La conversación, de poco menos de
una hora, comenzó con una descripción, por parte de Gaby Corona, nieta del
maestro Agustín, sobre la personalidad de éste: dijo que era serio y poco
expresivo, lo que atribuyó a su temprana orfandad, siendo criado durante la
mayor parte de su infancia por sus hermanas mayores. También habló del ambiente
musical de Autlán en su juventud, a finales del siglo XIX, antes de que la
música de mariachi se popularizara en nuestra región, época en que el maestro
Agustín era joven y aprendió a tocar la guitarra y la mandolina, instrumentos
que ejecutaba en tertulias y fiestas particulares.
Agustín Corona Luna partió de
Autlán a Colima, a Guadalajara y a la ciudad de México, donde estudió
formalmente la carrera de Derecho y desempeñó diversos cargos públicos. En la
capital del país también entró en contacto con los profesores de guitarra López
Gomina, con quienes perfeccionó su técnica, para regresar posteriormente a Guadalajara,
donde enseñaría guitarra en la Academia de Áurea Corona y, tiempo después, iniciaría
esta cátedra en la Escuela de Música de la Universidad de Guadalajara.
La plática abordó temas como la “enredadera
genealógica” de los Corona, la acendrada tradición musical presente en esta
familia y las técnicas que el maestro Agustín desarrolló y enseñó en
Guadalajara, mismas que se siguen cultivando por guitarristas modernos. También
se exhibieron y comentaron algunas fotografías de familia, en las que el
maestro Agustín aparece en distintas etapas de su vida.
En palabras de Arturo Ville, el
objetivo de esta plática y de otras actividades de divulgación es que el
maestro Agustín Corona Luna vuelva a estar en la memoria colectiva de los
autlenses.
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