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Una imagen de la ponencia del maestro Jesús Medina. |
Aunque la jornada del viernes 1
de octubre del primer Coloquio Las Artes en el Sur de Jalisco. Creación e
investigación de la licenciatura en Artes del Centro Universitario de la
Costa Sur solo incluyó ponencias del tercer eje temático, El legado regional en
las artes musicales, visuales y escénicas, tuvo una cantidad mayor de ponentes
y una duración mayor, de casi cuatro horas.
Las presentaciones comenzaron a
las 10:10 horas, con el tema Colección de compositores de la región Costa
Sur, del maestro Jesús D. Medina García. Esta ponencia comenzó explicando
la reforma administrativa de la Universidad de Guadalajara de 1990, que
propició la creación de la red universitaria con centros universitarios en las
distintas regiones de Jalisco, entre ellos el CUCSur. Entre los primeros
trabajos de vinculación del nuevo Centro Universitario de la Costa Sur con
otros centros, en este caso el CUAAD, estuvo el trabajo de rescate de obras de
compositores de esta región, hechas entre 1870 y 1940 y ya identificadas por el
etnomusicólogo Ernesto Cano. De este trabajo fueron fruto los primeros tres
volúmenes de Compositores de la Región, una colección de CDs de estas obras. El
maestro Medina comentó cada uno de los cuatro volúmenes de la colección, más
una selección de pasodobles publicado para el Carnaval Autlán 2012, con
precisiones sobre los ejecutantes, particularidades de cada uno de los volúmenes
y las actividades que se realizaron alrededor de su publicación, como el
concierto celebrado en el Paraninfo el 7 de diciembre de 2001, con una
selección de piezas de los primeros dos volúmenes interpretadas por el joven
pianista Joel Juan Qui. El ponente, quien participó en todo el proceso de la
publicación de esta colección, concluyó que se cumplió con el objetivo de
rescatar, preservar y difundir la cultura musical jalisciense, propiciando
además el trabajo en red cuando esta forma de organización universitaria estaba
apenas comenzando y que esta colección podría servir de puente entre la
difusión cultural de los primeros años del CUCSur y la nueva licenciatura en
Artes.
La alumna de la licenciatura en
Artes Lizbeth Corona Velasco presentó enseguida el trabajo El Son Limonense.
En busca de una identidad comunitaria, una exploración de los símbolos de
identidad musicales de El Limón. Luego de una descripción de este municipio y
de sus antecedentes musicales, la ponente refirió la historia del Son Limonense,
compuesto por Miguel Jiménez Uribe para el grupo folclórico Almolón, de ese
municipio, con una letra que describe algunas de las particularidades de El
Limón, agricultura y lugares más representativos. Lizbeth Corona considera que
este son corre el riesgo de caer en el olvido, esto porque actualmente está
ligado solamente a las presentaciones del ballet Almolón y, según testimonio de
su autor, no ha habido interés de un mariachi local y de otro grupo folclórico
de interpretarlo. Ante esto y el poco interés que hay en el público sobre la
marcha Viva El Limón, de Álvaro Velasco, Lizbeth opinó que hace falta
una pieza musical que identifique a El Limón, como sí las tienen Autlán y El
Grullo. La ponente también analizó la identidad de El Limón y su relación con
esta letra, basada en las teorías del sociólogo Stuart Hall.
El tercer turno correspondió a
Martha Florentina Corona Santana, directora del Museo y Centro Regional de las
Artes y única ponente externa a la Universidad de Guadalajara que participó en
el coloquio. Ella expuso el trabajo El impacto del Museo Regional de las
Artes de Autlán de Navarro, como espacio para el acceso a las manifestaciones
artísticas, que comenzó con la definición de museo según el Consejo
Internacional de Museos (ICOM), aunque dijo que el Museo de Autlán asume que su
objetivo va más allá de esta definición y que debe luchar por una función de
más protagonismo. Mencionó que, aunque los frutos de un museo se recogen mucho
tiempo después de su apertura, en el caso de Autlán ya se pueden percibir
resultados. Luego de mencionar algunos antecedentes de la finca que alberga el
Museo, que data del siglo XIX y ha tenido varios propietarios, mostró, mediante
gráficas, estadísticas de las actividades que se han desarrollado ahí desde 2012,
el año de su apertura: exposiciones, presentaciones de danza, taller de
lectura, presentaciones de libros, conciertos, teatro y, de manera conjunta,
ciclos de cine, foros y conferencias. Mostró también algunas imágenes de
actividades realizadas en el Museo durante todos estos años, para concluir que
el Museo llegó a complementar la infraestructura cultural de Autlán, que ya
contaba para 2012 con el centro cultural José Atanasio Monroy, la Casa
Universitaria y la Casa de la Cultura, pero que se ha convertido en un espacio
de encuentro y sitio para la exposición de arte de vanguardia.
