General Marcelino García Barragán. Foto SINAFO, INAH. |
Publicado originalmente en Letra Fría.
En esta semana se cumplen 69 años de una serie de acontecimientos que desembocaron en la renuncia del gobernador de Jalisco Marcelino García Barragán, detrás de la cual estaba su enfrentamiento con el grupo político de Jesús González Gallo, quien lo sucedería en el cargo.
Desde el 1 de febrero de 1947, cuando la 38 Legislatura local tomó posesión y, a la usanza de la época, el gobernador rindió su último informe de gobierno se dieron las primeras señales de que el general García Barragán estaba en problemas. Contrario a la costumbre de sumisión que el resto de los poderes estatales tenían hacia el Ejecutivo, el presidente del Congreso, Justo González Mendoza, respondió al informe con una serie de cuestionamientos e impugnaciones al gobernador.
Al día siguiente, 2 de febrero, el diputado Jorge Saracho presentó una iniciativa para modificar el Artículo 28 de la Constitución local, para ampliar el periodo de gobierno de Jalisco de 4 a 6 años, lo que fue aprobado por el Congreso al día siguiente y turnado al gobernador para que sugiriera las modificaciones que estimara convenientes.
García Barragán aceptó también la propuesta, pero arguyendo que no podría aplicarse en el periodo del gobernador electo Jesús González Gallo puesto que fue votado para un periodo de 4 años y la modificación a la Constitución no podía ser retroactiva. El Congreso autorizó de cualquier forma la modificación para aplicarse en el periodo siguiente.
Como el gobernador se negara a publicar el decreto correspondiente, fue obligado a renunciar a su cargo el 17 de febrero, once días antes de que terminara su mandato. Este acontecimiento y la carrera política completa del general García Barragán son una muestra concreta del sistema político revolucionario que se instaló en México en el siglo XX y fundó la forma de hacer política que padecemos aún en nuestros días.
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