Esta noche se ha presentado en el Aula Magna del CUCsur, dentro del Festival Cultural de la Grana, la obra de teatro La Malinche, una identidad rota, la cual comenzó a las 20:40 horas teniendo un aproximado de 400 asistentes.
El evento se abrió con la aparición en primer lugar del mtro. Efraín Franco Frías, autor y director, quien dio una breve explicación sobre sus investigaciones acerca de la Malinche, las cuales le llevaron aproximadamente 10 años para terminar con un libro homónimo del cual se desprende la obra de teatro. El maestro Efraín comenta que durante 5 siglos se ha catalogado a la Malinche como una persona malvada, que traicionó a su pueblo por haber sido la amante de Hernán Cortés, cuando la realidad era otra, pues por ser mujer y al no tener a alguien más a quien echarle la culpa de la caída del imperio azteca, es a este personaje al que le ponen ese título, la traidora. También comenta el autor que debemos conocer la historia de nuestro país, pero no solo la historia oficial, y cita a Luis González recomendando que se conozca la microhistoria de nuestra región, porque de ella se puede aprender mucho más.
La historia comienza con música y danza prehispánica, en la que los personajes de Malinche joven y Malinche sombra hacen un baile fusionando las dos mujeres creando una sola, donde la sombra reclama el haber sido condenada a ser la traidora, la malvada, la prostituta, expresa su cansancio por haber vivido más de 500 años como una mujer que ha cargado el odio y la maldición de sus descendientes, la cual lleva por siempre, por que la historia siempre la ha tratado de esa forma. Sus reclamos también son para su madre, que después de haber perdido la guerra, entrega a Malinche como trofeo, es por eso que Tabasco la gana, y éste la regala a Cortés, quien le quita a su hijo.
Sin embargo la Malinche joven tiene mucha energía, es tierna y fuerte a la vez, capaz de soportar la derrota de su padre, la obediencia a su madre, las caricias y reclamos de Tabasco, la seducción de Cortés así como el robo de su hijo y a la vez ser dada a Alonso Hernández Portocarrero. También es quien defiende su raza, su creencia, quien se niega a ser bautizada por el padre Olmedo y quien no quiere ayudar del todo a Cortés, pues eso perjudica a su pueblo, a su tierra y que, a pesar de todo, por obligación tiene que ayudarlo a conquistar al nuevo mundo.
Durante la obra fueron mostradas imágenes de varias etapas de nuestra historia, en la que la madre carnal de México (porque, como dice el autor, la espiritual es la guadalupana) nos dice que si no hubiera sido por esa traición que dicen los historiadores que le hizo a los mexicanos, nuestra identidad quizá sería otra.
Esta puesta en escena se realizó con la participación del grupo Mimesis-Teatro, con las actuaciones de Carolina Hernández, Reina Barba, Luis Miguel López, Mario Mejía, David Venegas y Alejandro Herrera, acompañados en la música con la guitarra de Saúl Franco, en el violín de Ernesto Martínez y en la música prehispánica mexicana de Tonantzin Bosque.
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