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| De izq. a der.: Andrea Reynoso, Feliciano Medina y Olga Pelayo. |
En la lectura participaron los
escritores Olga Lidia Pelayo Corona, autora del poemario El ayer (2021);
Feliciano Medina Ruiz, quien ha publicado sus primeros poemas en la antología Poetas
que cruzan el mar 2 (2023), y Andrea Estephania Reynoso Gutiérrez, promotora
del Festival de Poesía Antonio Alatorre y autora de poemas que han aparecido en
diversas antologías. Los tres participantes se sucedieron en el uso del micrófono,
aunque no solamente para leer poemas sino también para hacer comentarios sobre
lo que, a su juicio y experiencia, es la poesía.
Fue Feliciano el primero en
intervenir. Él comenzó preguntándose qué es la poesía, a lo que se respondió
con la rima XXI de Gustavo Adolfo Bécquer, la del famosísimo verso “poesía eres
tú”. Habló del lenguaje poético, que con imágenes, metáforas y otros recursos
es una forma de expresar o comunicar sentimientos o situaciones que no se
pueden expresar con el lenguaje común. En otras intervenciones, Feliciano sobre
la eterna búsqueda de satisfacción de deseos, que sirve en muchas ocasiones
como tema para los poetas, así como de la falta de sentido de tratar de explicar
la poesía. También leyó en voz alta algunos poemas: Recuerdos, de Efrén
Rangel Uribe; Hoja, de Adalberto Gutiérrez y, de su propia producción, Luminosa
confusión, Vienes a mí, Luna embustera y Beber de tu ausencia.
Andrea Reynoso comenzó leyendo un
texto, en prosa poética, que preparó para la ocasión, en el que también trata
de explicar a la poesía, a la que define como “puente que me une con el universo”,
e invita a todos a sumergirse en las corrientes de la poesía. Compartió también,
mediante la lectura en voz alta, tres de sus poemas: Tijuana, Mujer sin
adjetivos y Roja, sobre la muerte y la pérdida y sobre su forma de
vivir la feminidad.
Olga Pelayo también recurrió a la
lectura de un texto para definir la poesía, ella la llamó “vínculo universal”,
coincidiendo en cierta forma con Andrea. Habló también del origen de su libro,
que nació del dolor por la muerte de su hijo, y leyó sus poemas No digas,
sobre el amor materno y el dolor que provoca la muerte de un hijo, y Esa
mujer, una alabanza a su madre.
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