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sábado, 10 de febrero de 2018

Tertulia taurina en el Museo Regional



La tarde del viernes 9 de febrero en el salón de usos múltiples del Museo Regional tuvo lugar la actividad denominada tertulia taurina, organizada por la empresa Casa Toreros y en la que participaron el matador de toros retirado José Antonio Campuzano, el ganadero peruano Juan Manuel Roca Rey y el periodista Carlos Efrén Rangel como moderador. Con la asistencia de más de 150 personas, la tertulia comenzó a las 19:05 horas.
Como su título lo indica, esta actividad transcurrió como una plática informal, aunque sobre un guión preparado previamente por Rangel. La mayor parte de la plática giró en torno a la figura del joven torero peruano Andrés Roca Rey, quien estaba anunciado para presentarse en la tertulia pero se disculpó a causa de un cuadro gripal.
El uso de la palabra se alternaba entre los dos invitados, sobre preguntas hechas por el moderador a uno o a otro. De esta manera, Roca Rey explicó que el matador Andrés pertenece a la cuarta generación de una familia ligada a los toros, desde su bisabuelo ganadero hasta sus tíos toreros, artistas, administradores de plazas y empresarios. Narró sobre la afición de Andrés a los toros desde la infancia y cómo su primer acercamiento con ganado bravo ocurrió a los dos años de edad precisamente en brazos de Juan Manuel (es tío de Andrés). En su última intervención, preguntado si cree que Andrés Roca Rey llegue a superar a Mario Vargas Llosa como el peruano más conocido en el mundo, respondió que cree que la importancia de Andrés en el mundo de los toros será mayor que la de Vargas Llosa en el mundo literario.
Aunque fue José Antonio Campuzano quien acaparó más tiempo el micrófono. Con un marcado acento andaluz (es natural de Écija, Sevilla, "la sartén de Andalucía") habló de cómo conoció a Andrés Roca Rey en una tienta en el Perú, con quien tiene desde entonces (hace unos seis años) una relación maestro-alumno, en la que el peruano ha aprendido "casi todo" en pocos años, lo que a él le tomó alrededor de veinte.
A pesar de esa relación, Campuzano afirmó que en el torero Roca Rey no hay nada del torero Campuzano: analizó su forma de torear y dijo que encuentra similitudes en algunos momentos entre el matador inca y grandes figuras a las que éste nunca vio torear, como Luis Miguel Dominguín, Armillita y otros. Narró detalles cotidianos, como la rutina que seguía en las horas previas a una corrida, enfatizando la necesidad de estar solo durante esos momentos.
Campuzano afirmó también que Andrés Roca Rey no tiene "techo", es decir, límite o punto máximo que pueda marcar su decadencia; sobre su única actuación en Autlán dijo que no fue agradable porque le tocó a Andrés un mal lote de toros, que lleva una espinita clavada que espera sacarse en este Carnaval 2018.
Al final, declaró que, más que como una figura del toreo o como formador de toreros espera ser recordado como un hombre bueno.
Enseguida se abrió una sesión de preguntas y respuestas en la que el público les hizo a los invitados preguntas acerca de la forma de torear de Andrés Roca Rey, sobre la formación de jóvenes en el toreo (en la que Campuzano acentuó la necesidad de que los jóvenes sean autocríticos) y sobre el papel de la mujer en la tauromaquia, en la que el ex matador dijo que no tienen un lugar junto a las figuras.
El grupo de baile español y flamenco Sacromonte intervino al inicio y al final de la tertulia con un par de números: Los cinco toreros y Viva el pasodoble.

jueves, 8 de febrero de 2018

Presentación de "El sueño de un maletilla"




Esta noche en el salón Ernesto Medina Lima de la Presidencia Municipal el matador de toros Lorenzo Garza Gaona presentó su novela El sueño de un maletilla, ante unas 50 personas que hicieron lucir lleno el recinto. La presentación comenzó a las 19:10 horas.
Fue el autor quien comentó la novela y el único que hizo uso de la palabra. Explicó el génesis de la misma, que ocurrió en un momento desafortunado de su carrera: el año de su alternativa sufrió una cornada que le provocó a su vez una fractura de clavícula, lo que lo mantuvo inactivo durante un tiempo largo. Garza aprovechó este alejamiento de los ruedos para "cuadrar" a algunos personajes que ya tenía imaginados (dijo que escribe desde muy joven, pero hasta la publicación de esta novela había sido solo escritor "de closet") y le dio forma a la historia. Esto, porque como artista buscaba un medio de expresión, que "taurinamente" no podía encontrar debido a su lesión.
Sobre la novela, dijo que está ambientada a principios de la década de 1950, cuando todavía existían "maletillas", aspirantes a toreros que "corrían la legua" padeciendo hambre y otras dificultades para conseguir una oportunidad de torear. En ella, aseguró, el lector pasará por todos los estados de ánimo; es pasión su palabra clave. El prólogo es de Heriberto Murrieta y el INBA reconoció a El sueño de un maletilla por su aporte cultural al incluir un glosario del argot taurino. El autor habló de algunos de sus personajes y de características de la trama.
En diálogo con los asistentes, Lorenzo Garza narró anécdotas suyas y de su abuelo del mismo nombre, conocido como "El ave de tempestades", incluyendo la célebre historia del brindis de un toro que hiciera éste a la mujer que acompañaba en una ocasión al cacique Maximino Ávila Camacho.
Por último, el autor regaló un ejemplar de la novela a la Escuela Taurina de Autlán, para que los alumnos conocieran las dificultades por las que tenían que pasar los aspirantes a toreros en otras épocas. Le fue leído, enseguida, un mensaje de la misma escuela donde afirman que esta novela les enseña la parte difícil del toreo.
Prácticamente todos los asistentes adquirimos la novela y el autor accedió a autografiar cada uno de los ejemplares.

miércoles, 31 de enero de 2018

4 mitos 4 del Carnaval de Autlán




Ya estamos a pocos días de que inicie el Carnaval, la fiesta más importante de los autlenses. Es tan importante, que a su alrededor se han tejido algunos mitos sobre su origen y magnitud, la mayoría de ellos propalados alegremente por los organizadores de los carnavales en distintos años y por las autoridades municipales.
Van algunos que, a mi juicio, son los más recurrentes:

1.- El primer Carnaval se celebró en 1831: Como ya lo explicamos aquí hace algunos años, desde hace tiempo se ha venido estableciendo entre el público, gracias a la repetición continua de los organizadores del Carnaval, que la primera vez que esta fiesta se celebró fue en el año de 1831, "según los historiadores", dijo alguna vez un presidente municipal. El fundamento para esta afirmación es que el documento más antiguo que se conoce relativo al Carnaval de Autlán, según Rubén Villaseñor Bordes y Ernesto Medina Lima, es un permiso que se otorga a un señor Mardueño para organizar una serie de corridas de toros con la condición de que terminen un día antes del Miércoles de Ceniza de 1831. Pero se omite, quizás por no haberlos leído con detenimiento, que los dos cronistas mencionados también refieren en su obra que no pueden precisar la antigüedad del Carnaval y que existen evidencias de que éste es más antiguo.

Un párrafo del libro "Autlán", de Rubén Villaseñor Bordes.

2.- Por lo tanto, en 2018 se celebrará la "edición 188": Suponiendo, sin conceder, que el primer Carnaval de Autlán se hubiera celebrado en 1831, la de 2018 seguiría sin ser la "edición 188": no sabemos con certeza cuántos carnavales se celebraron en el siglo XIX o si dejaron de celebrarse durante los aciagos años de la guerra de Reforma y de la Intervención Francesa, como sí ocurrió durante la Revolución, por ejemplo. De manera que, con los carnavales que dejaron de celebrarse durante el siglo XX (por lo menos), no alcanzaríamos a llegar a 188.

3.- El Entierro del Mal Humor lo trajeron los trabajadores del Ingenio: Se ha extendido con rapidez la versión, incluso publicada en investigaciones serias, como la de Patricia Núñez, de que el Entierro del Mal Humor fue traído a Autlán por los trabajadores (muchos de ellos veracruzanos) que llegaron al valle con la apertura del Ingenio Melchor Ocampo. Esta industria comenzó a operar en el año 1969 y antes de esa fecha no habían llegado sus trabajadores. Sin embargo, hay constancia en el programa del Carnaval de 1959 de que ya se celebraba un Entierro del Mal Humor, con un desfile por las principales calles de Autlán. Este hecho se reafirma con lo que cuentan las personas que ya tenían uso de razón durante la década de 1960 y que recuerdan detalles de los entierros del mal humor de esa época, como el Rey Feo.

Programa del Carnaval de 1959. La primera actividad es el Entierro del Mal Humor.

4.- Es el mejor Carnaval taurino del mundo: Dice el eslogan del Carnaval de Autlán que éste es el "mejor Carnaval taurino del mundo". Sin embargo, no se explica cómo se llegó a tal conclusión ni si ésta es compartida por, digamos, la mitad más uno de los aficionados a los toros en el mundo o si es el resultado de algún trabajo serio de comparación con, por ejemplo, el carnaval de Jalostotitlán (cuyo serial taurino es organizado en 2018 por la empresa Casa Toreros, igual que el de Autlán), o con el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo (Salamanca, España) o con el Festival Internacional del Sol, también conocido como Carnaval Taurino de América, de Mérida, Venezuela. Y, mientras no se demuestre, no pasará de ser un eslogan publicitario, algo muy similar a un mito.

En fin, espero que no se me tome a mal este recuento, que no tiene otra intención que favorecer el conocimiento crítico de nuestra identidad.

domingo, 10 de diciembre de 2017

Hasta pronto, deGrana

La nobleza. Óleo de Ana Rosa Villaseñor. 1993.


Mediante un oficio difundido en Facebook y firmado por Carlos Efrén Rangel y Fabián Álvarez, sus directores, el sitio web deGrana.com anunció el pasado viernes que no cubrirá los próximos carnavales, sin precisar cuántos, debido a que los integrantes de su equipo han tomado otras responsabilidades en sus proyectos de vida. Queda, sin embargo, en el aire la posibilidad de una segunda etapa en el trabajo editorial que deGrana realizó durante 12 años en la cobertura de las actividades del Carnaval de Autlán, incluyendo las previas y las posteriores a los famosos diez días.
La noticia causó sorpresa y desaliento entre el público, manifestados en los comentarios y las "reacciones" que la mencionada red social permite a sus usuarios para interactuar. Y no es para menos: según la Asociación Mexicana de Internet el 54% de los usuarios de Internet en México tienen 24 años de edad o menos, de lo que podemos inferir que eran apenas adolescentes cuando deGrana comenzó a trabajar.
Para este grupo de población deGrana ha sido siempre un elemento importante de su forma de vivir el Carnaval: acostumbrados desde la infancia a convivir con las tecnología de la información, para ellos es casi tan importante la plaza de toros como las redes sociales o las páginas web, donde habitualmente buscan las coberturas fotográficas de deGrana con la esperanza de encontrarse a ellos mismos o a sus amigos en alguna de las imágenes, consultan por la mañana el programa de actividades de cada día del Carnaval o las crónicas o reseñas de lo que hubo el día anterior. Mediante sus publicaciones, además, los autlenses radicados en otros lugares del mundo podían estar enterados de todo lo que ocurría durante la principal fiesta de Autlán. En 2018 les costará trabajo acostumbrarse a no contar con este servicio.
DeGrana, como el callejón del vicio (guardando, claro, las debidas distancias), es uno de esos elementos que, sin sentir, se han ido convirtiendo en parte del Carnaval de Autlán, sin ser impuestos por una autoridad. Y que son, precisamente por eso, mejor acogidos por la afición.
Los autlenses estaremos esperando su segunda etapa.