítulo juvenil Costa Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco celebró su sesión ordinaria mensual, con la asistencia de alrededor de 10 personas. La sesión, que comenzó a las 10:10 horas, tuvo como anfitriona a Clara Isabel Cobián Carrillo, licenciada en Diseño para la Comunicación Gráfica.
Clara expuso el trabajo Diseño editorial. El trabajo detrás del libro, en el que explica todo lo que, desde el diseño gráfico, debe hacerse para tener como producto final un libro, ya sea impreso o digital, lo mismo que cualquier otra publicación: revista, informe, folleto, catálogo... El diseño editorial, que es la disciplina que se encarga de todo este trabajo, es una rama del diseño gráfico.
La expositora detalló cómo todas las publicaciones tienen en común algunos aspectos, a pesar de las diferencias que puedan tener en cuanto a su intención o al público que van dirigidos: el formato, la retícula, la tipografía y los elementos gráficos.
Del formato explicó que se elige en función del papel que se va a utilizar para la impresión, de la temática y del público al que va dirigido. Debe tomarse en cuenta el tipo de papel porque cada uno viene en pliegos de distinto tamaño y la impresión de un libro se hace por pliegos y no por páginas. Al terminar la impresión debe doblarse el pliego entero para que las páginas queden en el orden adecuado y enseguida se corta para obtener el libro como lo conocemos.
La retícula es la disposición de los elementos en las páginas: el texto, las imágenes, gráficas y otros. El diseñador editorial debe tomar en cuenta la jerarquización de los elementos, el "descanso visual" que se puede ofrecer al lector y que resulte atractivo a la vista.
La tipografía se elige según el nivel de lectura de quien leerá el libro. Clara explicó cómo, para determinar el tipo y tamaño de la letra se deben hacer cálculos aritméticos para saber cuántos "golpes" (letras, espacios, signos de puntuación) deben dejarse en cada renglón. Detalló también las características de los diferentes tipos de letra y a qué clase de lectores les pueden ser útiles, así como los distintos colores de papel y cómo afectan al proceso de la lectura.
En cuanto a los elementos gráficos, la ponente dijo que son contenidos que sirven como soporte al texto y pueden tener los más diversos objetivos: desde hacer más atractivo un libro infantil hasta esquematizar la información que ofrece un artículo científico.
Por último, Clara Cobián describió los elementos físicos de un libro, mostrando algunos ejemplos a través de la cámara: los forros, guardas, índice, hoja de cortesía y todos los demás, que son materia de trabajo del diseñador editorial.

sábado, 13 de junio de 2020

Jorge Guillermo Santana Barragán

Jorge Santana en acción. Foto tomada de WBGO.org.


Jorge Guillermo Santana Barragán nació a las 3:30 horas del 13 de junio de 1951 en Autlán, en la finca número 42 de la calle de Ignacio Allende, en el cuartel tercero, una de las varias casas en que vivió su familia. De manera que era muy niño, con apenas cuatro años de edad, cuando los Santana Barragán se mudan al Norte, a la ciudad de Tijuana, a seguir a su padre don José.
Luego de siete años en Tijuana, a Jorge le tocó hacer punta para seguir más al norte, a la ciudad de San Francisco, a mediados del verano de 1962. En esos días don José se lo llevó, con apenas diez u once años, y juntos se instalaron en un cuarto arriba del Latin American Club. Ahí Jorge comienza a trabajar limpiando y encerando los pisos del club; su hermano Carlos recuerda en su autobiografía que Jorge le contaba que en las noches se dormía llorando porque extrañaba a su familia, oyendo a su papá tocar el violín.
Esta añoranza de la familia no fue el único padecimiento propio de los niños migrantes que le tocó vivir a Jorge Santana. Junto con su hermana María asistió a la primaria en San Francisco, a una escuela que quedaba a una cuadra de su nueva casa, en el barrio conocido como China Basin, donde los insultaban por ser mexicanos. Se trataba de un barrio de mayoría negra; el niño Jorge, con curiosidad por no haber conocido de cerca a alguien de raza negra, le tocó el cabello a un niño y sufrió bullying por eso durante muchos años, siempre según Carlos Santana.
En la ciudad del Verano del Amor Jorge trabajó, ya adolescente, como lavaplatos en la cadena de cafeterías Tic Tock, donde también trabajaron sus hermanos Tony, Irma y Carlos, simultáneamente a sus inicios en la música.
Hay varios testimonios que nos cuentan que Jorge fue la pieza suave, hábil para las relaciones públicas y que compensaba el carácter más explosivo y directo de Carlos en la empresa Santana Management. Tenemos, por ejemplo, el testimonio del mismo Carlos Santana en el sentido de que Jorge, Tony, María y su mamá, doña Josefina, siempre trataban de suavizar las cosas cuando tuvo enfrentamientos con la prensa o con algún colega. Carlos dice literalmente que, igual que su hijo Salvador, Jorge analizaba las situaciones, pensaba en los sentimientos de los demás y los tomaba en cuenta.
En este sentido, el maestro Marco Vinicio Rodríguez me contó cómo cuando comenzaron los contactos con Santana Management en el año 2000, para concretar el homenaje a Carlos Santana que se realizó en 2001, Jorge fue quien atendió directamente a la delegación autlense. Contrario al resto del staff, Jorge se portó muy accesible, facilitando el acercamiento y ayudando a derribar los obstáculos que se presentaban, en la forma de fuertes exigencias difíciles de cumplir para el municipio: la seguridad, el hospedaje, el pago por la presentación de Carlos, la banda de apoyo. Jorge “suavizó la relación” con Santana Management, fue el mayor contacto y pieza clave para que se realizara el homenaje. Con él se consultaba todo lo relacionado con la organización, desde el autor de la estatua de Carlos que se instaló en la colonia Echeverría hasta la imagen y la logística. Este contacto era posible porque Jorge fue parte importante de Santana Management, donde trabajó desde 1990 hasta 2004: manejaba contratos, derechos de autor y relaciones comerciales de la empresa.

Jorge Santana, como sus hermanos, tuvo contacto intenso con la música desde el seno familiar. Su padre, don José, practicaba el violín en casa (recordemos que el aún niño Jorge se dormía escuchándolo en sus primeras noches en San Francisco) y su hermano Carlos practicaba la guitarra a escondidas en el departamento de Juri Street, tratando de alcanzar las notas y los tonos de sus admirados B.B. King y Otis Rush. Además, hacia 1969 Jorge estuvo expuesto constantemente a la música afroantillana que les encantaba escuchar a sus hermanas en sus fiestas familiares: en especial la canción Bang Bang de Joe Cuba pero también a Ray Barreto o El Gran Combo.
Quizás influenciado por Carlos, Jorge comenzó a tocar la guitarra entre 1963 y 1964. A finales de esa década, con el saxofonista Richard Bean, Jorge forma The Malibus, que después se convirtió en Malo, con el que creó su propia mezcla de rock, ritmos afroantillanos y letras en español. San Francisco era la ciudad cosmopolita por excelencia, podían encontrarse manifestaciones culturales de todo el mundo, en un clima de receptividad y disposición a la asimilación que propició el surgimiento de artistas como Jorge y Carlos Santana.
El grupo Malo firmó contrato con la compañía disquera Warner Brothers, con la que publicó cuatro álbumes entre 1972 y 1974: Malo, Dos, Evolution y Ascensión. La banda estaba integrada también por algunos de los mejores músicos de la escena de San Francisco: el trompetista principal Forrest Butchel, el tenor y flautista Hadley Caliman y el conguero cubano Francisco Aguabella, el trompetista Tom Harrel y el guitarrista Abel Zárate. El líder de la banda era el puertorriqueño, criado en San Francisco, Arcelio García. Algunas de las piezas del álbum Dos, como Momotombo y Latin Bugaloo se volvieron muy populares en la radio, pero la que realmente se volvió una canción de culto fue Suavecito, considerada por algunos como un himno chicano.
Pero la obra de Jorge Santana también se desarrolló en la Costa Este de los Estados Unidos. Allá tuvo una colaboración con el legendario sello Fania, que había grabado a personajes como Celia Cruz y Tito Puente, participando en un concierto organizado por ellos el 24 de agosto de 1973 en el estadio de los Yanquis de Nueva York, donde tocó la guitarra ante más de 40 mil personas en la canción El Ratón, cantada por su autor, el puertorriqueño Cheo Feliciano. Fue el primer concierto de salsa de estas dimensiones, que se grabó y publicó en un disco y algunas escenas aparecieron en la película Salsa. Esta actuación consolidó el nombre de Jorge Santana en la música latinoamericana, complementada con varias colaboraciones que quedaron registradas en discos del sello Fania.
Tanto su trabajo en Malo como su colaboración con Fania estuvieron asociados a la lucha de los chicanos y los “nuyoricanos”, respectivamente, por la defensa de sus derechos civiles.
Después de la desaparición de Malo, Jorge dirigió otras bandas, como la Jorge Santana Band, publicó discos y participó en giras con Carlos. Una de ellas fue la gira Milagro, de 1992, en la que Jorge se presentó previamente en algunas ciudades de México, como una especie de avanzada. El 21 de marzo de ese año, en el inicio formal de la gira, ofrecieron un concierto en la plaza de toros El Toreo de Tijuana, ya desaparecida, que fue abierto nada menos que por don José Santana y en la que se presentaron Jorge Santana y Javier Bátiz haciendo duetos con Carlos Santana. Las colaboraciones musicales con Carlos continuaron en la gira Sacred Fire, con conciertos en México y Sudamérica, y con la publicación en 1999 del disco Santana Brothers, bajo el sello Guts and Grace, propiedad de Carlos. En este disco participaron Carlos, Jorge y su sobrino Carlos Hernández.
En El Tono Universal, su autobiografía, Carlos Santana narra la última vez que vio a don José, un año y medio después de su muerte, ocurrida el 1 de noviembre de 1997: fue en un sueño, en el que Jorge y Carlos iban en un auto, cuando de pronto Carlos ve a lo lejos a su padre, a la orilla de un río cuya agua brillaba como diamante. Carlos le pidió a Jorge que detuviera el auto para bajarse a abrazar por última vez a su padre.
Desde el 14 de mayo de 2020, Jorge se unió a don José y a doña Josefina a la orilla de aquel río.

