La rectora del CUCSur, Ana María
de la O Castellanos Pinzón, dio un mensaje de apertura en el que afirmó que la
literatura no podía quedar fuera de la Semana Cultural y una buena forma de incluir
a esta disciplina era traer a un escritor de la talla de Alberto Ruy Sánchez a
conversar con los lectores de la región.
Enseguida tomó el micrófono el
escritor invitado, quien comenzó con un largo monólogo en el que habló de una
vastedad de temas, relacionados todos con la literatura y con su propia
trayectoria en las letras. Recordó, por ejemplo, el vínculo que tuvo con
Antonio Alatorre, quien comentó su primer libro, Los nombres del aire,
en su presentación, en la ya lejana década de 1970; en esos años Alberto decidió
no formar parte de alguno de los grupos literarios que existían en México, integrados
alrededor de los figurones de las letras como Octavio Paz y el mismo Alatorre,
en lugar de eso el entonces novel escritor pretendió ser más independiente. También
recordó a otro jalisciense, éste mucho más modesto, que fue el taxista apodado
Tirantes, bailador del tapatío salón Veracruz en el que se hacían las fiestas
de la FIL.
Ruy Sánchez habló también de la
influencia del árabe en el idioma español, que tiene alrededor de 4 mil
palabras cuyo origen está en el idioma de Mahoma y cuya existencia le reveló
Alatorre. Su primer libro, inspirado en un viaje al norte de África, fue
escrito con la conciencia de este influjo del idioma árabe, pero no es ese el
tema del que habla en él: está basado en entrevistas a mujeres de América
Latina, Francia y el mundo árabe sobre el deseo, no está hecho en el formato de
un género literario definido, sino que incluye elementos de varios géneros y,
luego de ser rechazado por once editoriales, fue publicado por primera vez por
la editorial Joaquín Mortiz, convirtiéndose en un “long seller”, es decir, que
sigue vendiendo ejemplares al paso de muchos años de su publicación.
En este viaje a África, decidió
ser un escritor “que encontrara las cabras en los árboles”, es decir, capaz de
asombrarse con lo excepcional de la vida cotidiana, de encontrarse y vivir constantemente
“el asombro”. Lo de las cabras tiene su origen en una anécdota vivida en ese
viaje, en el que vio a un pastor cuidando a un rebaño de ovejas que se
encontraba no en el suelo sino en las ramas de un árbol. Esta escena le pareció
muy sorprendente, aunque para el guía no era más que un momento más de su cotidianidad.
El escritor comentó el origen,
inspiración, procesos y otros detalles de algunos de sus libros, con una
explicación de por qué eligió cada tema del que escribe: el despertar con la
amada, el gato, el sueño y el insomnio, entre otros asuntos aparentemente
triviales. Luego de la intervención de Ruy Sánchez, se abrió una sesión de
preguntas y comentarios del público, que resultó muy nutrida en cantidad pero
también en profundidad: fue notorio el conocimiento de la obra de este autor
entre algunos de los lectores que intervinieron, quienes le hicieron preguntas
puntuales sobre detalles de sus libros y compartieron consideraciones sobre
conceptos como el sexo o el amor, sobre algunos pasajes y personajes de sus
libros. Hubo quien le preguntó sobre el papel que juega la añoranza en sus
libros, sobre la posibilidad del escritor de apropiarse de las historias de sus
personajes y sobre a qué huelen sus libros.

























