De izq. a der.: Efrén Rangel, Irma Huerta, Cruz Gómez, Olga Pelayo y Silvestre Díaz. |
Con la asistencia de unas 15
personas, sobre las 19:45 horas se exhibió un emotivo video en memoria de Argelia
Zamora, con fotografías y testimonios en la voz de personas que convivieron y
trabajaron con ella: artistas que tuvieron en Musaz su primera oportunidad para
exponer su obra, oyentes de su programa de radio, amigos…
El segundo momento de la velada
fue la presentación de la plaqueta, con la participación de cinco de los poetas
que la componen: Efrén Rangel, Olga Pelayo, Cruz Gómez, Irma Huerta y Andrea
Reynoso. Demian Oliva, el sexto poeta, no pudo asistir. Ellos sostuvieron un
diálogo sobre distintos tópicos en torno a la creación poética y leyeron algunos
de sus textos, con la moderación de Silvestre Díaz.
El primer tema que abordaron fue
el complicadísimo de definir qué es poesía: Efrén Rangel dijo que es un sentimiento
y consiste en sentir y ver cosas que no todos ven, expresado en “palabras que
buscan al otro”; mientras que Olga Pelayo la describió como “sentimientos que
brotan del fondo del alma para convertirlos en palabras”.
Cuando se les preguntó por sus
influencias, Cruz Gómez afirmó no haber leído a muchos poetas, pero mencionó
entre quienes más lo han marcado a Pablo Neruda, Charles Bukowski y Efraín
Huerta, dijo también que en sus poemas se refleja mucho el paisaje de Autlán;
Olga Pelayo no tiene un poeta en especial que la haya influido pero sí algunos
poemas, como Reír llorando o El seminarista de los ojos negros; Efrén
Rangel mencionó a Juan de Dios Peza y a Amado Nervo entre los sus principales
influencias e Irma Huerta explicó que trata de no leer poesía, precisamente para
evitar influenciarse, trata de escribir lo que vive y lo que ve.
Sobre su experiencia en el
proyecto de Poetas de la grana, Cruz Gómez dijo que no le gusta mucho
compartir lo que escribe pero sí le gusta participar en proyectos culturales,
especialmente en un lugar como Autlán en el que hay tantos escritores a los que
nadie lee o músicos a los que nadie escucha. Efrén Rangel se dijo sorprendido
de que una joven lo invitara a publicar, pero aceptó porque le gustó el proyecto.
Entre cada uno de estos temas se
dejaron espacios para que los poetas leyeran alguno de sus textos que aparecen
en la antología: Olga Pelayo leyó Vuelve y Sendero, Cruz Gómez participó
con Cíclico, Irma Huerta compartió Tiempo, Efrén Rangel Venían
las olas y Andrea Reynoso En otra piel.
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