La noche del lunes 17 de febrero en el patio central de la Casa Universitaria Antonio Alatorre fue inaugurada la Semana Cultural Taurina La Grana, organizada por el grupo de promoción cultural Komoni, el Centro Universitario de la Costa Sur y la empresa taurina AMFE Company. La sencilla ceremonia de inauguración se llevó a cabo poco después de las 20:00 horas, con la asistencia de unas 50 personas.
Fue el secretario académico del CUCSur, doctor Hirineo Martínez Barragán, quien declaró inauguradas las actividades de la semana, con un mensaje donde afirmó que el Carnaval de Autlán no solo tiene importancia los diez días que dura la fiesta sino los 365 días del año. Dijo que en su familia el Carnaval se vivía desde el miércoles de ceniza.
Este lunes, como primera actividad de la semana, se llevó a cabo una entrevista entre el periodista autlense Carlos Efrén Rangel y el matador en retiro Antonio Bricio. sobre el foro de la casa. De la conversación que sostuvieron, los asistentes pudimos conocer algunas particularidades de la carrera taurina de Bricio pero, sobre todo, de la forma de pensar y de ver el mundo de alguien que ha decidido dedicarse a los toros.
La plática fue desde los orígenes de Antonio Bricio, torero formado en la Escuela Taurina de Guadalajara y que, como nuestro Pedro Rosas el Autlán, tuvo que correr la legua por los pueblos del Occidente del país participando en festejos taurinos rudimentarios, toreando ganado criollo o cebú o haciendo el quite a los jinetes que se presentaban en jaripeos en esos lugares. Todo esto antes de presentarse como novillero en Guadalajara en 1997. En esas correrías, nos contó, le tocó ver cosas muy duras, como la muerte de algunos compañeros de ruedo.
Luego vino su etapa en la Escuela Taurina de Pastejé, que tenía intercambios con otros países taurinos mediante los cuales tuvo la oportunidad de torear en España. Allá estuvo apoderado por el legendario Corbacho, con quien logró el récord aún no superado de ser el torero mexicano con más festejos en aquel país, que impuso en el año 2000.
Sobre su carrera en los ruedos nos habló también de sus viajes a Perú, que definió como ir a la guerra, debido a las condiciones en que allá se torea, sin servicios médicos ni buenos caminos. Aquel país le dio, sin embargo, la última oportunidad antes de su retiro definitivo debido al buen cartel que logró formar allá.
Entre los temas que se trataron en la entrevista estuvo el de la motivación de los toreros para aferrarse a una actividad que suele ser muy dura. Bricio habló, en este sentido, de la formación de los jóvenes en las escuelas taurinas, de las que recuerda que había una muy alta exigencia con la finalidad de forjar el carácter. No había concesiones por el cansancio, los golpes recibidos o las circunstancias adversas en las que se pueda desarrollar esta actividad. A los jóvenes que actualmente tienen intenciones de convertirse en toreros les aconsejó no abandonarse a las comodidades y dar siempre un extra en sus entrenamientos. "Si algo no cuesta no se valora", dijo.
Afirmó también que el torero debe tener claro que el riesgo alto de muerte forma parte de su profesión y no debe temerlo. Dijo que los toreros van extendiendo el umbral del miedo conforme van sufriendo golpes o cornadas, hasta abandonarse y hacer comunión con el toro, como si fuera una liturgia. A pregunta expresa de su entrevistador, dijo que la recompensa para esta actividad casi suicida es difícil de explicar pero es parecida a la libertad, la comparó con lo que siente un alpinista que corona una cima.
Antonio Bricio también recordó algunas de sus mejores y peores tardes: una novillada en una plaza cerca de Toledo, España, donde su compañero de cartel fue lesionado de gravedad por su primer novillo y Bricio tuvo que matar a los seis animales; su presentación en Autlán en 1998, regresando de una cornada y sin el entrenamiento necesario, lo que lo hizo tener una tarde pésima y perder a su apoderado Jorge Cuesta; las tardes peruanas en las que llegó a protagonizar pleitos a golpes con aficionados...
Luego de narrar cómo en la ganadería de San Constantino, donde actualmente trabaja, están tratando de purificar su hato para ofrecer ganado de calidad para las corridas de toros que se dan en el país, dijo que espera trascender no como torero o como novillero, ni siquiera como ganadero sino como un gran ser humano.
Antes de comenzar la entrevista y al terminar la misma el grupo de baile español y flamenco Sacromonte interpretó un par de piezas: No me tire indiré y Rosa María.
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