Por Lorena Medina
Foto de Mayra Jiménez y Juan Silva
La doctora Francisca Contreras Escareño, profesora-investigadora titular “C” del Departamento de Producción Agrícola en el Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur) de la Universidad de Guadalajara, desde hace más de 15 años se dedica a investigar temas de apicultura y abejas silvestres, así como su importancia como polinizadores, entre otros temas.
Debido a sus conocimientos y experiencias, la especialista fue invitada a participar junto con otros especialistas de la Universidad Autónoma de Yucatán, El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), e investigadores de Uruguay, Canadá, Costa Rica, Chile, Brasil, Argentina y Cuba, para participar en el workshop denominado “Hacia la formación de una Red Latinoamericana de Investigación en Abejas Melíferas”, el cual se celebrará los días 24 y 25 de noviembre del presente año en Montevideo, Uruguay, con la finalidad de unir esfuerzos y generar líneas de investigación para trabajar en conjunto ante la problemática de mortalidad a gran escala de abejas en distintos países de Latinoamérica.
La investigadora señala que esta convocatoria responde a que desde hace algunos años se ha registrado la pérdida de entre un 40% y 50% de colmenas en países como Estados Unidos, Canadá, países europeos y los países en América del Sur, Central y Asia. “México estaba de espectador, no obstante, en otoño de 2015 se comenzaron a conocer casos de mortalidad de abejas en algunas zonas del estado de entre 35% y hasta un 50%. Respecto al sur Jalisco, se estima que han muerto un 35% de colmenas, situación que es alarmante dado que Jalisco es el segundo estado productor de miel a nivel nacional y México es de los tres primeros productores que exportan a nivel mundial” indica Contreras Escareño.
La especialista añadió que el problema se ha atribuido a varios factores, entre ellos el uso de insecticidas que contienen neonicotinoides para combatir las plagas de los cultivos, los cuales son sumamente tóxicos para las abejas, al cambio climático, lluvias erráticas, o incluso, el hecho de que en determinada zona se cuente con monocultivos, es decir, que las abejas encuentran para alimentarse un solo cultivo y por lo tanto la nutrición de las especies es menor. Otras de las causas son las distintas enfermedades a las que se exponen las abejas, como las que provoca el ácaro (Varroa destructor) que se considera vector de diversos virus, también al hongo (nosema ceranae) que está presente y activo prácticamente todo el año en las colmenas.
Finalmente, la investigadora del CUCSur afirma que, si continúan disminuyendo las poblaciones de abejas, se tendrán repercusiones y serios problemas para la autosuficiencia alimentaria de la Humanidad, puesto que se considera que las abejas polinizan entre el 80 y 90% de las plantas que tienen flor, es decir, aproximadamente el 70% de los alimentos que consumimos dependen de la polinización.
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