En la parte alta de la histórica colonia Libertad de la ciudad de Tijuana, sobre la calle 21, llama la atención el rótulo de un pequeño local de fachada blanca con las franjas azules y rojas que distinguen a las barberías tradicionales y que dice Peluquería Autlán. Se trata del negocio que don Ramón Vázquez fundó en aquella frontera en el año de 1979 y que desde entonces atiende.
Desde luego que el nombre de esta peluquería no se debe al azar: don Ramón es originario de Autlán y aquí aprendió el oficio de peluquero con el famoso Simón Ramos, desde 1960. Poco tiempo después abrió su propia peluquería en el pueblo, sobre la calle de Guadalupe Victoria, en la finca que años después albergaría a una reconocida agencia de viajes, alternando esta actividad con su trabajo en la Minera Autlán.
Pero la minera se fue y, en los años de depresión económica que siguieron, don Ramón salió a buscar la vida fuera del pueblo: se estableció como peluquero en Casimiro Castillo por un tiempo y, al final, fue a dar hasta Tijuana, donde fundó la peluquería Autlán como dije arriba, poniéndole ese nombre "para que no se me olvide", según sus propias palabras.
Pero si el nombre del negocio le sugiere a cualquiera que el dueño es un autlense, al ingresar al local ya no queda ninguna duda: entre los espejos, frascos de afeites, su cafetera y otros implementos, lucen carteles de las corridas del Carnaval (entre ellos uno de 1987 convertido en reloj), programas de diferentes años de esta festividad, un mapa de Autlán en los años 80, entre otros objetos del pueblo, que se alternan con artículos de otras de sus aficiones, como el futbol (Chivas) y el beisbol (Padres de San Diego). Esto hace sentir como en casa a algunos de sus clientes, autlenses y grullenses exiliados, y estimula la curiosidad sobre Autlán de sus clientes que no son originarios de esta región, a quienes les cuenta, siempre que se lo preguntan, las particularidades de su tierra.
El servicio que ofrece don Ramón en la peluquería Autlán es el tradicional de una barbería "de las de antes": cortes de pelo en distintos estilos y afeite de barba, entre otros, para una clientela que va desde niños hasta ancianos.
A pesar de estar a tantos cientos de kilómetros de distancia, la plática y el ambiente general de esta peluquería son capaces de hacernos sentir por un rato como si estuviéramos en cualquier barrio de Autlán.
A pesar de estar a tantos cientos de kilómetros de distancia, la plática y el ambiente general de esta peluquería son capaces de hacernos sentir por un rato como si estuviéramos en cualquier barrio de Autlán.
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