Fuentes:

* Carlos Humberto Santana Barragán. El Tono Universal, Little, Brown & Company, 2015.
* Entrevista telefónica con Marco Vinicio Rodríguez Quintero. Lunes 18 de mayo de 2020.
* Bobby Sanabria. Jorge Santana, guitarrista que ayudó a dar forma al sonido del rock latino con Malo, murió a los 68 años. Publicado en wbgo.org el 18 de mayo de 2020 y consultado el 19 de mayo de 2020 en https://www.wbgo.org/post/jorge-santana-guitarist-who-helped-shape-sound-latin-rock-malo-dead-68?fbclid=IwAR2T-Z0tWWp_aKDREPd-8IhYaxTp9IwIL2pBRvP9QiwLjzKZFErC358kyaA#stream/0
* Oficina del Registro Civil de Autlán, partidas de nacimientos de 1951.

martes, 9 de junio de 2020

La influenza española en Autlán (y otras epidemias)

Fachada del Asilo de Ancianos, antiguo hospital de Las Montañas. 


Aunque no ha sido abordado con mucha frecuencia por nuestros cronistas, don Ernesto Medina Lima refiere en su libro Calles y barrios de Autlán que el azote de la epidemia de la influenza española fue uno de los episodios principales de la vida en el pueblo durante la primera mitad del siglo XX.
En un contexto de guerra civil, con el pueblo y la región entera amenazados constantemente por la presencia de bandoleros y la actividad económica contraída, la epidemia pegó en Autlán como otro más de los numerosos males que ya aquejaban a sus vecinos. Según la ya mencionada referencia de don Ernesto, durante esa epidemia, cuyos primeros contagios se reportaron en el mundo en 1918 y que a Autlán pudo haber llegado a fines de ese año y a principios del siguiente, al viejo hospital de Las Montañas, que ocupaba la finca sobre la calle de Leandro Valle que ahora ocupa el asilo de ancianos, eran llevados “enfermos y más enfermos” para ser atendidos por el doctor Uribe y, en no pocos casos, ayudados a bien morir por el padre Manuel Jiménez. Según la misma fuente, los cadáveres de quienes morían por la influenza eran llevados a sepultar hacinados en los carretones del aseo público.
Estas escenas dantescas serían observadas por un muy joven Luis Enrigue Villaseñor, quien seguiría la carrera de medicina y, a la postre, se convertiría en uno de los principales promotores de la construcción del nuevo hospital de Las Montañas, inaugurado en 1950. Quizás, y solo quizás, su vocación habría nacido del contacto con el sufrimiento humano ocasionado por la epidemia.
Si acudimos al frío ámbito de los números podremos confirmar que hubo un impacto de la epidemia en Autlán, manifestado en un repunte en la cantidad de fallecimientos: en el Registro Civil se encuentran las partidas de 660 fallecimientos en ese año, un promedio de casi dos muertos por día, superior ligeramente a los 582 del año anterior y a los 523 de 1919, y mucho mayor a los 473 de 1920. Estos números cobran su justa dimensión si recordamos que la población de Autlán en esos años rondaba los 12 mil habitantes: 12,383 según el censo de 1921.
Sin embargo, el 12 de abril de 1920 el corresponsal en Autlán del diario El Informador, de Guadalajara, cuenta que en el pueblo no ha habido mortandad causada por la influenza, de la que dice que en esos días se vivía el apogeo, pero que sí había gran cantidad de “atacados” por la enfermedad. Refiere que entre los peregrinos que regresaron recientemente de Talpa fue raro el que no se enfermó, muriendo algunos de ellos en el camino y otros ya en Autlán.

