sábado, 15 de febrero de 2020

Homenaje al torero Pedro Rosas en el Palacio del Arte

Don Pedro (derecha) con su amigo Miguel Rivera Riverita, ex novillero.
En el recinto cultural Palacio del Arte la mañana de este sábado 15 de febrero se rindió un homenaje al ex torero y actual director de la Escuela Taurina Municipal, Pedro Rosas el Autlán, organizado por ese espacio de difusión cultural en coordinación con el Ayuntamiento de Autlán. A la ceremonia, que comenzó pocos minutos después de las 9:30 horas, asistieron unas 60 personas, entre las que se encontraban el general Mario Antonio y el capitán Noé Masaba, del 102 batallón de infantería, el regidor Servando Navarro, la directora del Museo Regional Martha Corona y la directora del Centro Escolar Chapultepec Alejandra de Luna, alumnos de la Escuela Taurina, familiares y amigos de don Pedro.

Grupo Sacromonte.

En el primer número del homenaje dos bailarinas del grupo de baile español y flamenco Sacromonte interpretaron las piezas Bochinches, de Rubén Blades, y Di mi nombre, de Rosalía, para dar paso a que la directora del recinto culural, Armida Maldonado, dirigiera un mensaje de bienvenida y agradecimiento a las autoridades.
Enseguida el cronista municipal, Guillermo Tovar, leyó una semblanza de Pedro Rosas, de quien dijo que encarna algunos de los valores del toreo, que no son el sadismo o similares, como se ha dado en difundir en las redes sociales, sino el valor, la perseverancia y la solidaridad con sus semejantes. En la semblanza dio algunos datos de la carrera taurina del Autlán, como su debut como chonero en Real del Monte, Hidalgo, en 1958, su primera vez enfrentando ganado bravo en Zacatlán, Puebla, y su retiro al cumplir 33 años y rebasar la edad mínima para debutar como novillero. Pero también mencionó pasajes más personales, como los obstáculos que vivió para poder dedicarse al toreo y su tesón para enfrentarlos: viviendo en la ciudad de México, fue obligado a regresar a Autlán por su hermano mayor pero, estando en la terminal de autobuses decide desobedecer y quedarse a vivir en la capital aunque tuviera que dormir en la calle, como sucedió durante algunos meses. Esta terquedad lo llevó a una carrera de más de diez años como chonero en varios Estados del país. En esos años entrenaba en el capitalino parque de Balbuena, junto a otros aspirantes a toreros, a boxeadores o a futbolistas. Luego de la semblanza el cronista recordó los orígenes de la Escuela Taurina Municipal y a algunos de sus alumnos que se han destacado, mencionando que actualmente trabaja con poco apoyo oficial y que debería representar un orgullo para Autlán, que se dice ciudad taurina, el hecho de tenerla.

David Herros Bribiesca.
En el siguiente momento de la ceremonia el escritor David Herros Bribiesca compartió un par de sus obras: el poema Es el toreo, en el que canta al toreo como ritual mitológico y describe la vida bohemia de los toreros, y la prosa poética Novilladas en el Carnaval autlense, una relación pormenorizada de sus recuerdos infantiles sobre la organización de festejos taurinos en Autlán, por la década de 1970, que le tocó vivir de cerca por ser su padre, el señor Emeterio Herros, un personaje involucrado en la gestión de los mismos. Recordó la llegada de los toreros en flotillas de taxis, el ambiente previo a que salieran al ruedo y la fascinación que esto causó en él. Mencionó festejos en los que participaron el Autlán, en su despedida definitiva de los ruedos, y los novilleros Alfredo Acosta y El Jalisco.
Por último don Pedro Rosas hizo uso del micrófono para expresar agradecimiento por el homenaje y para contar cómo el toreo lo ha levantado de los fracasos que ha vivido. Para ilustrarlo, narró una anécdota que le ocurrió esta semana: luego de sufrir una fuerte caída en la plaza de toros, de la que lleva aún signos visibles en el rostro, llegó a su casa, puso un disco de pasodobles y tomó la muleta para hacer toreo de salón, lo que le alivió todos los dolores. "Sigo siendo torero y voy a morir siendo torero", aseguró.
Don Pedro invitó al escenario al novillero retirado Miguel Rivera Riverita, su amigo y compañero de la legua, quien vino al homenaje desde Aguascalientes, donde reside. Juntos recordaron algunos de los momentos que vivieron siguiendo el sueño de ser toreros.
El regidor Servando Navarro tomó la palabra también, antes de la clausura del homenaje, para decir que agradece a don Pedro llevar en alto a sus alumnos. Se comprometió a "estar cerca de él" para conocer las necesidades de la escuela taurina y lamentó las condiciones precarias en las que trabaja.
En el recinto se expusieron temporalmente algunos cuadros taurinos de la pintora Armida Maldonado, la directora del Palacio del Arte.

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