De izq. a der.: Guillermo Tovar, César Medina y Jesús Guerra. Foto de Letra Fría. |
En el presídium estuvieron la
última mesa directiva y la que acaba de iniciar su periodo en la comunidad, César
Medina Casillas, comunero de Chiquihuitlán y quien ha llevado el trámite para
conseguir el reconocimiento, y el cronista de Autlán, Guillermo Tovar Vázquez.
César Medina informó que el 14 de agosto le fue entregada a la comunidad la
constancia del INPI, lo que constituye la culminación de un proceso iniciado 12
de septiembre de 2022, con la convocatoria del INPI para las Jornadas de
registro nacional para la integración del Catálogo Nacional de Pueblos y
Comunidades Indígenas y Afromexicanas. El 23 de diciembre de 2022, Chiquihuitlán
concluyó el trámite de inscripción para solicitar el reconocimiento, momento en
que arrancó el proceso de validación de la información que presentó la comunidad
para respaldar su identidad indígena, dando como resultado la emisión de la
mencionada constancia. Entre estos fundamentos hay traiciones ancestrales y
documentos virreinales en los que se menciona a la comunidad indígena. El 9 de
agosto, además, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el catálogo de
comunidades indígenas, donde ya aparece Chiquihuitlán y Agua Salada.
César Medina consideró un hecho
histórico la recepción de esta constancia, que confiere derechos y atribuciones
a la comunidad. También habló sobre el Plan de Justicia del Consejo Regional Nahua
de Jalisco, del que Chiquihuitlán forma parte, documento en el que se buscan,
entre otras cosas, la mejora de condiciones de vida de las comunidades,
mediante obra pública en el ámbito de la salud, recreación y de equipamiento
urbano. Esto permitiría arraigar a sus habitantes, frenando la migración y la
consiguiente pérdida de la cultura comunal.
Guillermo Tovar habló de algunos datos
históricos de Chiquihuitlán, como el primer documento en el que se le menciona,
en 1589, y su presencia en documentos y trabajos estadísticos de los siglos
XVIII y XIX. También mencionó la pérdida de algunas de sus tradiciones
indígenas, como las danzas de Conquista, y la permanencia de otras, como es la
visita de la virgen de Ixtlahuacán, de más de 150 años. Afirmó que
Chiquihuitlán aporta algunos de los elementos de identidad más conocidos de
Autlán, como las pitayas y el arroyo El Coajinque, y que el reconocimiento del
INPI y la organización de las comunidades nahuas de Jalisco puede ser un momento
importante de su historia, en el que inicie una visibilización mayor de su
cultura.
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