Epidemias durante la Colonia

En su libro Autlán de la Grana. Población y mestizaje la doctora Lilia Victoria Oliver Sánchez refiere, basándose en la Relación de fray Alonso Ponce y en la Crónica Miscelánea de fray Antonio Tello, dos epidemias que casi exterminaron a la población indígena de Autlán en el siglo XVI, que en 1525 era de alrededor de 17 mil habitantes: la primera sería en los primeros años de la década de 1540, de la que dice Tello que en la región “murieron infinitos… que como bárbaros se dejaron morir sin tener más remedio que el del cielo”.
La segunda gran epidemia ocurrió entre 1576 y 1580 y fue relacionada por fray Alonso Ponce en 1587, diciendo que en Autlán “con el cocoliztle, que fue una pestilencia y mortandad muy grande que hubo en aquella tierra, quedó todo destruido y con tan pocos vecinos, que no llegaban a doscientos”.
El término indígena cocoliztle no nombra a una enfermedad específica sino a la mortandad causada por una o varias de ellas, como la viruela o la influenza, traídas de Europa y para las que los habitantes del Nuevo Mundo no tenían defensas naturales.
A lo largo de la Colonia se presentaron nuevamente brotes epidémicos en toda la Nueva España, incluyendo Autlán, por lo general en años posteriores a aquellos en que se registraron malas cosechas a causa de las sequías.

La viruela de 1831

Desde hace algunos años se ha dejado correr la inexacta versión de que la primera vez que se celebró el Carnaval fue en el año 1831. Todos sabemos que ese año el Ayuntamiento de Autlán le otorgó a un señor de apellido Mardueño permiso para organizar corridas de toros, con tal de que terminaran a más tardar el Martes de Carnaval.
En esos primeros días del año 1831 Autlán padecía una epidemia de viruela: el registro de defunciones que se llevaba en la parroquia del Divino Salvador, que hacía las veces de nuestro actual Registro Civil, da cuenta de una elevada mortandad entre el 1 de enero y el 15 de febrero (martes de Carnaval) de ese año: hay registrados 34 fallecimientos solamente en Autlán en ese lapso de tiempo, un 30% más que el mismo periodo del año anterior. El brote de viruelas terminó con la vida de 14 habitantes de Autlán, cinco de ellos niños. Este aumento en el número de personas fallecidas pudiera parecer mínimo en nuestros días, pero se convierte en un número respetable cuando recordamos que la población de Autlán en 1831 no llegaba a 3 mil habitantes.
Lo de las viruelas fue un verdadero problema para los autlenses: el mismo Ayuntamiento, en su sesión del 20 de enero de 1831, casi tres semanas antes del martes de Carnaval, acordó suplicar al cura de Autlán “hacer cuanto esté de su parte a efecto de que cuanto antes realice la construcción del Cementerio en razón de hallarse esta villa atacada de la epidemia de viruelas…”. El Ayuntamiento se refiere al actual panteón de los Dolores, ya que antes los entierros se hacían en el atrio de la parroquia, justo en el centro del pueblo. Por fin, en septiembre de ese año se puso en servicio el entonces nuevo panteón, cuya existencia se debe, por lo menos parcialmente, a la presencia de epidemias en Autlán.

La gripa de 1929


El 23 de enero de 1929, en plena Guerra Cristera, el corresponsal en Autlán del diario El Informador hacía saber a los lectores que en Autlán y El Grullo se vivía una epidemia de gripa de grandes proporciones: dice que “es notable el número de griposos que se encuentra en cada hogar, dándose casos, con frecuencia, de fiebres, de origen palúdico, neumonías y
algunos de viruela” y que las autoridades civiles y militares tuvieron que tomar medidas enérgicas para evitar el aumento en los contagios, aunque no especifica cuáles fueron esas medidas. Dice además que, según unos vecinos de El Grullo que entrevistó, en el vecino pueblo se llegaron a registrar hasta ocho a diez muertes por día.

Como podemos ver en esta limitada y superficial relación, los autlenses hemos pasado por situaciones mucho más graves que la actual pandemia. De todas hemos salido, tal vez golpeados pero con el suficiente ánimo para seguir creciendo.

Fuentes:

El Informador, edición del 12 de abril de 1920, página seis.
* El Informador, edición del 23 de enero de 1929, página cinco.
* INEGI, Censo General de Habitantes de 1921. Consultado en https://www.inegi.org.mx/programas/ccpv/1921/
Medina Lima, Ernesto. Bosquejo histórico de Autlán, 1990. Edición de autor.
* Medina Lima, Ernesto. Calles y barrios de Autlán, 2007. Acento Editores.
* Oliver Sánchez, Lilia Victoria. Autlán de la Grana. Población y mestizaje, 2015. Universidad de Guadalajara.
* Registros de inhumaciones de la parroquia del Divino Salvador en 1831. Consultado en Family Search.
* Partidas de defunciones en el Registro Civil de Autlán en 1917, 1918, 1919 y 1920. Consultado en Family Search.

