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Durante la mesa de diálogo. De izq. a der.: Irma Sosa, Rodolfo Avendaño y Edgardo Herrera. |
La mesa de diálogo estuvo
dedicada a compartir recuerdos y anécdotas sobre Pepe Sosa, que permiten
conocer mejor su personalidad. Entre lo más interesante que se compartió estuvo
la anécdota que refirió el ingeniero Avendaño, quien recordó que mientras él y
su esposa estaban en Tampico, trabajando para la Compañía Minera Autlán, el
entonces joven Pepe Sosa se fue a vivir con ellos y allá fue donde comenzó su
carrera artística, cantando en restaurantes. El golpe de suerte le llegó en una
cena de la empresa, donde el ingeniero Enrique Madero Bracho, propietario de la
Compañía, lo escuchó cantar y le propuso llevarlo a la Ciudad de México para
presentarlo con Rómulo O´Farril, uno de los propietarios de Televisa. En esa
empresa de medios, Pepe Sosa fue escuchado y enviado a perfeccionar su técnica
de canto, donde ganó un segundo lugar en un concurso, siendo superado solo por
Mijares.
También se recibieron durante el
transcurso de la mesa, por medio de Esdras López Mundo, director de Cultura del
gobierno municipal, algunas anécdotas de amigos de Pepe Sosa que no estuvieron
esa noche en el Museo. Ramón Uribe, por ejemplo, recordó que Pepe Sosa intentó
participar en el Festival OTI pero, al no poder hacerlo, vendió los derechos de
la canción Vamos a jugar a Lorenzo Antonio, quien triunfó con ella en ese
concurso. El profesor de la Escuela Preparatoria Regional de Autlán, Carlos Montes
Rivas, sí estuvo entre el público que presenciaba la mesa y se levantó para
compartir recuerdos de cuando fue compañero en ese mismo nivel educativo de
Pepe Sosa, con diferencia de un semestre entre ellos: pasaron por su plática el
Grupo Tarasco, que integraron Sosa, Juan José Meza, Carlos Delgadillo y otros, las
serenatas que llevaban constantemente y la amistad que siguió floreciendo en
Guadalajara, cuando se fueron a estudiar diferentes carreras.
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Alí Sosa y Los Imprudentes. |
Al terminar la mesa de diálogo,
los asistentes pasamos a la plazuela del Bicentenario, afuera de la entrada
principal del Museo, para escuchar el concierto que ofrecería Alí Sosa para
cerrar el festival. Ante unas 30 personas y comenzando a las 20:30 horas, el
concierto se dividió en dos partes: en la primera, Alí fue acompañado por
algunos integrantes del grupo Los Imprudentes (contrabajo y dos guitarras) para
cantar tres canciones de Pepe Sosa, su padre: Cuando te caiga el veinte,
Lágrimas de mi corazón y la famosa De rodillas te pido, con la que
su autor alcanzó el éxito total.
Para la segunda parte, Alí cantó
solo con el acompañamiento de su guitarra dos canciones propias inspiradas en
la muerte de su padre y en el duelo que tuvo que vivir al afrontar esta
pérdida. Alí cantó ante unas 30 personas, la mayoría familiares y amigos de
Pepe Sosa, algunos de quienes corearon los versos de De rodillas te pido.