La autora comenzó su exposición
con una reflexión sobre la arquitectura, como una expresión de lo que somos o
de lo que queremos ser. Su libro es el resultado de un trabajo de investigación
realizado en la población de Vista Hermosa, municipio de Tamazula de Gordiano,
que se ha transformado de forma acelerada desde la década de 1950 y que se
desarrolló a partir de la ex hacienda El Cortijo, que sufrió una explosión
demográfica desde principios del siglo XX, con la tecnificación de la
producción de azúcar que ahí se realizaba. La bonanza terminó con el reparto de
tierras, apareciendo con esto el fenómeno de la migración masiva al norte, que
trajo una contracción de su población hasta en dos tercios de la que tenía en
sus buenos tiempos, aunque, paradójicamente, la superficie del pueblo creció.
Los norteños, es decir, los
habitantes del pueblo que habían emigrado al norte, se vuelven proveedores del
pueblo, financiando infraestructura pública pero también la construcción de sus
propias casas. En esta actividad, la autora encuentra fenómenos como el
mimetismo, consistente en tratar de parecerse a una figura de prosperidad o
autoridad, copiando elementos de edificios públicos de los Estados Unidos o de
la ex hacienda en las nuevas construcciones. De este mimetismo y de la mezcla
de elementos tradicionales, como pilas o espacios para sentarse por las tardes
afuera de la casa, con otros traídos del norte, como los clósets grandes o las
cocinas integrales.
En opinión de Inés Vachez, no solo
debería documentarse lo que las instituciones consideran valioso o digno de
conservarse, sino también deben estudiarse las corrientes nuevas, como es el
caso de lo que ella llama arquitectura de remesas.
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