domingo, 7 de junio de 2020

Inventario de monumentos 37: la placa de la sala Hermilio Hernández López



La instalación física más importante con la que cuenta nuestra región para las tareas de promoción de la cultura es, seguramente, el centro cultural José Atanasio Monroy, inaugurado el 10 de mayo de 2001. Ubicado dentro de los límites del Centro Universitario de la Costa Sur, el también conocido como CCJAM alberga las oficinas de la coordinación de Extensión del CUCSur, instancia encargada de las actividades artísticas y culturales del CUCSur, las instalaciones de Radio Universidad Autlán, el Aula Magna y varias otras salas aptas para la celebración de conferencias y presentaciones de todo tipo, entre otros servicios.
Una de estas salas lleva el nombre del compositor autlense Hermilio Hernández López y se encuentra, algo escondida, al costado oriente del Aula Magna, pasillo de por medio. Lo difícil de su ubicación es paliada por una bien conservada y sobria placa metálica que se encuentra a la entrada del pasillo que le da acceso. En letras doradas con fondo negro, la placa dice lo siguiente:

SALA
HERMILIO HERNÁNDEZ LÓPEZ
EN RECONOCIMIENTO A SU INVALUABLE
CONTRIBUCIÓN A LA CULTURA UNIVERSAL
COMO MÚSICO, COMPOSITOR Y MAESTRO
CENTRO UNIVERSITARIO DE LA COSTA SUR
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
AUTLÁN DE NAVARRO, JAL. 7 DE JUNIO DE 2002

En sus inicios esta sala fue conocida como Aula Virtual, debido a que estuvo dedicada a la celebración de teleconferencias y clases en línea, actividad tan común en estos días de pandemia y que ya se puede llevar a cabo en cualquier lugar. Desde hace algunos años, aquí se realizan prácticas de los alumnos de la carrera de Enfermería. La placa sigue ahí, cumpliendo hoy su mayoría de edad, recordando el nombre de la sala y a uno de los ciudadanos autlenses más reconocidos.

sábado, 6 de junio de 2020

Conferencia sobre resiliencia y liderazgo en el capítulo Costa Sur de la BSGEEJ


Este sábado 6 de junio el capítulo Costa Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco celebró su sesión ordinaria mensual a través de la aplicación Google Meet, con el doctor Rodrigo Ramos Zúñiga como anfitrión. La parte pública de la sesión inició a las 11:00 horas, ante la presencia virtual de 17 personas.
El doctor Rodrigo presentó el trabajo Liderazgo y resiliencia en emergencias comunitarias, que comenzó haciendo algunas consideraciones sobre las crisis, cuya presencia es normal en todas las sociedades y que suelen provocar situaciones que desbordan los servicios sanitarios y trastocan la cotidianidad pero también hacen aflorar actitudes positivas, como la solidaridad. Ejemplificó estas crisis con los sismos sufridos en nuestro país en septiembre de 2017 en el que, cinco minutos después de pasado el temblor ya había gente en las calles levantando escombros con sus propias manos. El doctor Ramos precisó que estos sentimientos de solidaridad deben ser educados y organizados.
Consideró que, a nivel global, los esfuerzos solidarios desorganizados no son suficientes para enfrentar las crisis, debe haber sistemas de prevención, bien estructurados y con suministros suficientes. La diferencia en el éxito al enfrentar la actual pandemia reside principalmente en si las sociedades cuentan o no con estos sistemas.
Además de contar con estos sistemas de prevención, el doctor Rodrigo afirmó que es importante, como sociedad, entrar a un discernimiento crítico que nos permita enfrentar situaciones de desastre: reaprender hábitos tan comunes como el lavado de manos y la forma en que nos relacionamos con otras personas pero también mejorar nuestra educación sobre las causas y consecuencias de las crisis. En este ámbito entran en escena los liderazgos, no los mediáticos y electoreros sino los que promueven la educación y las actitudes correctas. En este sentido, la educación debe ser entendida como algo más allá de la información y la formación, que pueda ser capaz de transformar la información en conocimiento que pueda ser gestionado a favor de la sociedad.
El ponente concluyó diciendo que el hombre se caracteriza por la capacidad de anticiparse a los hechos, misma que ha evolucionado a la esperanza, que es esperar que lo que ocurrirá tendrá sentido para la vida. En este sentido, resiliencia sería la capacidad de adaptarse a nuevas condiciones de vida, que pueden ocurrir a partir de las crisis, y crear una nueva realidad, para lo que son necesarias la empatía y la sensibilidad para entender e identificarse con lo que otros viven.

jueves, 4 de junio de 2020

El eje del Liderazgo y la Resiliencia ante las crisis ambientales y sociales

Ave Fénix en un bestiario medieval. Foto de La Fuente.

