Para quienes hemos seguido de
cerca el desarrollo de conciertos de rock en los últimos 15 años, es notorio el
cambio generacional arriba y abajo del escenario. La mayoría de los músicos y
asistentes ronda los 20 años de edad, con pocos años más o menos, y una
dinámica distinta a la de anteriores generaciones: arriba del escenario
aparecen grupos que ofrecen composiciones originales y complementan sus
repertorios con covers, por lo general de bandas de la década de 1990: escuchamos
a lo largo de la noche canciones de Metallica, de Nirvana, de Pearl Jam y de
Muse, entre otras. Pero esas versiones fueron las menos, la mayor parte de lo
que ofrecieron las bandas fueron creaciones propias, complejas, con largos y
variados pasajes instrumentales que no solo sirven para el lucimiento de la
técnica personal sino para amalgamar los sonidos de todos los instrumentos en
un discurso musical.
Abajo del escenario también hay
cambios con respecto a otras (recientes) épocas. La actitud, por lo menos
anoche, fue más bien fría, a excepción de un grupo pequeño que no paró de
brincar en toda la noche, y la venta de bebidas (hubo cerveza artesanal por
parte de Autlantis) fue más bien escasa.
Vanilla Creep. |
La primera banda en subir al
escenario fue Vanilla Creep, con una instrumentación de batería, bajo, dos
guitarras y voz, quienes tocaron una mayoría de covers de bandas
noventeras aparentemente dispares, como Metallica y Nirvana.
Kortlivad. |
Enseguida fue el turno de
Kortlivad, una banda con un mayor recorrido por los escenarios y un sonido muy
maduro y “macizo”, como fue calificado por alguno de los asistentes. Este grupo
dividió su presentación en dos momentos: uno en el que participaron algunos
integrantes de su primera época, con la que tocaron canciones de las que
interpretaban en esa misma época; la segunda parte fue con la alineación
actual, que tocó piezas propias, como Lamento y aun estrenó dos
novedades: Fuego extinto y Edén.
Night Secrets. |
Con el sonido más metalero de la noche, Night Secrets cerró el festival con un concierto de más de una hora, integrado por música propia: oímos canciones ya conocidas, como Extrayendo mis demonios o Caos, pero también el estreno de Autoeutanasia. Como vimos con las bandas anteriores, Kortlivad también hizo algunos cambios en su alineación, intercambiando en algunos pasajes a los músicos que tocaban la batería y una de las guitarras, pero también integrando la potente voz de Isaac Zúñiga en Lay to rest, para redondear un sonido de black metal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario