miércoles, 6 de junio de 2018

Gelar Haro, promotor contracultural


Desde el año 2015 a la fecha hemos visto en Autlán un resurgimiento de la escena rockera, manifestada especialmente en la frecuencia de la organización de conciertos y en la calidad de las bandas que en ellos se han presentado. En junio de ese año, a mes y medio de la jornada violenta del 1 de mayo, se presentaron la banda grunge zapotlense The Fifteens y los punketos autlenses Los Olvidados en la pizzería Pizza & Rock de la colonia Echeverría, sitio donde se seguirían organizando conciertos, cada mes, hasta septiembre: en esa serie de tocadas visitaron por primera vez el pueblo bandas que se convertirían en favoritas del público regional, como Nuestros Santos y Rancho Posers.
Para julio de 2016 el panorama empezaba a consolidarse con el nacimiento de lo que ha dado en llamarse el Festival Rockautlan: una serie de conciertos, realizados dos veces por año, que han sido la vía para que bandas consolidadas como Transmetal o Fuck the monster compartan escenario con bandas locales como Perfylic, Los Olvizarros o Calkutta bitch y que sirvió incluso para que por primera vez tocara aquí una banda de rock europea: Stab Zs-Co, de la República Checa.
Una pieza fundamental para la realización de toda esta inédita actividad rocanrolera ha sido el promotor Gelar Haro, originario de la colonia Independencia de Guadalajara pero avecindado en Autlán desde hace unos cinco años, luego de casarse con una autlense. Dedicado profesionalmente a llevar la agenda de varias bandas de rock en México y el extranjero, Gelar tiene una carrera ya dilatada en este género musical: desde 2001 figuró como vocalista de las bandas tapatías Subterfuge y Moonster, con las que hizo varias visitas a Autlán entre 2005 y 2008, además de Here comes the Kraken, con la que hizo una gira por Europa en junio de 2010. Después de esa fecha se ha dedicado al manejo de bandas y a la organización de sus agendas.
Según nos contó Gelar en una plática que tuvimos en su negocio, un pub de tipo europeo que lleva el nombre de Hooligans, la idea de organizar estas series de conciertos tuvo primordialmente una motivación personal, la de traer a Autlán algo de lo que a él le gusta hacer y de esta forma combatir el aburrimiento de estar encerrado trabajando. Pero también pretende con esto algo más: diversificar la oferta artística en Autlán y la región, así como ofrecer una opción de entretenimiento a los aficionados a los géneros musicales alternativos. Ese es el motivo de hacer las gestiones necesarias para traer a este tipo de bandas hasta Autlán, lejos de los grandes circuitos metaleros del país.
Gelar nos cuenta que considera a la escena rockera autlense como dotada de talento, aunque necesita despertar y organizarse. Cree que la esperanza a mediano plazo para que esta escena se fortalezca está en los más jóvenes, en edades que van de la secundaria a la preparatoria, porque son personas que todavía están abiertas a asistir a conciertos, así como a aprender a tocar un instrumento y formar una banda y todavía no padecen la tragedia del egocentrismo. Hacia ellos dirige preferentemente la publicidad del festival Rockautlán, tratando de replicar lo que se logró en la escena metalera de Guadalajara a principios de la década pasada, cuando gracias a este segmento de la población se logró tener un movimiento fuerte. En pocas palabras, Gelar hace un trabajo de formación de público, que complementa con el programa de radio El Riff, que se transmite en la emisora Autlán de Radio Universidad.

En rueda de prensa para el Festival Rockautlán vol. 2

Después de cinco ediciones de Rockautlán y con la sexta ya en el horizonte, Gelar puede obtener algunas conclusiones, que comparte con nosotros: le permitió depurar la lista de sus posibles socios, que lo dejaron solo en las primeras ediciones del festival y propició el encuentro con otros, como los productores de la cerveza artesanal Autlantis, con quienes ha formado alianza para los próximos festivales. También concluye con la certeza de que en Autlán hay afición al metal y al rock en general, que va despertando y manifestándose cada vez con mayor energía conforme transcurren nuevas ediciones.
Y Gelar piensa seguir en esto, hasta llegar a su destino o hasta topar en pared, siguiendo la enseñanza de su abuelo: tratar de ser no uno más sino “uno nada más”.

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