Martha Ibarra en su exposición. |
La sesión de este miércoles
estuvo a cargo de Martha Pilar Ibarra López, doctorante por el CINVESTAV cuyas
líneas de investigación incluyen las comunidades de mamíferos y las zoonosis. Comenzó
a las 18:05 horas, con la asistencia de poco más de 30 personas. Ella tituló su
presentación con el sonoro nombre de La comedia trágica de cómo los bosques
vacíos nos acercan peligrosamente a las enfermedades. Nada menos.
La doctora María Magdalena
Ramírez Martínez, académica del Centro Universitario de la Costa Sur, dio la
bienvenida a los asistentes y presentó a la ponente, arrancando con esto la
sesión. La ponente comenzó explicando algunos de los servicios que dan los
bosques y la naturaleza en general, entre los que hay culturales, de soporte y
de regulación, entre otros. Estos servicios se ven alterados cuando se cambia
el uso del suelo, por diversas actividades y necesidades humanas: extracción de
diversos recursos y materiales, construcción, deforestación, defaunación y
otros. En estos dos últimos casos hay un impacto en las cadenas tróficas, es
decir, al escasear individuos de una especie pueden proliferar los que le
siguen en la cadena alimenticia, alterando con esto la proporción de especies
en un ecosistema.
En cuanto a las zoonosis, que son
las enfermedades que se transmiten de animales a humanos, dijo que, del total
de enfermedades que se conocen, el 60% son de este origen; de ellas, el 75% son
emergentes, es decir, que son recientemente descritas. En esta parte, la
doctorante explicó todos los elementos que intervienen en la transmisión de
zoonosis, como los patógenos, los vectores, que son los vehículos en los que
los patógenos pasan de una especie a otra; y los organismos hospederos. También
explicó las características y formas de transmisión de algunas enfermedades de
este tipo, como la de Lyme, que transmiten las garrapatas, y la de Chagas,
transmitida por las chinches.
En esta ponencia también
conocimos datos que la ponente ha obtenido en investigaciones recientes. Nos describió
un estudio realizado en la selva yucateca para determinar la presencia de
vectores y organismos hospederos de enfermedad de Chagas en zonas con distintos
grados de conservación: en conclusión, se encontró que en los lugares menos
conservados hay mayor riesgo de transmisión, al existir menos abundancia de animales
grandes, lo cual inhibe el efecto de dilución, es decir, los vectores “reparten”
los patógenos entre menos individuos.
Al terminar la ponencia y luego
de un cálido aplauso, los asistentes continuamos la plática en corrillos, al
calor de la cerveza.
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