Por el doctor Rodrigo Ramos Zúñiga

Los desastres, por definición, representan condiciones ambientales de carácter natural o provocadas por el humano, que tienen consecuencias catastróficas para la sociedad, y especialmente para la salud de la población. Lo inesperado de estas circunstancias, asociado la falta de previsión y planeación sobre los riesgos de estos eventos que tienen un impacto masivo, da lugar a que la infraestructura y mecanismos de respuesta sean rebasados y son generalmente insuficientes, acrecentando las repercusiones de la catástrofe original.
Por fortuna, cada vez se han tomado decisiones para conformar una estructura gubernamental, de organizaciones sociales y organizaciones colegiadas, para analizar los mapas de riesgos, implementar medidas preventivas y establecer mecanismos de reacción y mitigación de los daños ante estas condiciones. Aun así, ante situaciones de un impacto global, este mecanismo ha sido insuficientes por una serie de factores y variables de tipo socio cultural, técnico y de capacidad instalada de recursos aplicados para su manejo integral.  Las condiciones de falta de equidad, explican solamente en parte, porque algunos países cuentan con toda una estructura sólida y financiada de organismos de protección civil, y otros no tienen lo más elemental como son los botiquines de emergencias.
Esta diversidad socio-económica define en gran parte la misma diversidad en la respuesta ante estos eventos masivos, lo que genera desbalances en el abordaje en la etapa aguda, y resultados distintos en la eficacia y consecuencias a mediano y largo plazo.
Podemos dividir dos grandes grupos de condiciones que se han denominado técnicamente desastres por la OMS (Organización Mundial de la Salud), o también denominadas como lesiones provocadas por accidentes masivos. Los desastres naturales son variados y tienen una estrecha relación con las condiciones geográficas y de los ecosistemas donde se encuentran insertas comunidades humanas:  la naturaleza nos comparte temblores, incendios, deslaves, ondas de calor, huracanes, tormentas, tornados y tsunamis. Pero los humanos también provocamos   ciertas catástrofes, de manera accidental o de manera intencional e incluso perversa:  desastres químicos, biológicos, accidentes nucleares, explosiones, caídas de edificios y presas por una construcción deficiente, disturbios civiles masivos (mitin, concierto, estampidas humanas, protestas masivas, fiestas populares masivas), accidentes mecánicos, violencia (civil o militar), o terrorismo.
Ante este panorama potencial, solo nos queda el discernimiento reflexivo y crítico que nos conduzca a la prevención y a la toma de decisiones ordenadas ante las crisis ambientales y por ende ante las crisis sociales.
No obstante, el entorno que vivimos, tal vez exista una condición que podemos hacer más genérica y democrática, que pueda coadyuvar a que las consecuencias sean menos desastrosas: la educación y la capacitación informada.
Es aquí donde entran en escena los liderazgos y su rol proactivo en las comunidades y organizaciones civiles. La actitud, la educación y el acceso al menos a la información básica, puede seguir siendo viable a través de grupos de liderazgo.
No me referiré a los estereotipos de los líderes convencionales y publicitados, en donde prevalece el ego, la megalomanía y la corrupción. Me referiré al líder intrínseco, al que podemos desarrollar a través de la educación y los valores de una sociedad, cualquiera que sea su representación moral en el fuero interno
El acceso a la educación lleva implícita una responsabilidad proactiva, de carácter transformativo. Por mucho tiempo diseñamos la educación informativa, y pensábamos que solo era necesario proveer información sin cuestionamientos ni análisis crítico. Luego apostamos por la educación formativa, en donde incorporamos una escala de valores y actitudes para complementar la información. Pero en estos escenarios, siempre los resultados fueron cortos si evaluamos   el impacto social de la educación y la realidad.
Por ello fue necesario sustentar la educación transformativa, la que forma líderes que puedan transformar la información en conocimiento, que gestionen ese conocimiento a favor de la sociedad, y que de forma proactiva promuevan la toma de decisiones para que las comunidades se transformen.
Ese liderazgo es el que se hace tan indispensable hoy. El del ejemplo, el de la orientación informada correctamente, el de la evidencia científica al servicio de las personas, el del acceso a condiciones de bienestar ejerciendo con libertad y responsabilidad, sus ideas, sus creencias, su trabajo, o su esparcimiento.
Desde la perspectiva macroeconómica, se ha postulado que los líderes son gerentes para mover a otros y lograr objetivos financieros y de desarrollo empresarial, pero esta visión ha dejado de largo las cualidades fundamentales del líder, que implican la capacidad de servir a otros. El verdadero líder nace y se le identifica, no por lo que hace solamente en un sentido pragmático, o por lo logros que consigue, sino por lo que es capaz de inspirar a otros.
Si logramos entonces conjugar esta mezcla del destino, de los liderazgos ante las crisis ambientales y sociales, podemos identificar distintos escenarios. Es tal la libertad, que sigue siendo viable tomar decisiones equivocadas, e inducir a otros a que también lo hagan; o bien también tenemos la opción de buscar las mejores alternativas y rutas para que todos juntos podamos enfrentar el periodo crítico del impacto, resistir la sacudida inicial, cuantificar los daños y resolver lo inmediato.  (Ejemplo del alpinismo)
Pareciera que el objetivo terminal siempre había sido Existir-Resistir-Existir, pero la búsqueda de espacios de conciliación personal y social, nos han llevado a otros retos desde la perspectiva del futuro y no solo quedarnos a resolver los duelos. El homo sapiens se caracteriza por su capacidad de anticiparse a los hechos, por la predicción, por la planeación y por el diseño de las decisiones ejecutivas. Existe de hecho un circuito neuronal en la parte frontal del cerebro que se vincula exactamente con la recompensa, el placer y la expectativa. Pero la expectativa ha evolucionado, porque le agregamos el componente moral (moral filosófica), que la ha convertido en esperanza. La expectativa es esperar a que algo resulte bien, la esperanza es esperar a que ese algo tenga sentido para la vida.
De este entramado aparece en escena un concepto innovador que vincula un momento crítico, con la historia de la resistencia, pero además lo compromete a ir mas allá: es la resiliencia.
Del latín resalió, resaliere, (rebotar, saltar), es una idea que ha tenido aplicaciones prácticamente en todos los escenarios de la vida y de la ciencia (biología, física). Por ejemplo, en el plano biológico y evolutivo, Darwin se refería a que las especies que sobreviven, no son las más fuertes, ni necesariamente las más inteligentes, sino las que tienen mayor capacidad de adaptarse. Y este fenómeno sustenta el principio de la resiliencia biológica, que dio lugar a la resiliencia emocional y cognitiva en el humano. En la física es la habilidad de una materia de recuperar su volumen y masa posterior a una compresión mecánica.
De esta forma aspiramos a que la resiliencia no solo resida en la capacidad de resistir, sino en la capacidad de abordar, confrontar un proceso complejo y eventualmente doloroso, aprender, desaprender, y aún más, de   resultar fortalecidos de esa experiencia con una nueva visión del futuro.
Seguramente serán los formatos educados en la vía emocional y cognitiva, en la empatía de reconocer lo que el otro siente, y de entender lo que siente; la que nos pueda conducir a tejer un hilo virtuoso y sólido, que nos permita vincular al liderazgo y la resiliencia como ejes centrales en la toma de decisiones en los periodos críticos del individuo y de la sociedad.
Ese liderazgo comprometido, sin conflicto de interés, proactivo y procurador del bienestar social, es el más urgentemente necesario. Las sociedades científicas con interés en las personas y sus comunidades y con compromiso social, son las que realmente pueden trascender, cuando logran incorporar sus voluntades proactivas con los principios fundacionales de servicio y bienestar común de manera responsable y sustentable.