Mauricio Allera Malo, profesor de
piano en la licenciatura en Artes, expuso el trabajo Los músicos grullenses dentro
de la milicia: estudio sobre Estanislao García, Guadalupe Mojica, Hugo
Maldonado y Daniel Flores. Su exposición comenzó con un recuento de la
historia de la música militar en México, desde las bandas militares de la Nueva
España, que imitaban a las orquestas militares europeas y que contaban con
oboes, clarinetes, cornos, fagots, flautas y percusiones. Estas bandas
evolucionaron en dos vertientes, las dedicadas a transmitir órdenes hacia la
tropa y las orquestas, cuyos repertorios incluían música de concierto, música
popular y militar. Luego de mencionar semblanzas de los cuatro músicos
grullenses que aparecen en el título de la ponencia, Allera explicó algunos
puntos de comparación entre las bandas militares y las orquestas sinfónicas, entre
cuyas similitudes encuentra los valores de la disciplina y la perseverancia,
así como identidad, orden, respeto y obediencia, que los músicos que fueron
objeto de la presentación obtuvieron a su paso por la milicia.
Una ponencia de muy alto interés para
la historiografía de nuestra región fue la que presentó el alumno Yoel Valente Díaz:
Recuperación del archivo musical de la parroquia del Rosario en Unión de
Tula. Luego de exponer algunas consideraciones sobre la necesidad de
conservar y estudiar de manera sistemática los archivos musicales, asignaturas
que han sido ignoradas en las escuelas de música, narró cómo encontró, casualmente,
los archivos musicales de la parroquia de Unión de Tula junto a unos botes de
basura, listos para tirarlos. Afortunadamente pudo rescatarlos para enseguida
hacer una discriminación de los papeles todavía utilizables y una clasificación
de éstos, consignando autor, editorial, año de publicación, entre otros datos. Su
clasificación tomó en cuenta el momento histórico y la corriente musical de cada
composición, de los que describió sus características para luego mostrar el
catálogo que logró armar.
El siguiente turno fue para el
también alumno César Noé López Peña, integrante de la chirimía López Peña, quien
expuso La chirimía dentro del Carnaval de Autlán: autoetnografía de un
chirimillero. La presentación incluyó una descripción de la música de
chirimía y los instrumentos con que se logra, así como la historia de éstos. Como
es sabido, esta música está íntimamente ligada con el Carnaval de Autlán, por
lo que en la exposición se incluyó también una historia de esta festividad y
una descripción de su relación con la chirimía: el anuncio del Carnaval, las
albas, las farolas, el Entierro del Mal Humor, los festejos taurinos y, claro,
el Día Municipal de la Chirimía, del que se expusieron todos los pormenores. También
se habló del repertorio de la chirimía, su papel en la Iglesia en el siglo XVI
y su paulatino reemplazo por otros instrumentos, el traje del chirimillero y
otros detalles de esta forma musical. El ponente opinó que hace falta
investigar en archivos eclesiásticos los repertorios antiguos de la chirimía. La
ponencia terminó con una presentación de la chirimía López Peña, tocando los tradicionales
y carnavalescos Papaques.
La última ponencia del coloquio
estuvo a cargo del profesor Hirepan Solorio Farfán, con el título Yo primero
toqué y después estudié. Estudio etnográfico de Miguel Ángel Ayala Murguía,
en la que hace una semblanza de este músico originario de Zapotitlán de Vadillo,
basado en testimonios y declaraciones del mismo Ayala. A éste lo compara con el
gabrielense Blas Galindo por el hecho de haber crecido en la misma región y dentro
de un entorno musical, así como por haber tenido que salir de su tierra para
formalizar los conocimientos musicales que ya tenían desde su infancia, obtenidos
en sus propios pueblos. Con profusión de citas para encuadrar su vida en un
marco teórico, el ponente hizo una reconstrucción de la biografía de Miguel
Ángel Ayala, sus estudios en Zapotiltic y en Colima, los trabajos que realizó fuera
de su tierra y su regreso a Zapotitlán, donde desarrolla proyectos de enseñanza
y práctica artística como remedio para la descomposición social que observó en
su pueblo.
Durante su mensaje de clausura, el doctor Hirineo
Martínez Barragán habló de la necesidad de que los trabajos presentados en el coloquio
no queden solo entre quienes asistieron o vieron las ponencias en redes
sociales, sino que sean publicados en algún otro tipo de soporte para su mejor
difusión. En CulturAutlán esperamos que así sea.
Para ver completa esta segunda jornada del Coloquio Las Artes en el Sur de Jalisco, hay que hacer clic en este enlace.