Foto de Armida Maldonado. |
La exposición comenzó con un
comentario sobre la construcción de templos en estilo neogótico en el Occidente
de México en los últimos años del siglo XIX y primeros del XX, basado en la
obra del investigador Martín M. Checa Artasu. Según este personaje, ganador del
premio Francisco de la Maza del Instituto Nacional de Antropología e Historia
en 2022, precisamente por su investigación sobre este tema, el neogótico
floreció en esos años como una especie de reafirmación de la importancia de la
Iglesia en la vida cotidiana de los mexicanos, luego del conflicto entre la
Iglesia y el Estado de las décadas anteriores. En ese contexto se comenzaron a
construir templos ahora emblemáticos, como el Expiatorio de Guadalajara (1897),
el Santuario Guadalupano de Zamora (1898) y la parroquia de San José Obrero de
Arandas (1902), además del templo autlense de la Purísima, cuya primera piedra fue
colocada el 8 de enero de 1898.
La segunda parte de la exposición
fue un repaso por la historia de la construcción de este templo, promovida por
la Asociación de Hijas de María y autorizada por el obispo de Colima,
Atenógenes Silva. Con varias interrupciones, los trabajos se desarrollaron durante
casi 25 años, hasta la inauguración el 8 de diciembre de 1922; el ponente
mostró extractos de documentos en los que se evidencian las interrupciones y
reanudaciones en la obra, así como gestiones y disposiciones de al autoridad eclesiástica
con respecto al templo: actas de visitas pastorales, permisos para reanudar la
construcción, instrucciones del obispo de Colima sobre cómo debería
desarrollarse el culto en el nuevo templo y cómo las Hijas de María deberían considerarlo
como suyo. Luego de su inauguración vinieron los aciagos años de la Cristiada,
que también dejaron su huella en el templo, y el terremoto de 1932, que obligó
a demoler sus torres, aún no reconstruidas por completo.
La tercera parte de la ponencia
fue sobre la importancia que este templo ha tenido en la vida social de Autlán:
fue el favorito para celebraciones de cierta elegancia durante varias décadas,
entre los años 1960 y 1980, en él se han celebrado conciertos, exposiciones y
otros actos, de los que el cronista mostró evidencias en forma de extractos de
notas periodísticas de esa época.
Luego de la exposición hubo una
sesión de preguntas y comentarios en la que personas que conocieron el templo
en otros años lamentaron los trabajos de remodelación que se le hicieron hacia
2010 y que cambiaron el tono de la pintura de los interiores, también
recordaron ceremonias celebradas ahí y reafirmaron la importancia social que
tuvo el templo y que ha sido desplazado por la Catedral.
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