De izquierda a derecha: Armida Maldonado, Jaime Gabino Gómez, Olivia Gálvez y Arturo Vaca. |
En el Palacio del Arte se está celebrando
esta semana una serie de actividades sobre temas taurinos, conducidas por el
cronista Arturo Vaca y con diferentes invitados cada día. La correspondiente a
este miércoles 8 de febrero fue una mesa redonda sobre las artes en la
tauromaquia, con la intervención de la pintora Armida Briseida Maldonado Rubio,
la fotógrafa Olivia Gálvez Saldaña y el músico Jaime Gabino Gómez Acosta. Comenzó
a las 18:30 horas y se desarrolló con la presencia de unas 20 personas.
Cada uno de los invitados tuvo un
turno para el uso de la palabra, moderados por Arturo Vaca, que emplearon en
tratar temas como su propia afición taurina, cómo se relaciona su obra con la
tauromaquia y algunos datos históricos de Autlán y su Carnaval.
La pintora Armida Maldonado
inauguró la conversación, refiriendo que su afición a los toros viene desde la
infancia, por influencia familiar, desde entonces disfruta las corridas de
toros y el ambiente taurino del Carnaval. Dijo que la tauromaquia no se puede
desligar de la identidad de Autlán y que el origen de su interés en la pintura
viene de una educación artística de calidad, que obtuvo en las escuelas
públicas en las que estudió la primaria y la secundaria. La maestra Armida
también comentó algunas de sus nuevas obras: un par de cuadros inspirados en
fotografías del fotógrafo taurino Pepe Pelayo, quien estuvo presente en el recinto.
Olivia Gálvez se definió como una
comunicóloga que utiliza la fotografía para comunicar los sentimientos y
emociones que le despierta una faena bien lograda y lo que se está jugando
cuando el matador se enfrenta al toro. Por cierto, en ese juego entre la fuerza
del toro y la inteligencia del torero y la interacción entre ambos elementos
encuentra el goce estético al asistir a una corrida y no en la sangre o en el
sufrimiento, que es lo único que alcanzan a distinguir los antitaurinos (esto
último es un comentario mío). Sus primeros contactos con este ambiente
ocurrieron también por influencia de su padre, quien la llevaba a las corridas
en la desaparecida plaza del Progreso, en Guadalajara, y a un restaurante
llamado La Venta, de tema taurino.
La conversación del maestro
Gabino giró en torno a la historia de la Banda Autlán, que dirige desde el
Carnaval de 1995, sucediendo a su padre, el profesor Jaime Gómez Vázquez. Narró
su experiencia personal como integrante de la banda, desde su infancia, cuando
don Jaime lo puso a tocar el triángulo y lo integró a la sección de percusiones
hasta que tomó la alternativa a la muerte de su padre. Cuando tomó la dirección
de la banda, Gabino se dio a la tarea de renovarla, integrando a jóvenes músicos,
pero también de mantener su tradición taurina. En la actualidad, explicó,
preparan con un mes de anticipación la música que interpretarán en las corridas
formales del Carnaval, con pasodobles y otras piezas taurinas que en el resto
del año prácticamente no se tocan.
En la plática del profesor Gabino
también se habló de don Jaime Gómez, un personaje de valía, que lo mismo
construía instrumentos musicales, de madera y de metal, que pintaba, tocaba
varios instrumentos y es el autor de la transcripción más antigua que se
conserva de la marcha Viva Autlán. Entre las anécdotas que se narraron
está la ocasión en que rescató de la basura un piano que había desechado la
secundaria Manuel López Cotilla, le construyó las piezas que le faltaban y lo puso
a funcionar, para que poco después la escuela se lo recogiera porque todavía
figuraba en su inventario.
Para el maestro Gabino, la
tauromaquia ha influido a los músicos autlenses, quienes tocan los pasodobles
con un sentimiento y una “verdad” distinta a la que le imprimen músicos de
otros lugares. El carácter taurino de los músicos de Autlán se demostró en la
reciente feria de El Grullo, en cuya corrida Gabino Gómez trabajó como asesor
de la banda musical, para indicarles qué música tocar y en qué momentos del festejo
debían hacerlo o guardar silencio.
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