La noche de este jueves en el salón Mutualista, ante unas 850 personas, la jefatura de Cultura del Ayuntamiento celebró el 15 aniversario del ballet Aotlitlán con una función de danza en la que participó el conjunto folclórico Danzares Latinoamericanos, de Santiago de Chile. El acto comenzó a las 20:25 hrs.
Danzares Latinoamericanos cuenta con una sección dancística, dirigida por Víctor Rodrigo Mora, y una musical, dirigida por Tomás Guajardo. Esta última es un conjunto de diez músicos que, en diferentes alineaciones y con distintos instrumentos, ejecutan la música que bailará el grupo de danza.
Grupo musical. |
El programa se dividió en cuatro partes, tres de ellas a cargo de los sudamericanos y una por el grupo local:
La primera parte se tituló "Un carnaval andino" y consistió en una serie de estampas con influencia de la cultura aymara, con música de percusiones, alientos y cuerdas, repetitiva, que sirvió de acompañamiento a bailes grupales, en las que las mujeres y los hombres evolucionaban separados, uniéndose en parejas solo ocasionalmente. El cuadro parece ser la representación de una fiesta popular o ritual. Los bailarines presentan un vestuario colorido, aunque con sus prendas básicas en color negro y con profusión de tocados y accesorios.
En la segunda parte Danzas Latinoamericanas presentó estampas de la isla de Rapa Nui o de Pascua, de cultura polinesia. Con música de cuerdas y percusiones, el grupo ejecutó danzas tradicionales del Pacífico sur, sin parejas, con movimientos cadenciosos y rítmicos, que recuerdan al vaivén del mar, en el caso de las mujeres, y movimientos enérgicos e, incluso, violentos, en de los hombres. El vestuario está hecho a base de plumas y fibras vegetales.
La tercera parte corrió a cargo de los grupos locales Hilos de Plata y Aotlitlán, quienes bailaron sones jaliscienses de mariachi como El maracumbé, Los machetes, La negra, el Jarabe tapatío y otros. Al final de su presentación les fue entregado, por parte de la jefatura de Cultura, un reconocimiento por sus 15 años de vida.
Para la cuarta parte del programa, Danzares Latinoamericanos presentó una estampa titulada La Tirana, basada en una festividad religiosa de la virgen del Carmen que se celebra en la región del desierto de Atacama. Dividida en cinco secciones, esta última parte fue la más larga y vistosa, con música de alientos y percusiones que recuerdan a las bandas de música mexicanas.
La primera parte, cuya foto se puede ver arriba, comenzó representando un ritual religioso, quizás de iniciación, y culminó con un frenético baile en el que solo participaron los bailarines hombres, con un vestuario llamativo en colores negro y naranja brillantes, con tocado y capa en los que aparece el escudo de Chile.
En la segunda sección participaron las mujeres, con un vestuario tan vistoso como el anterior pero en colores verde y negro, con cintas de colores. El baile fue mucho más sobrio; mientras lo ejecutaban crearon diversas figuras con cuerdas de colores.
Para la tercera parte ya intervinieron todos los integrantes del grupo, también para un baile sin formación de parejas, pero volviéndose cada vez más festivo conforme nos acercábamos al final de la velada. Con un ritmo repetitivo los bailarines ejecutaban diversas evoluciones sobre el escenario, ataviados con un vestuario que remite al tradicional del sur de España, aunque en colores más brillantes.
La penúltima parte también fue mixta, aunque con elementos más cercanos a las culturas indígenas, como un altísimo y llamativo tocado de plumas, el poncho masculino y la falda corta femenina.
Para cerrar su presentación, y el programa todo, los chilenos presentaron un cuadro carnavalesco, con vestuarios luminosos y máscaras grotescas, personajes bufos y monstruosos, incluyendo una botarga de lo que parece ser un oso. Ya con una música y baile netamente festivos, los bailarines cambian constantemente de vestuario y caracterización, con lo que logran la sensación de ser un grupo mucho más numeroso.
El público acogió favorablemente a Danzares Latinoamericanos, despidiéndolos con un prolongado aplauso de pie. Lo de hoy fue una velada espectacular y un interesante intercambio cultural, que coincidió en fecha, fortuitamente, con la reunión entre los presidentes de México y Chile en la capital de nuestro país.
La tercera parte corrió a cargo de los grupos locales Hilos de Plata y Aotlitlán, quienes bailaron sones jaliscienses de mariachi como El maracumbé, Los machetes, La negra, el Jarabe tapatío y otros. Al final de su presentación les fue entregado, por parte de la jefatura de Cultura, un reconocimiento por sus 15 años de vida.
Para la cuarta parte del programa, Danzares Latinoamericanos presentó una estampa titulada La Tirana, basada en una festividad religiosa de la virgen del Carmen que se celebra en la región del desierto de Atacama. Dividida en cinco secciones, esta última parte fue la más larga y vistosa, con música de alientos y percusiones que recuerdan a las bandas de música mexicanas.
La primera parte, cuya foto se puede ver arriba, comenzó representando un ritual religioso, quizás de iniciación, y culminó con un frenético baile en el que solo participaron los bailarines hombres, con un vestuario llamativo en colores negro y naranja brillantes, con tocado y capa en los que aparece el escudo de Chile.
En la segunda sección participaron las mujeres, con un vestuario tan vistoso como el anterior pero en colores verde y negro, con cintas de colores. El baile fue mucho más sobrio; mientras lo ejecutaban crearon diversas figuras con cuerdas de colores.
Para la tercera parte ya intervinieron todos los integrantes del grupo, también para un baile sin formación de parejas, pero volviéndose cada vez más festivo conforme nos acercábamos al final de la velada. Con un ritmo repetitivo los bailarines ejecutaban diversas evoluciones sobre el escenario, ataviados con un vestuario que remite al tradicional del sur de España, aunque en colores más brillantes.
La penúltima parte también fue mixta, aunque con elementos más cercanos a las culturas indígenas, como un altísimo y llamativo tocado de plumas, el poncho masculino y la falda corta femenina.
Para cerrar su presentación, y el programa todo, los chilenos presentaron un cuadro carnavalesco, con vestuarios luminosos y máscaras grotescas, personajes bufos y monstruosos, incluyendo una botarga de lo que parece ser un oso. Ya con una música y baile netamente festivos, los bailarines cambian constantemente de vestuario y caracterización, con lo que logran la sensación de ser un grupo mucho más numeroso.
El público acogió favorablemente a Danzares Latinoamericanos, despidiéndolos con un prolongado aplauso de pie. Lo de hoy fue una velada espectacular y un interesante intercambio cultural, que coincidió en fecha, fortuitamente, con la reunión entre los presidentes de México y Chile en la capital de nuestro país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario