Luego de un receso
obligado en el año 2020 por la razón que ya todos conocemos, en este 2021 se
celebró la cuarta edición del Festival Músico Cultural Carlos Santana, organizado
por el centro comunitario Tiopa Tlanextli desde 2017. Las tres primeras
ediciones se celebraron en el mes de julio, cercano al día 20 en que cae el
cumpleaños de Carlos Santana, el benefactor del centro comunitario. Sin embargo,
a partir de ahora se llevará a cabo en noviembre, lejos de la temporada de
lluvias (el festival se celebra al aire libre) y cerca del aniversario de la
colocación de la primera piedra del centro, que ocurrió el 20 de noviembre de
2005.
La cuarta edición del
festival se celebró en la plaza Carlos Santana de la colonia Echeverría entre
el viernes 19 y el sábado 20 de noviembre, fecha ésta última en que se
cumplieron 16 años de la ya referida colocación de la primera piedra. La tarde
del viernes la pasamos ahí y pudimos ver el desarrollo de toda esa jornada. La
plaza, por cierto, lució los efectos de unos trabajos de limpieza y
remozamiento, consistentes en el borrado del grafitti y el arreglo de
los prados.
Alrededor de las 16:30 horas
fue inaugurado el festival, por el director de Cultura del municipio, Esdras
López Mundo; el doctor Martín Sandoval Gómez, director de Tiopa Tlanextli y un
representante del club de motociclistas MC 917, que fueron invitados especiales
y cuyas motos estuvieron toda esa jornada sobre la plaza. A estas alturas de la
tarde había en la plaza unas 50 personas, casi todos empleados del centro
comunitario y motociclistas. A lo largo de las siguientes cinco horas, tiempo aproximado
que duró la jornada, la asistencia iría creciendo hasta alcanzar varios cientos
de personas.
Luego de esta
inauguración siguió otra, la de la exposición Mensajero de luz, de la
pintora Armida Briseida Maldonado Rubio, montada en el interior del kiosco de la
plaza. Es una muestra de 12 cuadros, al óleo y en gran formato, en la mayoría
de los cuales aparece Carlos Santana en distintas etapas de su vida: como niño
en Autlán, en Woodstock, en su madurez…
En el cuarto noroeste de
la plaza, junto a la cancha, se montó otra exposición, ésta de alimentos,
manualidades y artesanías hechos en Autlán. Ahí hubo disponible cerveza de
raíz, tejuino, lechuguilla, atole, tamales, tacos, dulces y otros productos
para comer y beber; también trabajos de talabartería, amigurimis, llaveros,
figuras de nacimientos, tejidos y bordados, un puesto de restauración y
mantenimiento de instrumentos de cuerda.
Sobre el escenario de la
plaza la actividad comenzó alrededor de las 16:45 horas, con la presentación de
los raperos Oswaldo de Jesús Rodríguez Ruiz y Daniel Herrera, que dieron paso a
los del colectivo Zona Cero: Jovanni Landeros, José Luis Soltero Palomar y
Damián Sandoval García. Sobre una pista musical básica, ellos cantaron letras
propias, la mayoría sobre problemas sociales relacionados con la vida en las
ciudades.
Enseguida el grupo
Ellegance, que no estaba incluido en el programa que se publicitó desde semanas
antes, ocupó el escenario para interpretar piezas de pop y rock de décadas pasadas.
Con una alineación consistente en batería, guitarra electroacústica, bajo,
guitarra eléctrica, pandero, voz y coros, abrieron su concierto con Pretty
woman.
El resto del programa fue
un testimonio de la superficialidad de la rivalidad entre Autlán y El Grullo:
subieron a ofrecer muy buenos conciertos tres bandas de distintos géneros, integradas
todas por músicos de ambos municipios.
La primera de ellas fue
Los náufragos, que ofreció un repertorio de algunos clásicos del jazz y de
adaptaciones a este estilo de canciones de otros géneros. Efrén Ramírez en el
bajo, Job Negrete en la batería, el saxofonista Daniel Becerra, Martín Rivera
en la guitarra, Rubén Reynaga en la trompeta y el californiano Dan Abela en las
congas estuvieron alrededor de una hora frente al ya numeroso y animado
público, del que se despidieron con su versión de Una mañana.
El siguiente grupo fue
Anyweys, con un sonido jazz y funk logrado con batería, congas, trombón,
guitarra eléctrica y voz. Ellos tocaron, entre otras piezas, Locos, Mondo
groovy y Pachuco. A petición del público, también tocaron La
negra Tomasa.
La banda que cerró la
jornada fue Ska factory, de El Grullo pero con dos integrantes autlenses: el
bajista Armando Pedraza y el trombonista Hugo Rodríguez, ambos profesores en el
núcleo ECOS Autlán. Ellos interpretaron, a ritmo de ska, canciones tan
diferentes entre sí como La negra Tomasa (fue la tercera vez que se tocó
esa tarde), Take on me, Provócame y Perfume de gardenias,
con una alineación que incluye batería, teclados, saxofón, trombón, guitarra,
bajo y voces.
La jornada terminó hacia las 22:00 horas, con un buen sabor de boca por lo que ocurrió arriba y abajo del escenario.
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