jueves, 19 de mayo de 2016

Voces sepultadas en los archivos 3: Guerra declarada al calzón de manta


En el folleto Autlán en el siglo XX, una recopilación de efemérides autlenses realizada por don Ernesto Medina Lima, dice que el 19 de mayo de 1919 (hoy hace 97 años) el Ayuntamiento tomó acuerdo para que a partir del 1 de junio siguiente fuera obligatorio "el uso de pantalón" en el centro del pueblo, en tres cuadras a la redonda a partir del jardín principal.
Y no es que los autlenses de hace un siglo anduvieran desnudos por la calle: lo común entre las clases más humildes era el famoso calzón de manta con ceñidor, tan socorrido actualmente por danzantes folclóricos y diseñadores de carros alegóricos, pero que entonces era considerado una prenda demasiado vulgar y que propiciaba un mal aspecto para las calles del pueblo. La idea, entonces, era erradicar su uso, por lo menos en el centro, y mejorar en algo la imagen urbana.
Pero este acuerdo de 1919 no fue el primero en este sentido. Ya desde cinco años antes hubo un esfuerzo para civilizar el atuendo de los habitantes de Autlán, que al parecer no era atendido adecuadamente, a juzgar por el contenido del acta de la sesión ordinaria de cabildo del 6 de agosto de 1914, presidida por el señor Crescencio Espinosa. Esa tarde se trataron temas relacionados con la tesorería municipal, se informó de la "citación" de niños para aplicarles una vacuna y sobre algunas minucias. Como último punto de la sesión se trató el delicado tema del calzón de manta, en los siguientes términos:

"Finalmente, a moción del C. Villaseñor y sin disención alguna se aprobó la proposición de que se dirija una exitativa a la Jefatura, llamándole la atención de que, no obstante la recomendación que se le ha hecho para que se cumpla con la prevención del artículo 62 del Bando de Policía vigente; se ve con desagrado que la policía no cumple con su cometido; que se sirva exhortarla a fin de hacer desaparecer de las calles a los individuos en calzoncillo blanco, evitando así tan repugnante espectáculo de inmoralidad".

No sabemos el momento preciso en que se extinguió por fin el uso del calzón de manta, pero estamos seguros de que no se debió a algún esfuerzo gubernamental. Las prohibiciones de este tipo casi nunca logran buenos resultados.

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