Aunque la Escuela de Artes tiene ya varias administraciones municipales funcionando como dependencia del Ayuntamiento, después de haber sido fundada y administrada como escuela particular durante los años 1990, siempre había sido criticada por no dar una formación profesional a sus alumnos y dejarlos solamente con los rudimentos de la ejecución de algún instrumento musical. No quedaba como resultado de su trabajo algún ensamble musical que sirviera además para desarrollar el talento de los jóvenes que ahí se formaban.
Afortunadamente, parece que esto empieza a cambiar. Anoche debutó en el foro de la calle Ernesto Medina Lima, dentro del festival artístico navideño, un Mariachi Municipal conformado por 19 músicos, la mayoría muy jóvenes.
A partir de las 20:15 hrs. y ante más de 200 personas que llenaron la sillería y ocuparon el portal Juárez y el jardín, el mariachi, con apenas un mes de ensayos y conformado por una fuerte sección de violines, tres trompetas, dos guitarras, guitarrón y vihuela, ofrecieron un repertorio de diez piezas, entre sones tradicionales de mariachi, canciones modernas y un pasodoble, lo que les tomó aproximadamente 45 minutos.
La velada comenzó con el son de La Negra, para seguir con Por qué me haces llorar, de Juan Gabriel, España cañí, El destino, también del divo de Juárez, Amor de los dos, de Gilberto Parra, Hermoso cariño, de Fernando Z. Maldonado, el son de Los Arrieros, El rey, de José Alfredo Jiménez y Guadalajara, de Pepe Guízar. Después de despedirse, el público les pidió otra canción, a lo que interpretaron Como quien pierde una estrella, de Humberto Estrada. La mayoría de las piezas fueron cantadas por alguna de las seis voces solistas con que cuenta el grupo.
El sonido general del mariachi, dirigido por Marco Antonio Pamplona, es muy bueno, cercano a la forma de interpretar de los mariachis modernos, con el ingrediente extra de formar un ambiente de integración con el público mediante el diálogo constante. Tiene, por supuesto, detalles qué mejorar, sobre todo a nivel individual, pero nada que no se pueda corregir con horas de ensayo.
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