martes, 28 de abril de 2020

Lexicón autlense 13: Averiguata

Fragmento del Mural de los Toreros Ilustres, de José López "Canito".


La Real Academia Española de la Lengua nos dice en su diccionario en línea que averiguar es “inquirir la verdad hasta descubrirla”. Además, ofrece una segunda acepción, como verbo intransitivo, atribuido a los hablantes oriundos de El Salvador: “Discutir, protestar, hablar mucho”. De esta definición, la RAE hace derivar la palabra averiguata, que define como “discusión acalorada y prolongada”.
En Autlán, por lo menos desde la primera mitad del siglo XX, se usa la palabra averiguata con un sentido semejante al que la RAE asigna a los hablantes salvadoreños. Así me lo han confirmado personas nacidas aquí en las primeras décadas del siglo y que en su vejez todavía usan el término, aunque también lo he escuchado recientemente entre adultos jóvenes.
Una averiguata entre los hablantes autlenses puede ser, como lo define el diccionario, una discusión acalorada y prolongada entre dos o más personas, pero también una perorata tumultuaria, donde un grupo de gentes se hace de palabras de forma estridente, aunque sea amistosamente, sobre cualquier asunto.
En el caso autlense, y esto debe ser tomado como mera especulación, averiguar y averiguata podrían provenir de las discusiones generadas cuando alguna autoridad de bajo nivel, léase gendarme o cuico, interrogaba a alguno para averiguar los detalles de un desorden público, provocando molestia o franco enojo en el interrogado. La natural discusión derivada de esta averiguación pudo haberse asociado, por posible repetición, con el acto de averiguar, quedando este verbo destinado a definir las acciones de discutir y de investigar.
La palabra averiguata viene, claramente, del verbo averiguar, como bien lo explica el multicitado diccionario. Pero, para convertirlo en sustantivo, al verbo se le agrega el sufijo –ata, proveniente del latín y compartido por los idiomas español e italiano, y que da efecto de acción. Mediante este proceso llegamos a tener averiguatas como tenemos peroratas, debidas a quien nos endilga un sermón aburridor, y sonatas, una cierta forma de composición musical.
Algunos ejemplos del uso de averiguata en Autlán pueden ser los siguientes:

- Anoche el vecino no me dejó dormir, sabe qué averiguata traía con su esposa.

- Con esa averiguata parece como si de veras estuvieran estudiando. Parecen la pura verdad.

- No sé qué tanta averiguata traían. Me enfadaron y ahí los dejé.

sábado, 25 de abril de 2020

La desinformación en tiempos de COVID-19

Foto de BBC.
La mañana de este sábado 25 de abril el Capítulo Juvenil Costa Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco celebró una sesión para la presentación del trabajo correspondiente a este mes. A causa de la cuarentena al sesión se celebró a distancia, mediante la aplicación Jitsi. A la sesión asistieron 16 personas.
La anfitriona de este mes fue la periodista Mayra Vargas, quien presentó el trabajo Desinformación y reflexiones en tiempos de COVID-19, acerca de la circulación de información falsa con respecto a la pandemia, algunas acciones que se han emprendido para combatirla y cómo los lectores podemos hacerle frente.
Mayra comenzó su exposición dando algunos datos sobre la afectación mundial de la pandemia a cuatro meses de la aparición de los primeros casos en China, dijo que su rápida expansión ha dado lugar a una situación que nadie esperaba. Se refirió enseguida al virus de la "infodemia", esparcido principalmente en las redes sociales y que consiste en sobreabundancia de información de mala calidad y rumores, que pueden derivar en un agravamiento de los efectos de la pandemia.
Basada en la publicación Periodismo, noticias falsas y desinformación: un manual para la educación y capacitación en periodismo, de la UNESCO, que puede ser consultada aquí, Mayra expuso una clasificación de la información falsa presente en las redes sociales:

* Información errónea, que es información falsa pero sin la finalidad de causar daño. Quienes la comparten creen que es verdadera.
* Desinformación: información falsa que se crea para dañar a una persona o grupo social. Quienes la comparten saben que no es verídica.
* Información perjudicial: se basa en hechos reales y se usa para causar daño.

