Alejandro Medina (izq.) y Manuel Rodríguez (der.) |
Este jueves 4 de abril será
inaugurada en el Museo y Centro Regional de las Artes la exposición Los Hipies,
que reúne obra de artistas jaliscienses de diversas edades, estilos y técnicas
para hacer un homenaje al pintor autlense José Atanasio Monroy. La semana
pasada tuvimos la oportunidad de sostener una plática con dos de los artistas
que promueven esta exposición: Alejandro Medina Gómez, de origen autlense, y
Manuel Rodríguez, ambos tapatíos y pintores.
Para la entrevista elegimos un
lugar emblemático en la vida de Monroy y que aparece en su obra: el jardín de
Las Montañas, que desde 1993 lleva como nombre oficial el de este pintor. Frente
a la antigua fuente de piedra y entre los ruidos cotidianos en este lugar, que
van desde el canto de un pájaro hasta los motores de los minibuses y las
motocicletas, pasando por el acompasado tañer de las campanas y la cascada voz
de José José cantando canciones decadentes, escuchamos a los pintores hablar de
quiénes son y de la exposición que promueven.
Los pintores
Manuel Rodríguez, de 31 años de
edad, nos dijo que ha pintado desde su infancia y viene de una familia de
músicos, por lo que no tuvo problemas para que sus padres aceptaran que se
dedicara al arte. Estudió en el CUAAD de la Universidad de Guadalajara, lleva
once años pintando de manera profesional y ha tenido obra en España, Alemania y
en la ciudad de México. Ha trabajado, sobre todo, en colectivos en Guadalajara,
como No Somos Nada o La Extensión. Con Alejandro Medina y otros artistas
jóvenes de Guadalajara, tiene la intención de descentralizar el arte y realizar
exposiciones e intercambios con espacios, colectivos y artistas de todas las
regiones de Jalisco.
Alejandro Medina creció en una
familia con sensibilidad hacia los oficios manuales y las artes, los Gómez de Autlán,
entre quienes se encuentra el escritor Juan Manuel Gómez Sandoval. Siempre tuvo
apoyo y respaldo para desarrollarse en el ámbito artístico y, aunque vive en
Guadalajara, tuvo presente la identidad autlense por medio de sus familias
materna y paterna. Tiene más de seis años dedicado a las artes plásticas, estudió
Diseño Gráfico y Artes Plásticas, aunque ambas carreras las dejó truncas. En Guadalajara
ha trabajado con varios colectivos, junto con su pareja trabaja actualmente en la
galería Sala Rara, en el cruce del Paseo Alcalde y Angulo, en el centro histórico.
Autlán está presente en su obra a través de las historias que se han
transmitido de forma oral en su familia, que ha escuchado y asimilado desde
niño.
Esta Sala Rara tuvo un inicio espontáneo,
es el estudio de Alejandro, Katrina VG, Paula Trujillo y el fotógrafo Roy
Salazar. Es un espacio en el que se busca tener libertad creativa, ahí se puede
ver obra de artistas de diversos orígenes. Conviven muchas expresiones y muchas
edades, tiene de vecino a un árbol de guamúchil, lo que lo vincula con Autlán. No
existe en la Sala Rara otro manifiesto o visión del arte que “el buen hacer y
el buen pintar”. Son personas que viven del arte y quieren compartirlo.
Los Hipies
Los artistas que participan en
Los Hipies tienen la intención de venir a compartir el arte, pero también de
establecer vínculos con los artistas de aquí; pretenden no solo exponer en
Guadalajara sino en todas las regiones de Jalisco. Consideran que, a veces, las
cosas se pierden en ciudades grandes, en lugares más pequeños la recepción
puede ser más sincera y espontánea. En la exposición hay obra que pretende
reinterpretar a Atanasio Monroy; hay pintura, fotografía, escultura y otras
manifestaciones, incluyendo obra del taller de grabado La Chayotera, de Mezcala,
dirigido por Óscar Basulto, promotor de Rutas Plásticas Jalisco. Es una
exposición “justa, perfecta, que se dio por la causalidad”; los artistas que
exponen tuvieron un mes para preparar obra para exponerla. El título de Los Hipies
viene de un cuadro de Monroy que lleva ese nombre. Lo tomaron porque el
personaje de ese cuadro es un outsider, un raro o distinto. Se van a
exponer 56 piezas en total, en diversos formatos.
José Atanasio Monroy
Alejandro menciona que le gustan
los pintores conscientes de su época y que retratan su cotidianidad y lo
infravalorado, le parece una actitud valiente y valiosa que encuentra en Atanasio
Monroy. Dentro de la sencillez aparente de la obra de este pintor autlense
encuentra una complejidad muy bella de cómo retrató su época, de cómo era vivir
en ese tiempo. Ve eso en algunos pintores contemporáneos, que retratan la forma
de vida en la ciudad, la movilidad, los problemas y cómo se desarrollan las
sociedades.
Manuel opina que Monroy pudo
haber sido amigo de ellos, puesto que hacen básicamente las mismas cosas. Pintó
la realidad del México que vivió y “aportó demasiado a su tiempo”; ellos
aspiran a aportar en su propio tiempo, transmitir el legado de Monroy y
apoyarse en él para continuar con su trabajo. Quieren hacer una conexión con
los artistas autlenses y seguir exponiendo aquí, pero también invitarlos a
exponer en Guadalajara. Están abiertos a llevar la exposición a otros espacios,
aunque aclaran que ellos son pintores y no promotores, necesitarían ayuda en
esta tarea; pero prometen hacer un catálogo de obra de pintores autlenses para que
se conozca en Guadalajara.
Los autores esperan encontrarse con los autlenses, artistas o no, conocerse, convivir y platicar con nosotros, para establecer un vínculo creativo entre Autlán y Guadalajara a partir de la obra de Monroy.
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