Foto de Panoramio. |
Publicado originalmente en Letra Fría.
No se debe hacer política pasajera y efímera, sino orgánica. El demócrata sincero, si fracasa, tiene algo de héroe vencido que mereció vencer. La sinceridad democrática permite la renovación del panorama político y hace posibles los cambios de rumbo.
Efraín González Luna.
El 22 de febrero de 2006, hace casi nueve años, el Congreso del Estado emitió el decreto número 21285, mediante el cual declaró Benemérito del Estado de Jalisco en grado Ilustre, al licenciado Efraín González Luna, originario de Autlán. La iniciativa para llegar a este decreto fue presentada por el diputado panista Mario Alberto Salazar Madera en el año 2005.
El origen de la propuesta, la composición de la LVII Legislatura del Estado, de mayoría panista, y los antecedentes más conocidos de González Luna, como fundador y primer candidato a la presidencia de la República del Partido Acción Nacional, parecerían diluir los méritos que tuviera este personaje para merecer la distinción a la que en ese momento se proponía. Parecería que todo se reducía a colocar a un icono panista en el panteón cívico jalisciense.
Sin embargo la iniciativa, que contó con la aprobación de, entre otros organismos, la Cámara de Comercio de Guadalajara, el CIESAS, el ITESO y de la Comisión para Honrar la Memoria de los Beneméritos del Estado de Jalisco, con representantes de las secretarías de Educación y de Cultura y de la Universidad de Guadalajara, se fundamentó profusamente con una prolija descripción de su ideario y una relación de sus actividades políticas, profesionales e intelectuales. De ahí se puede extraer el siguiente resumen:
El pensamiento político de González Luna, según la propuesta, se adelantó a conceptos vigentes en el siglo XXI, como la importancia de la sociedad civil en la política, la participación de la mujer en esta actividad, la protección de los derechos humanos y el establecimiento de las figuras de referéndum y revocación de mandato. Su ideario se basaba en la importancia del individuo, para quien la sociedad y el Estado debían asegurar el bienestar. (No sería mala idea que los panistas actuales regresaran a la lectura de su obra).
Su actividad política más importante fue la fundación del PAN, junto con Manuel Gómez Morín, y la redacción de la doctrina de ese partido. En una época en la que un partido político que no fuera el oficial no tenía prácticamente ninguna posibilidad de alcanzar el poder, fue candidato a la presidencia de la República en 1952 y durante su campaña recorrió el país pronunciando más de 160 discursos, esparciendo el pensamiento político del nuevo partido.
Profesionalmente, ejerció la carrera de abogado como asesor de empresas y organismos patronales y fundador de varias cámaras empresariales.
Su actividad intelectual fue muy amplia: además de su propia producción de poesía y prosa, tradujo por primera vez al español obras como el Ulises de James Joyce y textos de filósofos y escritores franceses, lo que le valió el nombramiento de Oficial de Instrucción Pública en grado Honorífico, por parte del gobierno francés.
La autorización de esta iniciativa implicó el traslado de los restos de Efraín González Luna del panteón de Mezquitán a la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, donde son homenajeados cada 18 de octubre por la élite política en turno.
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