Otros errores o malas prácticas que cometemos los lectores y que pueden causar desinformación son tomar como fuente la sátira o la parodia y no hacer una lectura crítica de los textos, que nos podría alertar sobre la falta de conexión entre lo que dice la nota y sus imágenes, el que manejen un contexto falso o que se trate de contenido manipulado.
Mayra comentó enseguida algunos de los rumores más comunes en estos meses: el más socorrido, que dice que el coronavirus fue creado en un laboratorio, que hay que tomar constantemente bebidas calientes porque el virus no resiste el calor o que el sol mata el virus.
Por último la ponente relacionó algunas iniciativas periodísticas que han nacido para combatir la desinformación:

* Red Mexicana de Periodistas de Ciencia.
* Verificado.
* COVID con ciencia, que ha trabajado sobre el tema de la propagación del coronavirus por animales como murciélagos y pangolines, la eficacia de los sanitizantes y el tratamiento con plasma.
* El Sabueso, de Animal Político.
* Salud con Lupa, de Perú.

Como conclusión, Mayra Vargas dijo que es responsabilidad de los lectores ser críticos para informarse en fuentes confiables y que la actual situación sanitaria ha demostrado la necesidad de periodistas con interés y formación en temas de ciencia y salud. Recomendó revisar fuentes oficiales o de personal sanitario con experiencia, confirmar la claridad de la cita en las notas periodísticas y dudar de las notas estridentes, puesto que el trabajo del periodista no es impactar sino informar.

martes, 21 de abril de 2020

Antonio Borbón, el primer líder cívico del Autlán independiente

Retrato de Antonio Borbón, publicado en el álbum de los festejos del centenario de la consumación de la Independencia en Autlán. 

Por Guillermo Tovar Vázquez
Publicado originalmente en la revista El Cronista Municipal del año 2017.

Don Antonio Borbón nació en Etzatlán el 23 de junio de 1799, llegando a vivir a Autlán a principios de la década de 1820, aunque se ignora la fecha exacta. Sin embargo, el 5 de diciembre de 1824 ya aparece en el acta que los comisionados de los Ayuntamientos del distrito de Autlán levantaron para asentar los votos que se habían recibido en las Juntas municipales de la elección primaria para elegir cinco senadores propietarios y dos suplentes por el Estado de Jalisco. En esa elección primaria don Antonio Borbón recibió 32 votos que, aunque no le alcanzaron para ser nombrado elector, sí nos hablan de que para entonces ya era un ciudadano activo de Autlán y de que estuvo residiendo aquí desde su juventud. Las elecciones primarias servían para elegir a los ciudadanos que fungirían como electores en la segunda fase de la elección y que ya emitirían su voto por los candidatos a senadores.
Para marzo de 1825 firma como testigo en los interrogatorios que les hizo el alcalde de Autlán a algunos arrieros de la localidad, en la investigación por contrabando que se siguió contra el comerciante autlense José Modesto Castañeda, a petición de la oficina de alcabalas. Ese mismo año Antonio Borbón aparece formando parte de una comisión que viajó “a reconocer y mapear” el puerto de la Navidad, actual Barra de Navidad. Esta comisión fue financiada por el Ayuntamiento de Autlán y los señores José María Cabezud y Ramón Mardueño y, desafortunadamente, se ignoran los resultados que obtuvo.
Para 1826 su nombre figura en la relación de cuentas del Ayuntamiento, con una deuda de 13 reales, y firma además como funcionario municipal en los recibos que la corporación extendía a sus empleados como comprobantes por el pago de su sueldo.
En 1836 ya ejerce una posición de liderazgo en Autlán: ese año logra someter, junto con José Corona, a una gavilla federalista que amagaba a Autlán y la región, encabezada por Rafael Carreón, Francisco Uribe, Lorenzo Moreno y Juan N. Ramírez.
Desde sus primeros años en Autlán se distinguió por su carácter emprendedor y su interés por participar, con su trabajo y aún con sus recursos económicos, en el desarrollo del pueblo.
Fue propietario durante muchos años de la tienda El Nuevo Mundo, conocida después de su muerte como El Estanco, ubicada en el extremo poniente del portal Guerrero y que fue la tienda más grande de la región en su época. También fue el encargado de administrar el monopolio del tabaco, que pertenecía al gobierno federal, además de ser administrador de correo y de la venta de papel sellado, actividades que complementaba con la de su Quinta de Valencia, ubicada en el actual barrio de La Quinta, donde tenía una caldera de vapor y un pequeño molino de caña.
Fue parte del grupo de benefactores que financiaron la reconstrucción, en la década de 1850, del acueducto que llevaba agua a Autlán desde Ayutita y que fue construido a principios del siglo XVIII, del que todavía se conservan algunas ruinas. También planificó y financió la construcción, en 1869, de un dique que defendiera a Autlán de las crecidas de los arroyos al norte del valle, que ocasionaban graves inundaciones. Según algunos autores, aún existen restos de este dique, aunque no conocemos su ubicación exacta. También promovió la construcción de los portales del centro de Autlán, iniciando él mismo la del portal Vicente Guerrero, afuera de su tienda.
Al ser uno de los vecinos destacados, ocupó en varias ocasiones la jefatura política de Autlán. En una primera etapa fue alcalde primero de 1842 a 1845, teniendo una segunda etapa, mucho más agitada, a partir de 1858, cuando le tocó hacer frente a las distintas gavillas que se disputaban el territorio durante la Guerra de Reforma. El 20 de abril de este año, por ejemplo, el pueblo sufrió el ataque del cabecilla liberal Antonio Hinojosa, quien secuestró y sometió a toda clase de vejaciones a algunos vecinos principales, a quienes liberó luego del pago de una “multa” de 10 mil pesos. Con este cargo y sin ser partidario de alguno de los dos bandos, armó a un grupo de vecinos para tratar de mantener, en la medida de lo posible, la tranquilidad en el pueblo, en una de las épocas más convulsas de la historia de Autlán.
A don Antonio Borbón le tocó, como al resto de los vecinos más pudientes, padecer los préstamos forzosos del republicano Antonio Rojas. Ejerció, ésta sí por su voluntad, la caridad con los pobres, siendo recordado por no haber negado ayuda de cualquier tipo a quien se la solicitara y dejando en su testamento un porcentaje representativo de su patrimonio para dedicarlo a obras caritativas.
Falleció el 2 de noviembre de 1873 y sus restos reposan en una gaveta del panteón de los Dolores. El 28 de septiembre de 1899 se le impuso su nombre a la antigua calle de Las Montañas, una de las principales de Autlán y que, curiosamente, es la calle autlense que más tiempo ha llevado el mismo nombre oficial.



Fuentes:

* Archivo Histórico Municipal de Autlán. Caja no. 1.
* Autlán. Rubén Villaseñor Bordes.
* Autlán de la Grana al Manganeso. Ignacio Gómez Zepeda.
* Autlán, Jalisco. Folleto conmemorativo de la inauguración de la nueva Presidencia Municipal.
* Calles y barrios de Autlán. Ernesto Medina Lima.
* Crónicas de Autlán de la Grana, Jalisco. Ernesto Medina Lima.
* Los Dolores. La historia que no muere. Martha Florentina Corona Santana.

sábado, 18 de abril de 2020

Autlán en la Reforma




Una de las obras recopiladas en el libro Autlán, del doctor Rubén Villaseñor Bordes, publicado originalmente en 1987 por la Unidad Editorial del Gobierno del Estado y con una segunda edición en 2013 por el Ayuntamiento de Autlán, es Autlán en la Reforma.
Este libro, pequeño en formato pero de gran importancia para la historiografía de las actuales regiones Costa Sur y Sierra de Amula, es el punto de referencia más importante para conocer el devenir del movimiento de Reforma y el Segundo Imperio en Autlán. Organizado en nueve capítulos, Autlán en la Reforma contiene información nunca antes publicada y que ha sido retomada muy ocasionalmente sobre un pueblo, Autlán, cabecera del poco poblado y lejano sexto cantón de Jalisco, cuya élite y población eran más bien ajenos a los grandes movimientos políticos nacionales y que debían sortear los ataques y abusos de los cabecillas de los dos bandos en pugna. Conocemos gracias a este libro las fechas y pormenores de la entrada en Autlán de personajes como los liberales o republicanos Antonio Rojas, Antonio Hinojosa o Eulogio Parra y de los conservadores Remigio Tovar o Isidoro Domínguez; las peripecias vividas por don Antonio Borbón como obligado gobernante de Autlán al enfrentar a las gavillas conservadoras y al gobierno liberal, el fugaz pero representativo momento en que Autlán tuvo un rango político igual al de Guadalajara, como capital del departamento de su mismo nombre y, no menos importante, los nombres de los propietarios que fueron despojados por los combatientes.
El libro comienza y termina con acontecimientos muy puntuales: arranca con el levantamiento en Mascota, en abril de 1857, de Remigio Tovar y Francisco Guerrero contra la Constitución liberal y termina en el combate en las inmediaciones de Tecolotlán entre el coronel Palomares y el conservador Luis Labastida, levantado en Ahualulco en diciembre de 1871, al que el doctor Villaseñor llama el último hecho de armas por la Reforma en el 6° cantón.
Las fuentes a que acudió el doctor Rubén Villaseñor para este libro hay trece publicaciones previas, algunas de alcance nacional, como Algunas campañas de Ireneo Paz o La guerra de tres años de Manuel Cambre pero también algunas locales, como la biografía de don Antonio Borbón elaborada por el doctor José María Casillas (ahora perdida), una Historia de El Grullo de Gerónimo Pérez y las entrañables Voces de Talpa de José Ernesto Ramos. Pero estas fuentes son las menos, don Rubén también abrevó de los acervos del Archivo Histórico de Jalisco y del Archivo Parroquial de Autlán; además relaciona un testimonio del poeta Rogaciano Arias Michel, sobrino carnal del propietario de la hacienda Santa Rosa, en Unión de Tula, que fue asaltado por el liberal Eulogio Parra.
El estilo de don Rubén Villaseñor es parco, escueto, se limita a exponer los datos e interviene poco con opiniones propias pero, cuando lo hace, deja entrever su inclinación por el bando conservador.
Autlán en la Reforma no cuenta con información como fecha de publicación o editorial, por lo que creemos que es una edición realizada por completo por el autor. Sin embargo, es de creerse que fue publicado en la década de 1980, puesto que una de sus fuentes es la Historia de Jalisco, de José María Muriá. La edición fue de 400 ejemplares, rústicos, de 114 páginas engrapadas con cubiertas de cartulina. Como es lógico, el libro está agotado. Si lo ve usted en alguna librería de viejo, no dude en adquirirlo.

martes, 14 de abril de 2020

Voces sepultadas en los archivos 20: una epidemia de gripa hace estragos en Autlán

Recorte de la nota de El Informador publicada el 29 de enero de 1929.

Si usted está leyendo este texto en una fecha próxima a la de su publicación, seguramente está padeciendo, en mayor o menor grado y en una forma u otra, las incomodidades de la temporal nueva forma de vida a que nos ha reducido la pandemia provocada por la nueva cepa de coronavirus. Quizás esté cansado de estar recluido en casa, obligado a tener cerrado su negocio por no ser de un giro esencial, sufriendo la falta de algunos servicios o sintiendo un poco de ansiedad por la inminencia de la peor etapa de la enfermedad a nuestra región.
Sin embargo, los autlenses de hace menos de un siglo, apenas de 1929, lo pasaban mucho peor que nosotros. Según información del corresponsal en Autlán del diario El Informador, al iniciar ese año los habitantes de la región tuvieron que lamentar una gran cantidad de víctimas de gripa, entre ellas muchos muertos. Las autoridades civiles y militares tuvieron que tomar “medidas enérgicas” para tratar de detener el avance de la enfermedad. Aunque la nota no lo detalla, hablar de medidas enérgicas en plena Guerra Cristera seguramente se refería a mucho más que colocar un cerco a los jardines del centro del pueblo.
Enseguida transcribimos el párrafo de la nota que habla exclusivamente de Autlán, fechada el 23 de enero de 1929:
“Es verdaderamente alarmante la epidemia de gripa que se ha desarrollado en esta ciudad. Los médicos han redoblado sus esfuerzos para combatirla y a pesar de ello, es notable el número de griposos que se encuentra en cada hogar, dándose casos, con frecuencia, de fiebres, de origen palúdico, neumonías y algunos de viruela, teniendo las autoridades, tanto civiles como militares, que dictar medidas enérgicas, para ver si es posible contrarrestar el desarrollo de dichas enfermedades”.
La nota también refiere que estuvo en Autlán, procedente de Sayula, el señor Eduardo Munzenberger, quien tuvo que pasar varios días recluido en su habitación del hotel Valencia mientras se recuperaba de una fuerte gripa que lo atacó. Pero quienes, al parecer, lo pasaron peor, fueron los grullenses: el corresponsal en Autlán de El Informador dice que, por personas que llegaron recientemente del vecino pueblo, pudo enterarse de que allá estaban atacando fuertemente la gripa y las enfermedades palúdicas, provocando ¡de ocho a diez muertos al día! Para colmo, El Grullo no contaba entonces con servicios médicos más que dos veces por semana.
De manera que podemos concluir que la situación que vivimos actualmente en Autlán no es por completo inédita ni es, hasta ahora, la peor que los autlenses hemos tenido que sortear.

viernes, 10 de abril de 2020

Una nueva simbiosis global



Por el doctor Rodrigo Ramos Zúñiga
Comisión Estatal de Bioética Jalisco

“Es por ello que  aún cuando no tengamos la absoluta certeza científica, debemos al menos tener la certeza moral, que  nos conduce invariablemente a la certeza ética, de que nuestras decisiones tienen como fin primario el beneficio de las personas  y comunidades”

Se avecinan tiempos en que tal vez deberíamos adoptar el concepto de una “Nueva simbiosis” en el orden biológico y de los ecosistemas, tal y como lo hacen los economistas y socio-antropólogos cuando existe una sacudida en los mercados o en las fronteras del mundo y postulan el “nuevo orden mundial”.
La naturaleza nos ha dado una lección y más nos vale aprenderla.
Después de la turbulencia global relacionada con la aparición del SARS Co-2, que ha puesto a prueba y ha rebasado la capacidad instalada de predicción, prevención, contención y mitigación de las instituciones sanitarias en todo el mundo, pareciera que nos hemos quedado, por ahora, a merced de un proceso de selección natural, de resiliencia biológica y de resistencia adaptativa de nuestro sistema inmune individual y de la llamada inmunidad de rebaño (como si fuera una vacunación por contacto comunitario, definido por los asintomáticos y los recuperados de la  infección).
Esta susceptibilidad tiene un impacto directo en la salud física que se expresa en ley de probabilidades de contagio, de factores de riesgo reconocidos y no modificables (la edad, por ejemplo), y se ha expresado en la neumonía atípica severa con serias complicaciones en la  capacidad ventilatoria. En aquellas personas en las que esta sumatoria de variables genera una tormenta “imperfecta”, pero tormenta al fin; es en quienes se presentarían los más altos riesgos de complicaciones y la instalación del compromiso respiratorio, con los riesgos inherentes para la falla orgánica progresiva.
Existen también los otros factores modificables pero no necesariamente controlables (libre albedrío), en los cuales interviene la autodeterminación, pero apelando a un marco de prelación del interés en la salud pública y el beneficio común. Y con ello nos referimos a la conducta de los individuos ante un entorno de alerta, tanto en los mecanismos reactivos más primitivos, como en las estrategias con una planeación reflexiva, analítica y ejecución cognitiva precisa.
En este panorama es común que la incertidumbre aparezca en la escena. Llega también como un fantasma que genera un impacto en la salud mental y emocional y tiene también impactos directos en las personas, que se manifiestan en diferentes vertientes: trastorno de ansiedad, crisis de pánico, falta de atención y concentración, agravamiento de síntomas cognitivos, trastornos del sueño y manifestaciones psicosomáticas, entre otras.
Si identificamos el rol corresponsable de los individuos en una sociedad, solo existen dos medidas  fundamentales, que pudiesen parecer limitadas y poco útiles, pero claves. Estas acciones guardan una lógica elemental para fortalecer los cercos de propagación: 

