Como quedó anunciado en el programa general de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, esta mañana el poeta español Escandar Algeet visitó la Escuela Preparatoria Regional de Autlán dentro del programa Ecos de la FIL. A las 11:30 horas comenzó su encuentro con los alumnos de este plantel, que en número superior a 120 abarrotaron el auditorio de la biblioteca.
Después de que los profesores Víctor Rayas y Loreta Joya dieran a los asistentes una semblanza de la vida y obra de Algeet, en la que se explicó el origen de su nombre (Escandar es Alejandro en sirio), el autor palentino radicado en Madrid comenzó su intervención, que tomó la forma de un recital de poesía: leyó algunos de sus poemas publicados en su más reciente libro, La risa fértil, haciendo una breve explicación del tema y el origen de cada uno, a la manera de lo que ocurre cotidianamente en el bar Aleatorio, del barrio madrileño de Malasaña, donde Escandar es mesero.
Así, comenzó con Que el niño calle, sobre la manera en que los adultos pretendemos que los niños se comporten como personas mayores, siguió con Deseducado, para hacer una crítica al sistema educativo que se basa en la clasificación de las personas y en fomentar la competencia entre ellas; Entiendo que en ti ando, sobre el amor de pareja; Mire donde mire, acerca de las luchas de las mujeres por la equidad; Padre e hijo, dedicado a su padre después de la muerte de su abuelo; y Cómo se sacan las castañas del fuego, sobre el carácter protector y luchador de su madre.
De sus publicaciones anteriores leyó Ciudades pequeñas, dedicado a la ciudad de Palencia, su tierra, y que leyó como "un guiño de complicidad hacia Autlán".
Para la segunda parte de la sesión, el autor respondió preguntas y comentarios de los alumnos, que los hicieron en buen número y con bastante agudeza: aquí habló sobre su mayor influencia, que es el uruguayo Mario Benedetti, sobre cómo decidió publicar la poesía que poco a poco comenzó a producir, abandonando su idea original de dedicarse al cine, cuál fue "el mayor regalo" que le dio la poesía y cuál su peor experiencia, consejos para aprovechar las fuentes de inspiración y procesarlas para crear un texto...
Por último invitó a los alumnos presentes a leer textos que hubieran creado ellos mismos, llamado al que acudieron seis jóvenes que compartieron microrrelatos, cuentos y poemas propios.
Después de esto las autoridades de la escuela entregaron reconocimientos a los alumnos que participaron en alguno de los concursos de creación literaria que organiza la FIL y, desde luego, también al poeta invitado.
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