viernes, 5 de noviembre de 2010

Investigación y vinculación para la conservación de los recursos naturales: 25 años de trabajo del IMECBIO

Foto tomada por Guillermo Tovar Montes



Texto proporcionado por el Instituto Manantlán de Ecología y Conservación de la Biodiversidad y el Departamento de Ecología y Recursos Naturales del CUCSur




Hacer investigación no es sencillo, hacer investigación enfocada a los problemas sociales, políticos y ambientales de nuestro país es más complicado y hacer investigación que atienda las necesidades sociales y que coadyuve al desarrollo social y a la conservación de nuestros recursos naturales es un reto que no se logra si no hay una visión y una perseverancia para cambiar la forma de pensar y de actuar en nuestro país. Hace 25 años, se crea el Laboratorio Natural Las Joyas, a raíz del hallazgo de un pariente silvestre de maíz , un teocintle, denominado Zea diploperennis por su nombre científico, nativo y endémico de esa zona montañosa. Este laboratorio se crea para el estudio y conservación de este teocintle y para realizar investigación en torno a la biodiversidad de la Sierra de Manantlán. El trabajo de investigación desarrollado por el Laboratorio Natural Las Joyas, ahora Instituto Manantlán de Ecología y Conservación de la Biodiversidad ha generado resultados dirigidos a la solución de problemas específicos de manejo y conservación en Las Joyas, la Reserva y su región de influencia.
A través del Instituto Manantlán de Ecología y Conservación de la Biodiversidad (IMECBIO), la U. de G. promovió la creación de la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán, la cual fue decretada en 1987, y estableció un sitio de investigación ecológica a largo plazo y de educación y capacitación en ecología y manejo de recursos naturales, la Estación Científica Las Joyas (ECLJ, establecida en un predio propiedad del Gobierno de Jalisco que ocupa el 1% de la superficie de la reserva), y ha realizado actividades de investigación que han contribuido significativamente al conocimiento de la biodiversidad, los procesos ecológicos y la interacción sociedad-naturaleza. El enfoque de la Universidad pasó de ser el de conservar una sola especie, al de sostener todo el ecosistema montañoso que la albergaba.
La creación de la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán, no solo buscaba contribuir a conservar la naturaleza y la riqueza genética de cultivos agrícolas tradicionales, sino también fomentar la justicia social y el rescate cultural en las comunidades indígenas y campesinas, y coadyuvar a mejorar las condiciones de vida de las poblaciones mediante alternativas productivas que aseguraran el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales. La relación desarrollada de Universidad de Guadalajara con la Dirección de la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán, ha sido un modelo de vinculación de la academia enfocada a la resolución de problemas sociales y ambientales, generando conocimiento y dando las bases para la toma de decisiones en torno el uso y manejo de los recursos naturales por pobladores de la Sierra de Manantlán.
En 1989, inicia otro proceso social y ambiental, en respuesta a una solicitud de la comunidad de Zenzontla, ubicada en los márgenes del río Ayuquila para atender un problema grave de contaminación del agua, que durante muchos años había causado daños en la salud de los pobladores, asi como en sus recursos pesqueros y animales domesticos. A partir de este momento y vinculados con la Dirección de la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán, empieza un largo proceso de investigación, educación, gestión y manejo para generar el conocimiento que diera la pauta para el control de esta contaminación. La presentación de evidencia científica sirvió para inducir un proceso de control de la contaminación acuática y de restauración ecológica en el Río Ayuquila, que llevó a que el ingenio azucarero Melchor Ocampo controlara sus descargas de aguas residuales y se creara la Iniciativa Intermunicipal para la Gestión Integral de la Cuenca del Río Ayuquila (IIGICRA) en 2001 y en 2007 se conformara como una OPD (organismo público descentralizado), denominado Junta Intermunicipal para la gestión Ambiental de la Cuenca Baja del Río Ayuquila (JIRA). La calidad de agua del río se ha mejorado, se observa la recuperación de recursos pesqueros y se han reducido problemas de salud pública en comunidades ribereñas de los municipios de El Grullo, Tuxcacuesco y Tolimán. El problema de contaminación del Río Ayuquila por descargas municipales no está aún resuelto, pero se está trabajando al respecto. El proceso de construcción de esta iniciativa intermunicipal, ha recibido reconocimiento nacional e internacional.
Los resultados de la investigación además han sido aplicados en diversos aspectos del manejo de recursos naturales en comunidades de la RBSM a través de estudios técnicos, evaluaciones de recursos naturales, programas de ordenamiento territorial comunitario, estudios justificativos para el pago de servicios ambientales, evaluaciones de impacto ambiental y programas de manejo forestal. Los principales temas de investigación aplicada han sido los siguientes:


