La mañana de este lunes inició la edición 22 de la Semana Cultural Universitaria y una de sus primeras actividades fue la conferencia Los escenarios de la migración regional en la primera mitad del siglo XX. Región Unión de Tula-Autlan, dictada por la historiadora Ana María de la O Castellanos Pinzón. La conferencia, que comenzó a las 11:25 hrs, tuvo lugar en la sala de Gestión e Innovación de la biblioteca Antonio Alatorre del CUCSur y registró una asistencia de alrededor de 100 personas.
Antes de que la ponente tomara la palabra la rectora del CUCSur, doctora Lilia Oliver, dio por inaugurada la semana cultural con un mensaje en el que resaltó la diversidad de actividades que se llevarán a cabo, así como su calidad. Enseguida el secretario académico del centro universitario, doctor Hirineo Martínez Barragán, presentó a la conferencista haciendo una semblanza de su carrera y publicaciones.
Después de este preámbulo la doctora Ana María de la O comenzó su intervención invitando a voltear hacia Unión de Tula y no solo hacia la Costa cuando se trate de estudiar la historia de nuestra región. Dijo que la investigación de la que resultó esta conferencia la hizo "parada en Unión de Tula", parafraseando al ilustre historiador don Luis González y González, refiriéndose a que tomó como referencia y punto de vista la vida de esa población. Después de un breve prolegómeno en el que describió la situación política y económica de nuestra región a finales del siglo XIX y principios del XX, como la extensión del VI cantón de Jalisco y la creación y modificación de departamentos dentro de él, así como la producción agropecuaria en ese tiempo y lugar (la hacienda de San Clemente llegaría a producir el 30% del total del Estado) y la situación de los caminos, la doctora Ana María narró la forma en que se modificó la población de nuestra comarca en diferentes momentos históricos:
Una de las primeras formas de migración del siglo XX en nuestra región sería la protagonizada por los arrieros, personajes encargados de transportar mercancías entre los centros de producción y los mercados y que constituyeron una "migración flotante en términos de trabajo". La inmigración de mineros a los municipios de Unión de Tula y Ayutla se convirtió en uno de los primeros fenómenos de modificación de poblaciones en el pasado siglo, al aumentar el número de habitantes en esos pueblos y traer consigo un cambio en la forma de vida de los pobladores originales, en quienes la historiadora encontró manifestaciones de rechazo a los inmigrantes, a quienes se acusaba de la comisión de diversos crímenes.
Otros de los escenarios importantes en la migración regional fueron los ocasionados por el zamorismo, que provocó que los habitantes de ranchos y haciendas se mudaran a pueblos o ciudades mayores y más seguros; el agrarismo, en el que los trabajadores de las haciendas tuvieron que cambiar sus lugares de residencia al desarticularse la economía de sus antiguos centros de trabajo; y la guerra cristera, que trajo población flotante constituida por militares y agraristas que combatían a los cristeros (la ponente habló de 1,500 soldados que llegaron a Ejutla en una ocasión, número similar a la población actual de ese lugar).
Un hito en la migración local fue la construcción de la carretera a la Costa, hoy carretera federal 80, que trajo y se llevó población regional, con todo lo que implica en cuanto a cambios en la economía y la cultura popular (según la autora, llegaron a Autlán "alteños a puños"). En este momento la doctora mostró un análisis que realizó sobre la expulsión de población de Unión de Tula, realizada con base en las amonestaciones que se corrían en los templos de diferentes lugares del país y que tenían que ver con personas originarias de la Unión que pretendían contraer matrimonio en otra ciudad. En la tabla que mostró, se nota claramente cómo aumenta el número de personas después de la primera mitad de la década de 1930, cuando se puso en servicio la mencionada carretera.
El estadounidense programa Bracero, ya en la década siguiente, fue otro motor de expulsión de habitantes de esta región, al grado de causar preocupación en el gobierno estatal por el consiguiente abandono de las actividades productivas. Por último, mencionó la construcción de la presa Tacotán y el establecimiento de la Compañía Minera Autlán como causas de fuerte inmigración, tanto de operarios para los trabajos de construcción como de profesionistas, así como de personas atraídas por el crecimiento en el flujo económico. En sus conclusiones, la autora afirmó que el desarrollo e inmigración no pueden entenderse sin la carretera.
Durante su exposición la doctora mostró imágenes de la construcción de la carretera y de la presa Tacotán, tomadas de publicaciones de la época. Además de esa, sus fuentes son los testimonios de testigos de los acontecimientos que relató (su exposición estuvo aderezada con las palabras de una migrante autlense en Tijuana y un agrarista de Ayutla, por ejemplo), archivos parroquiales y civiles.
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