La anfitriona de la sesión fue la
nutrióloga María Davidnia García Rojas, quien expuso el trabajo titulado Dejando
huella. Apoyando en la conservación de los felinos, un recuento de algunos de
los proyectos de investigación y conservación de estos animales en los que ha
estado involucrada, en la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán.
Su exposición comenzó recordando
su primera visita a la Estación Científica Las Joyas, en la Sierra de Manantlán,
en el año 2014. En ese ámbito se relacionó con investigadores de la fauna regional
y comenzó a participar en salidas a campo, donde conoció las especies de
felinos que hay en la reserva. Davidnia compartió enseguida algunos videos y
fotografías de pumas y jaguares, obtenidos en la reserva con cámaras trampa, y
explicó algunos datos generales de la vida y hábitos de los jaguares: peso,
medidas, horarios de cacería y principales presas, así como la mala imagen que
tienen de ellos los campesinos de la sierra, que los consideran sus enemigos
por creer que su ganado puede ser muerto por ellos.
Entre estos datos conocimos a
Matilda, la jaguar que ha sido monitoreada en la reserva desde el año 2013. Esto
es interesante porque la vida de un jaguar en libertad es difícil: sus camadas generalmente
son de dos crías, de las cuales en ocasiones no sobrevive ninguna; los
cachorros permanecen junto a su madre durante dos años para aprender a cazar,
algo indispensable para que puedan sobrevivir.
La ponente explicó también
algunos proyectos de investigación en los que ha tomado parte, relacionados con
los felinos de la sierra: uno en el que se determinó la presencia de glifosato
y otros xenobióticos en felinos de la reserva, que arrojó que en el 100% de las
muestras existe, en mayor o menor medida, alguna de esas sustancias, que son
utilizadas por los agricultores en el valle de Autlán; otro proyecto fue sobre
las percepciones sociales del jaguar y la fauna silvestre entre los niños que
habitan en la reserva y sus alrededores, en el que se supo cómo estos animales
son vistos como un posible depredador del ganado e, incluso, de las personas,
aunque no se tengan registros de ataques a humanos.
Por último, nos presentó unos
moldes en yeso de huellas de distintos animales, tomadas en la reserva.
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