Retrato de Antonio Borbón, publicado en el álbum de los festejos del centenario de la consumación de la Independencia en Autlán. |
Por Guillermo Tovar Vázquez
Publicado originalmente en la revista El Cronista Municipal del año 2017.
Don Antonio Borbón nació en Etzatlán el
23 de junio de 1799, llegando a vivir a Autlán a principios de la década de
1820, aunque se ignora la fecha exacta. Sin embargo, el 5 de diciembre de 1824
ya aparece en el acta que los comisionados de los Ayuntamientos del distrito de
Autlán levantaron para asentar los votos que se habían recibido en las Juntas
municipales de la elección primaria para elegir cinco senadores propietarios y
dos suplentes por el Estado de Jalisco. En esa elección primaria don Antonio
Borbón recibió 32 votos que, aunque no le alcanzaron para ser nombrado elector,
sí nos hablan de que para entonces ya era un ciudadano activo de Autlán y de
que estuvo residiendo aquí desde su juventud. Las elecciones primarias servían
para elegir a los ciudadanos que fungirían como electores en la segunda fase de
la elección y que ya emitirían su voto por los candidatos a senadores.
Para marzo de 1825 firma como testigo
en los interrogatorios que les hizo el alcalde de Autlán a algunos arrieros de
la localidad, en la investigación por contrabando que se siguió contra el
comerciante autlense José Modesto Castañeda, a petición de la oficina de
alcabalas. Ese mismo año Antonio Borbón aparece formando parte de una comisión
que viajó “a reconocer y mapear” el puerto de la Navidad, actual Barra de
Navidad. Esta comisión fue financiada por el Ayuntamiento de Autlán y los
señores José María Cabezud y Ramón Mardueño y, desafortunadamente, se
ignoran los resultados que obtuvo.
Para 1826 su nombre figura en la
relación de cuentas del Ayuntamiento, con una deuda de 13 reales, y firma
además como funcionario municipal en los recibos que la corporación extendía a
sus empleados como comprobantes por el pago de su sueldo.
En 1836 ya ejerce una posición de
liderazgo en Autlán: ese año logra someter, junto con José Corona, a una
gavilla federalista que amagaba a Autlán y la región, encabezada por Rafael
Carreón, Francisco Uribe, Lorenzo Moreno y Juan N. Ramírez.
Desde sus primeros años en Autlán se
distinguió por su carácter emprendedor y su interés por participar, con su trabajo
y aún con sus recursos económicos, en el desarrollo del pueblo.
Fue propietario durante muchos años de
la tienda El Nuevo Mundo, conocida después de su muerte como El Estanco,
ubicada en el extremo poniente del portal Guerrero y que fue la tienda más grande
de la región en su época. También fue el encargado de administrar el monopolio
del tabaco, que pertenecía al gobierno federal, además de ser administrador de
correo y de la venta de papel sellado, actividades que complementaba con la de
su Quinta de Valencia, ubicada en el actual barrio de La Quinta, donde tenía
una caldera de vapor y un pequeño molino de caña.
Fue parte del grupo de benefactores que
financiaron la reconstrucción, en la década de 1850, del acueducto que llevaba
agua a Autlán desde Ayutita y que fue construido a principios del siglo XVIII,
del que todavía se conservan algunas ruinas. También planificó y financió la
construcción, en 1869, de un dique que defendiera a Autlán de las crecidas de
los arroyos al norte del valle, que ocasionaban graves inundaciones. Según
algunos autores, aún existen restos de este dique, aunque no conocemos su
ubicación exacta. También promovió la construcción de los portales del centro
de Autlán, iniciando él mismo la del portal Vicente Guerrero, afuera de su tienda.
Al ser uno de los vecinos destacados,
ocupó en varias ocasiones la jefatura política de Autlán. En una primera etapa
fue alcalde primero de 1842 a 1845, teniendo una segunda etapa, mucho más
agitada, a partir de 1858, cuando le tocó hacer frente a las distintas gavillas
que se disputaban el territorio durante la Guerra de Reforma. El 20 de abril de este
año, por ejemplo, el pueblo sufrió el ataque del cabecilla liberal Antonio Hinojosa,
quien secuestró y sometió a toda clase de vejaciones a algunos vecinos
principales, a quienes liberó luego del pago de una “multa” de 10 mil pesos. Con
este cargo y sin ser partidario de alguno de los dos bandos, armó a un grupo de
vecinos para tratar de mantener, en la medida de lo posible, la tranquilidad en
el pueblo, en una de las épocas más convulsas de la historia de Autlán.
A don Antonio Borbón le tocó, como al
resto de los vecinos más pudientes, padecer los préstamos forzosos del republicano
Antonio Rojas. Ejerció, ésta sí por su voluntad, la caridad con los pobres,
siendo recordado por no haber negado ayuda de cualquier tipo a quien se la
solicitara y dejando en su testamento un porcentaje representativo de su
patrimonio para dedicarlo a obras caritativas.
Falleció el 2 de noviembre de 1873 y
sus restos reposan en una gaveta del panteón de los Dolores. El 28 de
septiembre de 1899 se le impuso su nombre a la antigua calle de Las Montañas,
una de las principales de Autlán y que, curiosamente, es la calle autlense que
más tiempo ha llevado el mismo nombre oficial.
Fuentes:
* Archivo Histórico Municipal de Autlán. Caja no. 1.
* Autlán. Rubén Villaseñor Bordes.
* Archivo Histórico Municipal de Autlán. Caja no. 1.
* Autlán. Rubén Villaseñor Bordes.
* Autlán de la Grana al Manganeso.
Ignacio Gómez Zepeda.
* Autlán, Jalisco. Folleto
conmemorativo de la inauguración de la nueva Presidencia Municipal.
* Calles y barrios de Autlán.
Ernesto Medina Lima.
* Crónicas de Autlán de la Grana,
Jalisco. Ernesto Medina Lima.
* Los Dolores. La historia que no muere. Martha Florentina Corona
Santana.
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