En tiempos de Pandemia. Junio del 2020.

martes, 2 de junio de 2020

"Breves palabras" de don Jaime Llamas García


Hoy hace 85 años, el 2 de junio de 1935, fue inaugurada la Feria Pro Autlán, organizada por un comité designado ex profeso y con la finalidad de celebrar la apertura de la carretera a Guadalajara mostrando al mundo los productos y las bondades de esta región, que había permanecido semi aislada durante siglos.
Un día antes de la inauguración de la feria se puso a circular una revista que, bajo el título de Pro-Autlán, ofrecía información relacionada con el desarrollo de la feria, como los diversos programas, fotos de las candidatas a reina y anuncios de algunos de los expositores pero también textos informativos de la historia, geografía, turismo y producción agropecuaria de la región, de plumas como las de don Jaime Llamas García y el doctor José María Casillas Aguirre, fotos de lugares atractivos de la Costa, poemas de autores como Rogaciano Arias Michel y Jesús Nava y la partitura de la marcha Feria Autlán, compuesta para la ocasión por Nicolás Sánchez Gómez.
A manera de prólogo de la revista aparece un texto de don Jaime Llamas que, al paso de casi un siglo, no ha perdido vigencia. Aún los autlenses de hoy podemos tomarlo como un exhorto y un impulso a aplicar todas nuestras fuerzas y talento al desarrollo de nuestra región, contando con más recursos de los que tenían los autlenses de hace dos o tres generaciones.
Transcribimos enseguida este texto por considerarlo de interés para nuestros lectores:

