Jaime Gabino Gómez y Guillermo Tovar. |
El profesor Gabino es integrante
de una dinastía musical que se remonta a los primeros años del siglo XX, en la
persona de su abuelo, don Salvador, y que continuó con su padre, el profesor
Jaime Gómez Vázquez, también director de la Banda Autlán y maestro de música. A
través de ellos conoció la escena musical autlense de la época de Clemente
Amaya, lo que le da la autoridad para hablar sobre el tema.
La plática abordó distintos
temas, en cada uno de los cuales el maestro Gabino aportó datos que nos
permiten conocer mejor la figura de don Clemente Amaya, quien a pesar de su importancia
para la historia de Autlán, es muy poco conocido. Enseguida resumo cada uno de
ellos:
Contexto social y musical en
el Autlán de Clemente Amaya: a la caída del II Imperio, que coincide con un
año de diferencia con el nacimiento de Clemente Amaya, Autlán y todo el país inician
una etapa de desarrollo económico, con el consiguiente desarrollo cultural. En esa
época llega a Autlán el músico académico Antonio Cuéllar, que organiza la banda
municipal de Autlán, antecedente de la que dirige actualmente el profesor
Gabino.
Clemente Amaya: al parecer
fue un músico empírico, sin estudios formales pero con mucha inspiración e
inteligencia musical. Sabía leer música y componer, sus obras son breves pero
muy bien logradas. Es posible que tuviera “asesoría” de músicos académicos,
como el mismo Antonio Cuéllar y otros.
La forma de vida y trabajo de
los músicos en el tiempo de Clemente Amaya: muchos de los músicos de esa
época tenían además otros oficios o trabajos, es posible que Clemente también. Él
acostumbraba visitar los pueblos de los alrededores para ofrecer sus servicios
como músico en sus fiestas religiosas o civiles, cuando era contratado llevaba
músicos de Autlán y formaba orquestas o bandas con los de aquí y los de los
pueblos a donde iba a trabajar. Uno de ellos fue Salvador Gómez, el abuelo de Gabino.
Los viajes a esos otros pueblos los hacían a pie o a lomo de bestias, cargando
sus instrumentos y armas, para defenderse de los peligros del camino pero
también de los clientes abusivos que los contrataban y luego no querían
pagarles lo acordado; esta defensa era necesaria porque los músicos no tenían
el respaldo de un sindicato o una autoridad. A los viajes llevaban cocineras y
lo necesario para acampar en los lugares que les eran asignados por las autoridades
de los pueblos; de esos viajes nació la inspiración para algunas composiciones
que luego cobrarían fama, como A orillas de un río, de Santos Arreola,
quien la compuso precisamente al tomar un descanso junto a un río en un viaje. Estos
músicos, según el profesor Gabino, eran “muy analistas” y contaban “con mucha
inteligencia y mucha inspiración”.
En cuanto a la banda municipal, se
conformaba con los músicos que solicitaban permisos municipales para trabajar
por su cuenta, se les otorgaba el permiso con la condición de que se integraran
a la banda. Quienes no asistían a los ensayos o a las audiciones eran multados
o arrestados.
Anécdota de Atanasio Monroy y Viva
Autlán: el maestro Gabino contó que, hacia 1982, él trabajaba como músico en el
restaurante El Patio, de don Carlos Mardueño, a la hora de la comida. En una
ocasión llegó, como invitado de honor, el pintor Atanasio Monroy, quien para
entonces todavía vivía en Guadalajara. El creador del mural La mexicanidad
invitó al profesor Gabino a su mesa y conversaron un buen rato sobre música,
Atanasio le reveló que le tocó ser parte del estreno de la marcha Viva
Autlán antes de partir a estudiar a la Ciudad de México. Atanasio fue
integrante de la banda municipal, bajo la dirección del profesor Feliciano
García, y tocaba el saxor.
Viva Autlán: se comentó la
diversidad de versiones que existen de esta marcha y cómo se conservó en la memoria
de los músicos a pesar de que la partitura se perdió tiempo después de la
muerte de Clemente Amaya. Fue nuevamente transcrita “a rumbo” por don Jaime
Gómez Vázquez y tiene una importancia capital en la cultura popular de Autlán;
se habló también de cómo algunos matadores de toros abusan de la petición de
que la banda toque Viva Autlán cuando ven desmerecer sus faenas.
Otras composiciones de Clemente
Amaya: Clemente compuso música de rasgos europeos, como serenatas,
mazurkas, valses y chotises, algunas de sus composiciones están inspiradas en
personajes o momentos cotidianos de Autlán: En el campo, de los paseos
del Coajinque; Viva el nuevo siglo, un pasodoble “que suena como marcha”,
para el advenimiento del siglo XX.
Muerte de Clemente Amaya:
murió en la pobreza, como había vivido, en su domicilio de Antonio Rosales no.
7, en el actual barrio 8 de Julio. La amistad con los músicos continuó vigente
aún después de su muerte: fue el profesor Feliciano García quien dio parte de
su muerte a la autoridad y, según versiones que se han mantenido en la
tradición oral, un conjunto musical habría interpretado Lencha mientras
su cuerpo bajaba a la fosa. Fue sepultado “en fosa de segunda clase” en el Panteón
de los Dolores pero al día de hoy se ha perdido el sitio exacto en el que se
encuentra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario