Murciélago vampiro (Desmodus rotundus). Foto de Francisco J. Durán tomada del Museo Nacional de Costa Rica. |
La anfitriona de la sesión expuso
el trabajo La dieta y la evolución craneal de los murciélagos, acerca de
cómo el tipo de alimentos que consumen estos animales ha ido determinando la
evolución de la forma y otras características de sus cráneos. En este trabajo
se siguen algunos hallazgos de la doctora venezolana Sharlene Santana, quien ha
hecho investigaciones de la morfología de las diversas especies de murciélagos.
La ponente comenzó su exposición afirmando
que los mamíferos tenemos muy diversos tipos de alimentación, por lo que han
evolucionado diferentes estructuras que la facilitan. “Somos lo que comemos”,
dijo, en el sentido de que la comida ha ido definiendo la forma del cráneo de
cada especie. En el caso específico de los murciélagos, existen especies que se
alimentan de forma radicalmente distinta, desde los que comen insectos hasta
los que se alimentan de la sangre de otros animales, pasando por los frugívoros
y los que pescan. Al no poder usar sus patas delanteras para sujetar su
alimento, por haber evolucionado a alas, se valen para esto del hocico, incluso
los hay que comen mientras vuelan. En estas especies es más notoria, entonces,
la influencia de la comida en la forma que han ido tomando sus cráneos, con diferencias
muy notables en los dientes, la forma y extensión de algunos músculos que
participan en la masticación, entre otros.
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