Breves palabras
Por don Jaime Llamas García

Atendiendo a las reiteradas insinuaciones hechas por el Presidente del Comité Pro-Feria Autlán, tendientes a que colaborara en la formación de un Folleto descriptivo de los valores de nuestro suelo regional, he querido bosquejar a guisa de ensayo, algo referente a nuestro solar, bajo su aspecto general, sin especializarme en algún tópico, ya que esto necesitaría una preparación perfecta y una visualidad poliforme a fin de presentar conceptos nacidos de un raciocinio maduro y juicioso. Quizás la cosecha de mi escaso intelecto, forme un emborramiento en esta noble tarea de exposición regional que nos hemos propuesto todos a sacar avante, so pretexto de lanzar la primera clarinada en el resurgimiento de nuestro pueblo, donde ha tiempo impera la inercia, la apatía, la abulia y todas las características de una raza en decadencia postergada por su misma idiosincracia a una positura de gente paria.
Juzgo, bajo un plano sereno y ecuánime, que ha llegado el momento decisivo para poner en práctica todas nuestras capacidades y dinamismo, propios de un espíritu rebelde a fin de iniciar la obra de renovación, inherente a los pueblos que ansían por subsistir y progresar; la obra adaptable a nuestras modalidades y a las múltiples facetas que encierra la vida moderna. Quizás lo que más urge en esta época de plena brega, época donde todos nosotros por un instinto biológico de conservación y superación, luchamos a brazo partido, es desarrollar una acción conjunta y armónica que indiscutiblemente nos traería un máximum de éxito, ya que se contaría con el respaldo otorgado abiertamente por la falange de los que luchan en busca de mejoría.
Contando con positivas ventajas naturales, dotadas por la naturaleza a nuestra región, jirón de tierra donde fue vaciada la cornucopia de los dioses, estamos en posibilidad de hacer resurgir nuestra exuberancia pasada, hoy historia que forma una página de nuestro ayer. La belleza y bondad naturales de nuestra Patria Chica, en sus distintos aspectos, lujuriosamente exhibida por ella misma, será tomada en cuenta en toda su amplitud, cuando los buenos ciudadanos sin distingos de clases, (COMO ERRÓNEAMENTE HAN ESTABLECIDO ALGUNOS) formen un haz de voluntades que luchen con entusiasmo para hacer resurgir el antiguo esplendor de la región, en donde largo tiempo se entonó el himno al trabajo, estructurando una página digna que borre las impresiones penosas surgidas de la etapa dura, dolorosa y caótica formada por nuestra propia negligencia y por las circunstancias especiales de un periodo incubador de pasiones rastreras, de desvarío, de falta de virilidad en nuestro carácter que presionó en nuestro ánimo la carencia de un encauzamiento hacia la senda de la moralidad. Laboremos en beneficio de nuestra tierra y que esos hechos compaginados por la historia misma, carentes de una energía perdida, no sean una afrenta para nosotros, fustigándonos a cada paso el rostro, sino que sean tomados como extravíos a que está sujeta la especie humana en el proceso de su juventud.
Como en esta jornada expositora todo lo que propenda al bienestar de la región, debemos imprimirle un impulso vigoroso, formaremos una relación sintética de lo más notable en ella, hablando de la Patria Chica. Hablar de ella, es algo grato y querido al espíritu; hablar de la tierra de nuestros mayores, del solar donde percibimos los lampos brillantes de la primera luz, del jirón de tierra en donde se meció nuestra cuna y donde se ha desarrollado nuestra vida que paso a paso ha presentado mil facetas y policromías templando nuestro carácter conseguido a duras penas en el ajetreo y constante trafagar de la vida, es algo que forma ese manantial divino de inspiración y de bellas sugerencias. No sabemos qué irresistible fuerza nos hace sentir hondos afectos por nuestra región, en donde quizás y muchas veces bebimos el acíbar de algún dolor. Tal vez la fantasía loca de la edad juvenil, inconsciente de la percepción de la lucha por la existencia va criando paulatinamente hondas raigambres en el corazón de todos nosotros y forma ese algo intangible y hondo que a cada paso sentimos por nuestra tierra, haciéndonos vivir con su recuerdo muchas horas de felicidad.
Encauzados los trabajos de esta Justa Expositora, sería una ingratitud abstenernos de emular esa labor renovadora que tanto necesitamos, porque ya lo dijo el poeta: Renovar es vivir. Para que nuestro pueblo viva, necesitamos buscar por cuantos medios estén a nuestro humano y posible alcance, esa mejoría que se pide y que se canta en los tiempos actuales, pregonándose por todos los ámbitos en el territorio nuestro, pero mejoría real, mejoría moral y espiritual, equiparada muchas veces con la material. En nuestro medio social, relativamente pequeño, la acción conjunta y bien intencionada puede servir de paradigma a otras pequeñas entidades, que como nosotros se debaten en una enconada lucha contra el retroceso. Por ello, hemos de emplear atingentemente nuestras tendencias de superación y mejoría en un plano definido y eficaz, con el objeto de obtener al margen, algo práctico en la jornada emprendida.
Con la aridez de mi lenguaje, falto de coherencia e inconexo, dictado solo por el deseo de colaborar en bien de mi pueblo querido y con mis frases desprovistas de cadencia pero llenas de sinceridad, procuro anheloso una palabra de aliento, cantando el himno de confraternidad que estereotipe en el alma del autlense, lo que significa suelo natal, solar o porción de tierra llena de recuerdos, de sentimientos hondos y de amor puro, prístino y grande.