martes, 2 de febrero de 2016

Tarde de toros en el Museo Regional


Esta tarde en el Museo Regional y con el magnífico marco de la exposición Pasión flamenca del fotógrafo autlense Dennis Valdovines se desarrolló una tertulia taurina auspiciada por la empresa Casa Toreros. El evento comenzó a las 16:10 hrs. y fue presenciado por unas 110 personas.
La primera parte del programa consistió en una breve presentación de los libros Pancho Flores. El arte de la pintura taurina y José Tomás. Volver a vivir del periodista Heriberto Murrieta. Fue el mismo autor quien hizo algunos comentarios de los dos libros, de la siguiente manera:
Pancho Flores...: Comentó que la de hoy fue la última presentación de este libro, que salió a la venta hace aproximadamente un año. El tema es la obra del pintor Pancho Flores, a quien el autor considera el mejor pintor taurino de México, creador de un estilo propio, con una luminosidad y movimiento nuevos y que tuvo la virtud de no copiar a Ruano Llopis, el pintor más influyente a mediados del siglo XX en el mundo taurino. Contó cómo la familia de Pancho Flores lo eligió para la edición del libro y cómo la obra de este pintor estuvo presente en su infancia.
José Tomás...: El segundo libro, patrocinado por el Instituto de Cultura de Aguascalientes y publicado apenas la semana pasada, es un recorrido gráfico por dos tardes importantes en la vida de José Tomás, ambas vividas en la plaza de Aguascalientes: la del 24 de abril de 2010, en la que sufrió una grave cornada, y la del 2 de mayo de 2015, su regreso a esa plaza. Describió algunas de las fotos más importantes de este libro, de las que Murrieta hizo los pies de foto. En adelante el autor solo habló del torero José Tomás: habló de su actuación el pasado domingo en la plaza México, en la que no pudo llenar la expectativa del público, aunque "no deja de ser un gran torero", describió las características de su toreo y su importancia como "torero para la historia".
Después de la presentación hubo un espacio para responder preguntas del público. Entre las respuestas que dio Murrieta están el verdadero nombre del pintor Pancho Flores (en realidad se llamaba Pancho Soto) y su opinión en el sentido de que el daño que sufre la tauromaquia por los grupos antitaurinos es equivalente al que le infligen los organizadores de la fiesta (autoridades, empresarios) al no ofrecer un espectáculo de calidad. También comentó la dificultad de convencer a un antitaurino de ver más allá de la violencia y la sangre y la necesidad de medir las plazas de toros no por su tamaño o aforo sino por la calidad del toro que en ellas se lidia.
Después de un receso de una media hora en la que los asistentes pudieron tomarse fotos y solicitar autógrafos al también conocido como joven Murrieta, siguió un mano a mano entre éste y Juan Antonio Hernández "El Torero", comentarista taurino de TV Azteca, con el título La fiesta de toros actual de cara a los embates de los antis, qué proponer y qué hacer. Este mano a mano, el primero entre estos dos personajes, consistió en una exposición por parte de Hernández, en primer lugar, y de Murrieta, en segundo, seguidos de una sesión de preguntas del público.
El Torero comenzó hablando de la historia del toreo en México, con una antigüedad de casi 500 años. Para él los tres protagonistas de una corrida son el toro, el torero y el público, en partes iguales, influyendo éste último en la misma medida que los otros dos en el desarrollo del festejo. Enseguida, se echó al público (y sus aplausos) a la bolsa con "la de aquí", diciendo que le sonaba mucho mejor el nombre de Autlán de la Grana que el de Navarro. Elogió también el contexto en que se desarrolla el Carnaval de Autlán, la chirimía, el clima y el ambiente festivo.
Para entrar en materia, de qué proponer para resistir el embate de los antitaurinos, habló de la necesidad de no perder de vista la tauromaquia como parte de nuestra identidad o "ser mestizo" y de tener autoridades exigentes con la calidad del espectáculo: "el día que no tengan exigencia están perdidos como pueblo".
También propuso trabajar en la modernización o actualización de la tauromaquia, mediante la eliminación o mejoramiento de los elementos arcaicos o superfluos, poniendo como ejemplo la inclusión de caballos percherones para el arrastre del toro en lugar de las mulitas que se utilizaban anteriormente, ganando con esto el valor estético de la corrida. También consideró que es importante que los taurinos sean capaces de difundir el espectáculo, que no consiste en el maltrato o muerte del toro sino en darle una muerte digna.
Heriberto Murrieta habló enseguida sobre la contradicción de los antitaurinos al hablar de prohibir las corridas de toros, lo que llevaría a la extinción de la especie de los toros de lidia. Comentó también que existen personas que repudian la tauromaquia desde una posición informada, pero la mayoría lo hace con base en "creencias y mitos insostenibles", además de que se trata de un movimiento fuertemente politizado, utilizado por grupos políticos para ganar ventajas electorales. Llamó al trabajo de los antitaurinos un "afán liberticida". Sobre la tauromaquia dijo que es una escuela de valores y la misma industria taurina debe estar consciente de que debe ofrecer un espectáculo de mayor calidad para poder defenderlo.
En la sesión de preguntas alguien cuestionó la validez de que los toreros exijan a la banda de música que toque "la de aquí" ("el segundo himno nacional" dijo quien preguntó), a lo que Murrieta contestó que es una costumbre que refuerza la comunicación entre el torero y el público, aunque es partidario de que no haya música durante la faena, que tiene su propia música.
Hernández pidió considerar que los escenarios (corridas, cine, teatro, Internet) no se llenan de aficionados sino de consumidores, personas con conocimientos limitados del espectáculo, y el público es el que manda. Llamó a que pidan música pero no echen a perder el espectáculo.
En el aire quedó la respuesta a una interesante pregunta sobre qué bibliografía recomendarían a un novel aficionado para conocer más del toreo, pero sí respondieron que no es necesario "saber de toreo"para disfrutar una corrida de toros porque el toreo "se siente" y el más conocedor puede ser el peor aficionado del mundo y viceversa.
La tertulia terminó abruptamente debido a la agenda de los comentaristas, que debían tomar un vuelo a la ciudad de México en pocas horas.

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