De izq. a der.: Guillermo Tovar, Margarita Soltero, José Luis Araiza, María Luisa Medina. |
Este miércoles 30 de octubre se llevó a cabo en el salón de usos múltiples del Museo Regional la décima sesión de Conversaciones sobre Autlán, espacio organizado por el cronista municipal para rescatar y difundir la memoria colectiva. Esta vez el tema de la conversación fue el profesor Fausto Maldonado Vargas, quien tuvo una dilatada carrera en el magisterio en las actuales regiones Costa Sur y Sierra de Amula, como profesor, inspector y director de diversos planteles. La sesión inició a las 19:05 horas y reunió a unas 60 personas, la mitad de ellos alumnos de la Unidad 143 de la Universidad Pedagógica Nacional, con sede en Autlán, fundada por el profesor Maldonado.
Para comenzar la sesión el cronista de Autlán, Guillermo Tovar Vázquez, leyó una semblanza curricular del profesor Fausto Maldonado, en la que mencionó que consiguió el certificado de primaria hasta los 20 años de edad, comenzando inmediatamente su carrera en el magisterio que lo llevó a dar clases de primaria en Cuzalapa, Melaque y Autlán, para luego pasar a ser supervisor de las zonas de Purificación y Unión de Tula, director de la primaria Amado Nervo, de Autlán, de la Escuela Normal para Educadoras de Unión de Tula y de la Unidad 143 de la UPN en Autlán, de la que fue fundador. También mencionó algunos de los reconocimientos que recibió este profesor en diferentes momentos de su vida, otorgados por los municipios de Autlán y de Unión de Tula, por el gobierno federal (la medalla Ignacio Manuel Altamirano) y por las instituciones a las que sirvió.
Enseguida dio inicio un panel en el que participaron el mismo cronista y los profesores Margarita Soltero, María Luisa Medina Vera y José Luis Araiza, en ese orden, todos ellos compañeros y/o alumnos del profesor Fausto Maldonado, quienes compartieron recuerdos y aspectos de su personalidad:
* La profesora Margarita Soltero, quien comenzó a trabajar en 1966 en la primaria Amado Nervo, recordó cómo eran los servicios educativos en Autlán en esa época, mucho más precarios que ahora en cuanto a recursos físicos pero con programas más completos y profesores más comprometidos, lo que permitía que los alumnos de primaria egresaran con más elementos para enfrentarse a la vida y aprender un oficio. Sobre el profesor Maldonado, quien fue su director en esa escuela, recordó que fue un jefe enérgico pero abierto a escuchar las opiniones de sus profesores, dijo que él le ayudó a poner los pies en la tierra conociendo la realidad del magisterio cuando estaba recién egresada de la normal. Para ejemplificar la integridad del maestro Maldonado narró la anécdota de cuando, tocándole ser maestra de una de sus hijas, que tenía un promedio bajo, el maestro le indicó que la hiciera repetir el año para que se regularizara, a pesar de que tenía el poder para hacer que aprobara.
* La profesora María Luisa Medina Vera recordó cuando, también recién egresada, le tocó dar clases en una comunidad apartada del municipio de Purificación, siendo el maestro Maldonado su supervisor. Dijo que, a pesar de la lejanía y la dificultad para llegar a ese lugar, Maldonado nunca dejaba de hacer sus visitas y supervisión cuando debía hacerlo, haciendo revisiones estrictas del trabajo de los profesores. Ella además fue su alumna de secundaria en el Colegio de la Concepción, hoy Instituto Autlense; afirmó que en esa época el maestro Maldonado la inspiró a dedicarse al magisterio por la forma en que se conducía durante sus clases y por su personalidad.
* El profesor José Luis Araiza fue compañero de Maldonado en la naciente Unidad 143 de la UPN, a finales de la década de 1970, cuando comenzó sus trabajos en una casa de la calle de Corona Araiza. Él comenzó su testimonio explicando cómo la UPN nació como un instituto para que los profesores en activo pudieran tomar cursos de actualización se convirtió en una universidad en la que los bachilleres pueden cursar una licenciatura y comenzar una carrera en la docencia. Narró cómo eran los trabajos en aquellos primeros años del instituto en Autlán, cuyas clases se daban en la entonces Secundaria Morelos, hoy Secundaria Autlán, los sábados, y los profesores tenían que llevarse trabajo a casa para desarrollar durante la semana, aparte de las planeaciones y demás tareas de su plaza laboral. Las oficinas de este instituto estuvieron por la calle de Corona Araiza, entre Nicolás Bravo y Gómez Farías, donde actualmente funciona un gimnasio. El profesor Araiza contó cómo por 1980 se consiguió del Ayuntamiento el terreno donde ahora se encuentran las instalaciones de la UPN y, una vez teniendo el terreno, la SEP hizo la construcción del edificio, el primero con el que contó la Universidad en Jalisco. El profesor Maldonado fue director de esta unidad entre 1981 y 1982; el profesor Araiza lo recordó como el mejor director que ha tenido la institución, puesto que tuvo la capacidad para organizar el trabajo académico y orientar los esfuerzos de su equipo. Dijo que tuvo la apertura para escuchar y aplicar sugerencias de sus compañeros en reuniones periódicas que calificó de democráticas, donde todos podían opinar y ser escuchados. Recordó una anécdota de los primeros años del actual edificio de la UPN, cuando había un extenso terreno sin construir en el que se levantaba mucho pasto en época de lluvias, para ponerle un remedio a esta situación el profesor Maldonado consiguió una vaca, a la que bautizó Luna, para que se comiera ese pasto y, de paso, les diera algo de leche.
Luego de esta conversación algunas personas que asistieron hicieron algunos comentarios: el profesor Fausto Nava recordó los primeros años de la UPN en su sede de Corona Araiza y el profesor Mario Michel lo recordó en sus primeros años de trabajo en Cuzalapa, donde él vivió su infancia, y donde Maldonado se convirtió en un líder de la comunidad.
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