1) El quedarse en casa,
2) El mantener las medidas de aseo y protección respiratoria, incluyendo el distanciamiento físico (que no social).

La primera no requiere de mayor explicación sino una ratificación en su pertinencia. Pero la última merece un comentario adicional: la traducción del concepto de aislamiento social no es literal para la comunidad latina y se transcribe como  un distanciamiento físico de acuerdo a las indicaciones de las instituciones de salud.
El virus de la incertidumbre solo se puede combatir estando comunicados, cercanos emocional y afectivamente (y agreguemos virtualmente), sobre todo cuando nos enfrentamos a un enemigo microscópico, invisible que no nos da la cara directamente.
Este distanciamiento físico pero con cercanía emocional y solidaria es la mejor medicina para contrarrestar la depresión, la angustia y el pánico.
El cerebro del homo sapiens es de los cerebros más egoístas, que hacen evidente su actitud primitiva en condiciones de riesgo en busca de la sobrevivencia. Esta actitud configura un escenario de riesgo cuando puede aparecer la conducta predatoria (depredadores que consideran justificada su conducta para mantenerse vivos), a la cual debemos estar atentos, y evitar su despliegue encarnizado. Es a través de  la información correcta para la toma de decisiones y la educación emocional a través de la confianza, la justicia, la beneficencia y la equidad social, que  se puede lograr.
Curiosamente estas premisas forman parte del principialismo bioético, que es más considerado en los códigos conductuales y deontológicos de la cultura occidental, y procura fortalecer los valores inherentes al ser humano, particularmente en su dignidad.
La resiliencia en un origen biológico postulada por Darwin, expresaba una tesis evolutiva en las especies, y se sustentaba sobre todo en la capacidad de adaptación.
De esta misma forma, la resiliencia cognitiva y emocional nos proponen un panorama que puede ser promisorio, no solo si resistimos a los embates de las crisis, sino que además tengamos la capacidad de aprender, desaprender (descolonizar) y salir fortalecidos, como individuos y como sociedad.
Seguramente esta nueva forma de convivencia con nuestro microbioma, así como con los ecosistemas con que compartimos espacios y ambientes con otras especies, nos llevará a recordar siempre y de una vez por todas, que no somos superiores en un sentido jerárquico; sino en un sentido de responsabilidad. Que debemos adaptarnos a un nuevo orden biológico en esta “Nueva Simbiosis”, en la que sin duda llegaremos un día a coexistir con otros microorganismos, sin tantos daños colaterales derivados de esta nueva convivencia.
Debemos respeto a la naturaleza (incluyendo la que no vemos a simple vista), de la misma manera que respetamos a nuestros congéneres.