Por el doctor Rodrigo Ramos Zúñiga
Comisión Estatal de Bioética Jalisco
“Es
por ello que aún cuando no tengamos la
absoluta certeza científica, debemos al menos tener la certeza moral, que nos conduce invariablemente a la certeza ética,
de que nuestras decisiones tienen como fin primario el beneficio de las
personas y comunidades”
Se avecinan tiempos en que tal vez deberíamos adoptar el concepto de una “Nueva simbiosis” en el orden biológico y de los ecosistemas, tal y como lo hacen los economistas y
socio-antropólogos cuando existe una sacudida en los mercados o en las fronteras del mundo y postulan el “nuevo orden mundial”.
La naturaleza nos ha dado una
lección y más nos vale aprenderla.
Después de la turbulencia global relacionada con la aparición del SARS
Co-2, que ha puesto a prueba y ha rebasado la capacidad instalada de predicción,
prevención, contención y mitigación
de las instituciones sanitarias en todo
el mundo, pareciera que nos hemos quedado, por ahora, a merced de un proceso de selección natural,
de resiliencia biológica y de resistencia adaptativa de nuestro sistema inmune
individual y de la llamada inmunidad de
rebaño (como si fuera una vacunación
por contacto comunitario, definido por los asintomáticos y los recuperados de la infección).
Esta susceptibilidad tiene un impacto directo en la salud física que se expresa en ley de probabilidades de contagio, de factores de riesgo reconocidos y no
modificables (la edad, por ejemplo), y
se ha expresado en la neumonía atípica severa con serias complicaciones en la capacidad ventilatoria. En aquellas personas
en las que esta sumatoria de variables
genera una tormenta “imperfecta”, pero tormenta al fin; es en
quienes se presentarían los más altos
riesgos de complicaciones y la instalación del compromiso respiratorio, con los riesgos inherentes para la falla
orgánica progresiva.
Existen también los otros factores modificables pero no necesariamente
controlables (libre albedrío), en los
cuales interviene la autodeterminación,
pero apelando a un marco de prelación del interés en la salud pública y el
beneficio común. Y con ello nos referimos a la conducta de los individuos ante
un entorno de alerta, tanto en los mecanismos reactivos más primitivos, como en
las estrategias con una planeación reflexiva, analítica y ejecución cognitiva precisa.
En este panorama es común que la
incertidumbre aparezca en la escena. Llega también como un fantasma que genera
un impacto en la salud mental y emocional y tiene también impactos directos en
las personas, que se manifiestan en diferentes vertientes: trastorno de ansiedad, crisis de
pánico, falta de atención y concentración, agravamiento de síntomas cognitivos,
trastornos del sueño y manifestaciones psicosomáticas, entre otras.
Si identificamos el rol corresponsable de los individuos en una
sociedad, solo existen dos medidas
fundamentales, que pudiesen
parecer limitadas y poco útiles, pero claves. Estas acciones guardan una lógica elemental para fortalecer
los cercos de propagación:
1) El quedarse en casa,
2) El mantener las medidas
de aseo y protección respiratoria,
incluyendo el distanciamiento físico (que no social).
La primera no requiere de mayor
explicación sino una ratificación en su pertinencia. Pero la última merece un
comentario adicional: la traducción del concepto de aislamiento social no es
literal para la comunidad latina y se transcribe como un distanciamiento físico de acuerdo a las indicaciones de las
instituciones de salud.
El virus de la incertidumbre solo se puede combatir estando comunicados,
cercanos emocional y afectivamente (y
agreguemos virtualmente), sobre todo
cuando nos enfrentamos a un enemigo microscópico, invisible que no nos da la cara
directamente.
Este distanciamiento físico pero con cercanía emocional y solidaria es la mejor medicina para contrarrestar
la depresión, la angustia y el pánico.
El cerebro del homo sapiens es de
los cerebros más egoístas, que hacen evidente su actitud
primitiva en condiciones de riesgo en
busca de la sobrevivencia. Esta actitud configura un escenario de riesgo cuando puede aparecer la conducta predatoria (depredadores que consideran
justificada su conducta para mantenerse vivos), a la cual debemos estar
atentos, y evitar su despliegue encarnizado. Es a través de la información correcta para la toma de
decisiones y la educación emocional a través de la confianza, la justicia, la
beneficencia y la equidad social, que se
puede lograr.
Curiosamente estas premisas forman parte del principialismo bioético, que
es más considerado en los códigos conductuales y deontológicos de la cultura occidental, y procura fortalecer los valores inherentes al ser humano, particularmente en su
dignidad.
La resiliencia en un origen
biológico postulada por Darwin, expresaba una tesis evolutiva en las especies, y se sustentaba sobre todo en la capacidad de adaptación.
De esta misma forma, la resiliencia cognitiva y emocional nos
proponen un panorama que puede ser promisorio, no solo si resistimos a los embates de las crisis, sino
que además tengamos la capacidad de aprender, desaprender (descolonizar) y
salir fortalecidos, como individuos y como sociedad.
Seguramente esta nueva forma de
convivencia con nuestro microbioma, así como con los ecosistemas con que compartimos espacios y ambientes con otras especies, nos
llevará a recordar siempre y de una vez por todas, que no somos superiores en
un sentido jerárquico; sino en un
sentido de responsabilidad. Que debemos adaptarnos a un nuevo orden biológico
en esta “Nueva Simbiosis”, en la que sin duda llegaremos un día a coexistir con otros microorganismos, sin tantos daños colaterales
derivados de esta nueva convivencia.
Debemos respeto a la naturaleza (incluyendo la
que no vemos a simple vista), de la misma manera que respetamos a nuestros
congéneres.
4 comentarios:
Súper Interesante Doc.
Ésto es lo que Vale la pena de
Documentard
Ojala los supervivientes tengan esa conciencia de Nueva Simbiosis y cercanía emocional y no se conviertan en depredadores egoístas
Gracias Rodris.
¿Podemos equiparar a la resilencia, con la evolución Psíquica, cognitiva, emocional y biológica.? Saludos amigo.
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