Desde que era niña me encantaba que comenzara el mes de septiembre, ya que se comenzarían a llenar las calles con adornos patrios, como banderas, pendones, luces y los infaltables puestos de banderitas.
En ese entonces, en la década de los ochenta, estos puestos no exhibían gran variedad de artículos. No faltaba la clásica banderita que mis papás compraban para ponerla en el escritorio de la casa y, si teníamos suerte mis hermanas y yo, que nos compraran una corneta de metal o un rehilete a cada una. Casi siempre este último, para que no hiciéramos tanto ruido.
Desde la semana pasada, como cada año, vimos que en el centro de Autlán estaban ya los puestos de banderitas, por lo que decidimos platicar con los vendedores que los atienden.
Rosalba y Rivaldo son un matrimonio originario de Toluca, desde donde traen sus puestos. Rosalba es quien tiene más tiempo de venir a Autlán a vender sus productos, 14 años, pues sus papás eran quienes la traían. Cuenta que ellos ya tenían mucho tiempo de viajar a esta ciudad. Rivaldo apenas tiene 2 años de venir, desde que se casó con Rosalba. Ella dice que son los únicos que vienen a Autlán desde que era niña y que ahora que se casó quiso seguir viniendo, pues es un lugar del que disfrutan su tranquilidad.
A principios de agosto comienzan a prepararse, comprando sus productos en Toluca y en algunos lugares de la ciudad de México, donde regularmente se consiguen todos los adornos de Fiestas Patrias que se ofrecen a lo largo y ancho del país. La estancia en Autlán para vender su mercancía es de 20 días aproximadamente, tiempo en el que ellos preparan su puesto cada día, saliendo entre las 7 y 8 de la mañana a trabajar. Casi siempre pueden verse en los dos extremos del portal Hidalgo, aunque Rivaldo también se mueve por varias calles, dependiendo de la cantidad de personas que circulen en el centro.
El día 15 es el mejor para su negocio, pues es cuando hay mayor flujo de personas por la ceremonia del Grito y las actividades que hay en el centro, aunque también el 16 tienen buenas ventas.
Los artículos que se pueden encontrar son muy variados: desde las clásicas banderas en sus diferentes tamaños hasta guitarras, tambores, matracas, rehiletes, muñecas vestidas como chinas poblanas o charras, prendedores para el cabello, sombreros, rebozos, cornetas, pintura para la cara o muñecos de peluche, todos luciendo los colores de la bandera. Sus precios van desde los 25 hasta los 400 pesos.
Durante la charla con ellos en sus diferentes puestos, llegaron personas preguntando por los productos, y comprando algunos artículos. Rivaldo dice que la gente no regatea tanto, pues siempre mira lo que va a comprar y se lo lleva sin chistar, o cuando regatean les hace una rebaja para que se lleven el producto y puedan adornar su casa o coche con él. Dice que va a seguir viniendo a Autlán mientras pueda, pues le gusta la ciudad.
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