- Estudios de ecología del paisaje aplicados al ordenamiento territorial comunitario (zona Ahuacapán-Las Joyas, San Pedro Toxín, Toxín, Las Montañas, La Laguna, Toxín, Platanarillo, El Terrero,La Laguna, Zenzontla, Los Mezquites).
- Investigación sobre ecología del fuego (inventario de combustibles forestales, efectos de incendios sobre el hábitat y la biodiversidad, regímenes de incendios) aplicados a la planificación y evaluación del manejo del fuego (zona Ahuacapán-Las Joyas, zona núcleo de Ayotitlán, Cerro Grande).
- Inventarios de biodiversidad y estudios de ecología de comunidades de plantas y animales aplicados a la evaluación de impacto ambiental, la justificación de pago por servicios ambientales, y programas de ordenamiento territorial y de aprovechamiento forestal (zona Ahuacapán-Las Joyas, Cerro Grande, comunidades de la ribera del Río Ayuquila).
- Estudios sobre dinámica de la vegetación aplicada a la silvicultura y el aprovechamiento maderable (zona Ahuacapán-Las Joyas y Cerro Grande).



El trabajo de investigación ha estado estrechamente vinculado no solo a dependencias gubernamentales, sino a comunidades rurales. El trabajo comunitario durante estos 25 años ha estado vinculado a comunidades de la Reserva como El Terrero, Zenzontla, Ahuacapán, Barranca de la Naranjera, Ayotitlán y la comunidad indígena de Cuzalapa. En esta última comunidad se cuenta con un centro comunitario desde hace mas de 20 años y se trabajo con un grupo de mujeres que ha sido reconocido a nivel estatal y nacional por sus esfuerzos para proteger el ambiente, realizar actividades productivas sustentables y por mejorar sus condiciones de vida a través de la organización y trabajo colaborativo.
El Instituto Manantlán de Ecología y Conservación de la Biodiversidad, hoy también Departamento de Ecología y Recursos Naturales, no ha sido una institución de investigación tradicional. Las características de esta dependencia se resumen en cuatro puntos: Primero, no se crea en torno a una disciplina, como es el caso en la mayoría de los departamentos universitarios, más bien se creó en torno a la resolución de un problema en un área geográfica definida. Por esta razón es interdisciplinario desde un inicio. En el IMECBIO laboran o han laborado profesores de las siguientes disciplinas: ingenieros agrónomos, ecólogos, ingenieros forestales, zoólogos, economistas, botánicos, sociólogos, antropólogos, biólogos acuáticos, abogados, arqueólogos, comunicadores sociales y artistas gráficos, entre otros. Segundo, el ámbito de trabajo académico no se define por las interrogantes producto de los paradigmas vigentes en la literatura científica, sino a través de las necesidades de solucionar problemas concretos en torno al manejo de la reserva en el contexto de la Costa Sur de Jalisco. Se combina el conocimiento de disciplinas académicas con la gestión de un territorio. Tercero, la vinculación social es una parte integral de su quehacer académico, el programa de educación ambiental y la participación en proyectos productivos y de desarrollo, son tan o más importantes que publicar artículos en revistas científicas. La importancia de la vinculación se refleja cuando en 1988, el IMECBIO mudó su sede de trabajo desde la capital del estado en Guadalajara, a la pequeña ciudad de El Grullo en la región de influencia de la Sierra de Manantlán. Esto con el objetivo de estar inmerso en la dinámica y los procesos sociales locales del “área de estudio” misma que se convirtió en la residencia de los académicos. Cuarto, la formación de recursos humanos forma parte de los proyectos de vinculación e investigación.
En este último aspecto, de la formación de recursos humanos, se han creado tres programas educativos innovadores y enfocados al manejo de los recursos naturales con un enfoque social-ambiental, la carrera de Ingeniero en Recursos Naturales y Agropecuarios, única en la red universitaria e innovadora a nivel nacional, la maestría en Manejo de Recursos Naturales y el Doctorado en Ciencias en Biosistemática, Ecología y Manejo de Recursos Naturales y Agrícolas (BEMARENA), este último desarrollado con el CUCBA y CUCOSTA.
La labor del IMECBIO-Universidad de Guadalajara ha sido evaluada y ha recibido premios y reconocimientos por su trabajo de investigación y educación vinculado a la conservación y el desarrollo. Ejemplos de esto son: Premio al Merito Ecológico 2010 en su categoría Social, Premio Jalisco al Compromiso Ambiental 2010 en la categoría de “Sustentabilidad" y Premio Nacional Gobierno y Gestión Local (2005) junto con la Junta Intermunicipal del río Ayuquila; además ha recibido también el reconocimiento por la Universidad de Naciones Unidas, como Centro Regional en Experiencias en Educación para el Desarrollo Sustentable (Regional Center for Expertise in Education for Sustainable Development) en 2007; Mención Honorífica en la primera entrega del Premio Nacional a la Conservación de la Naturaleza en 2002 y el Premio Nacional al Mérito Ecológico en la categoría de investigación 1993 (por parte del Gobierno Federal), el Premio Gobierno y Gestión Local (CIDE A.C. y Fundación Ford), Reconocimiento en Conservación (por la asociación civil jalisciense ProHabitat), Premio en Conservación y Liderazgo (consorcio Partners in Flight), entre otros. El trabajo realizado ha inspirado o servido de marco de referencia para la gestión de áreas protegidas en otras partes de México e incluso en el extranjero, y ha sido considerado como un estudio de caso de organizaciones como MAB-UNESCO, UICN, FAO, CONANP, INE, CONABIO y la Universidad de las Naciones Unidas (http://www.onlinelearning.unu.edu/ayuquila/main.html).
El trabajo de estos 25 años del IMECBO se ha distinguido por el desarrollo del modelo conceptual de reservas de la biósfera propuesto originalmente por el Programa del Hombre y la Biósfera (MAB-UNESCO); El establecimiento de mecanismos de gestión participativa basados en la colaboración entre dependencia gubernamentales, las comunidades agrarias, organizaciones campesinas y asociaciones civiles locales; La generación de información y conocimiento a través de la investigación y el monitoreo sobre los valores naturales y culturales del área, los procesos ecológicos y las interacciones sociedad-naturaleza aplicados con un enfoque de manejo adaptativo y el fortalecimiento de capacidades para la gestión y manejo de los recursos naturales a través de programas educativos y de capacitación dirigidos pobladores de la región, técnicos y científicos, así como a través de la educación ambiental y los servicios técnicos en acompañamiento de iniciativas locales sobre problemas ambientales.
En este largo andar,sus directores han sido, Rafael Guzmán Mejía, Enrique Jardel Peláez, María del Rosario Pineda López, Eduardo Santana Castellón, Luis Eugenio Rivera Cervantes, Ramón Cuevas Guzmán, Luis M. Martínez Rivera.

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