Al mediodía del miércoles 26 de
octubre en la sala de ex rectores de la biblioteca Antonio Alatorre la doctora
María de los Ángeles Gallegos Ramírez, del departamento de Sociología del
Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de
Guadalajara, dictó la conferencia Identidad, religiosidad y espacio social
en las peregrinaciones al Santuario de la Virgen de Talpa, dentro del
programa de la XXVIII Semana Cultural Universitaria. La conferencia, que tuvo
lugar en la sala de ex rectores de la biblioteca Antonio Alatorre, comenzó a
las 12:15 horas, con la asistencia de unas 100 personas.
La doctora Gallegos comenzó describiendo
algunas características del culto a la virgen de Talpa, uno de los más importantes
de México, con influencia principal en el centro, occidente y sur de Jalisco,
Colima y Nayarit. Habló del supuesto milagro de la renovación de la imagen, que
habría tenido lugar en el siglo XVII, y el inicio de las peregrinaciones
documentadas, ya en el XVIII. Su trabajo, dijo, es una investigación de los
motivos de la devoción a esta imagen, que no se encuentran en documentos, sino
que se han transmitido de forma oral, de generación en generación, y han
quedado registrados en exvotos.
Desde una visión antropológica,
la ponente describió también a los grupos de peregrinos que acuden a Talpa en
distintas épocas del año, centrando su atención en los que recorren la ruta de
Ameca, la más cercana a la Zona Metropolitana de Guadalajara. Son grupos
heterogéneos, en los que participan lo mismo niños que adultos y ancianos, a
través de los cuales se reconstruye la propia región, con relaciones
horizontales, pero también con relaciones verticales o de poder, que influyen
en cómo asumen su propia identidad los distintos grupos sociales de la región.
El pueblo de Talpa, dijo, se encuentra
en un punto más o menos equidistante de zonas de desarrollo económico y social,
como las capitales de los tres Estados de la zona de influencia de la imagen de
la virgen; la relación de intercambio entre todos ellos habría influido en la
instalación y permanencia del santuario. Este centro religioso tiene semejanzas
con otros del mundo, en cualquier religión, entre ellas el tener a la salvación
como significación última, aunque cada uno tiene elementos culturales
independientes.
Sobre la ruta de Ameca, la
doctora habló de los nombres de algunos puntos del camino, impuestos por los peregrinos
como un símbolo a través del cual se le atribuyen cualidades e identidades, lo
que tiene que ver con la realización de la peregrinación. Describió a este
proceso como una ruta simbólica, un proceso de purificación.
La modernidad también habría
influido en las modificaciones a las rutas y a la devoción a la virgen de Talpa:
al mejorar algunos caminos se ha propiciado la llegada de más peregrinos y en
más fechas del año; la migración y el turismo han influido también en la
transformación de las tradiciones. A diferencia de festividades locales,
organizadas con mayor cercanía del clero, en las peregrinaciones conviven
elementos modernos y tradicionales, esto porque la organización es realizada
por los mismos peregrinos, sin intervención, o con muy poca, del clero.
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