Esta fue la segunda sesión, aunque
es la primera en la que ya hubo un análisis de la novela. Los trabajos de hoy fueron
dirigidos por el profesor Carlos Efrén Rangel, quien propuso tres dinámicas
para definir a los personajes de la novela y su contexto.
Primero, cada uno de los
participantes recibió una carta de la lotería, al azar. El trabajo consistía en
relacionar la figura de la carta, cualquiera que fuera, con algún personaje o
momento de los dos primeros capítulos de la novela. Algunas de las figuras propiciaron
conexiones obvias, como el árbol, que recordó al bosque en el que se
escondieron los federales, pero otras, como la luna o la campana, llevaron a hacer
reflexiones más complejas: la luna recordó a la noche en que Pilar se despide
de su padre; la campana fue definida como un elemento indispensable de un edificio
religioso.
La segunda dinámica consistió en que
cada participante escribiría una definición, física y psicológica, de uno de los personajes que aparecen en los
primeros dos capítulos: Pilar, Lilia, Cástulo, Zacarías, Cuca, los hermanos
Carlos e Ignacio, los federales y los cristeros. Esta parte del trabajo fue
individual, pero luego se convertiría en colectivo, al colocar la hoja con cada
definición en un espacio del piso de la sala, conectando con un trozo de
estambre a cada personaje con aquellos con los que tiene mayor relación,
formando con esto una telaraña. Así, de manera visual establecimos que todos
los personajes, aún los secundarios, son importantes en la historia.
Una telaraña. |
En la última actividad algunos de
los participantes compartimos anécdotas de la Guerra Cristera en la región, de
preferencia procedentes de la historia familiar: circularon historias de
secuestros, asesinatos, milagros y canonizaciones.
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