Bianca Cordero es una joven autlense dedicada al arte de la laudería y que actualmente radica en Cremona, Italia. Para conocer algo sobre su profesión y su experiencia en el Viejo Mundo, le hicimos una entrevista virtual, que compartimos enseguida con ustedes:
1.- Por favor, anota tu nombre, el de tu profesión, fecha y
lugar de nacimiento:
Nombre: Bianca Lizbeth Cordero Silva.
Profesión: Laudera.
Lugar
y fecha de nacimiento: Autlán de Navarro, Jalisco. 15 de diciembre de 1985.
2.- ¿Cuánto tiempo viviste en Autlán?
Nací
y crecí en Autlán, a los 17 años me fui a estudiar violín a Guadalajara
(Profesional Medio en Música en la U de G).
3.- ¿A qué escuelas asististe?
En
Autlán estudié en el Centro Escolar Chapultepec, en la Secundaria Manuel
López Cotilla y en la Escuela Preparatoria Regional de Autlán.
4.- ¿Comenzó aquí tu interés por la laudería? Si es así,
¿cómo comenzó a manifestarse este interés?
En
Autlán comenzó mi interés por el violín que después derivó en mi pasión por la
laudería.
5.- En tu personalidad y desenvolvimiento profesional ¿llevas
presente algo de lo que aprendiste en Autlán o algo que te hubiera marcado
durante tu vida aquí?
En
mi personalidad, definitivamente sí. En mi profesión considero que también, ya
que en Autlán tuve una educación básica de gran calidad y en lo musical siempre
he encontrado inspiración en mis maestros.
6.- ¿Cuáles han sido tus estudios formales en música? ¿Cuál
es tu especialización?
A
los 14 años ingresé a la Escuela de Artes, recibí clases de solfeo y teoría de
la música con el mtro. Gabino Gómez y de violín con Víctor Ambriz, también
formé parte del Grupo Coral Autlán dirigido por el mtro. Fausto Nava.
Posteriormente decidí estudiar el Profesional Medio en Música (U de G) en
violín bajo la tutela del mtro. Vladimir Milstein; al terminar, me trasladé a
Morelia, Mich. donde tomé clases de violín con la Mtra. Gellya Doubrova, fue en
este periodo que conocí la laudería y decidí estudiarla formalmente, por
consejo de la maestra. Así que, ingresé
a la Licenciatura en Laudería que oferta el INBA en la ciudad de Querétaro,
Qro. En donde -como parte de la curricula de la carrera- estudié viola con el
Mtro. Arshak Hayrikyan, instrumento que toco hasta la fecha y que me ha permitido
desarrollarme como atrilista en diversos ensambles de música de cámara.
7.- ¿Cómo fueron tus inicios profesionales o tus primeros
trabajos?
8.- Antes de llegar al punto de tu carrera en que estás
actualmente, ¿qué clase de trabajos o proyectos desarrollaste?
Mis primeros trabajos fueron de encintado de arcos, limpieza,
ajuste de sonido (montaje) y pequeñas reparaciones de instrumentos,
principalmente, de fábrica.
Cabe señalar que desde el 2014 colaboro con el laudero mexicano
Adrián Salazar que goza de gran prestigio –especialmente- en la construcción
históricamente informada de instrumentos del periodo barroco.
En
el 2015 recibí la primera solicitud para la construcción de una viola
profesional con requerimientos acústicos específicos.
9.- Para alguien que no tiene grandes conocimientos en laudería,
¿cómo describirías tu profesión?
“Un luthier, lutier, laudero, lutero o violero es una persona que
construye, ajusta o repara instrumentos de cuerda frotada y pulsada (…)
Luthería, liutería o laudería provienen de la raíz luth (laúd) a su vez procedente del árabe al-´ud que significa ´la madera´ o ´madera que canta´. Es una
ciencia amplia que abarca múltiples disciplinas relacionadas con la música: su
historia, métodos de construcción, estudio de materiales, innovaciones de
mecanismos y accesorios que optimicen su rendimiento y resultado sonoro, etc.
En los aspectos teóricos, se basa en el estudio de la historia de la música, de
la física acústica, química, etc. En el ámbito práctico se apoya en numerosas
publicaciones sobre materiales y técnicas para la construcción de instrumentos
musicales” (léase: www.musicaantigua.com/liuteria).
En
mi caso, me especializo en la construcción y mantenimiento de instrumentos de
la familia del violín, el denominado “cuarteto clásico”: violines, violas y
violonchelos.
10.- En tu profesión, ¿tienes algunas técnicas o formas de
trabajar que sean de particular interés?
La laudería tiene una historia fascinante que se ha desarrollado
en diversas partes del mundo.
Desde
el siglo XVII la laudería se asocia generalmente con las ciudades de Cremona,
Mirecourt y París. Es en Cremona donde desarrollaron su actividad familias de
constructores como los Amati (3 generaciones que van de 1505c. A 1684),
posteriormente, la familia Guarneri, Antonio Stradivari (1644c. - 1737), entre
otros; llevando a la construcción de instrumentos de la familia del violín a un
altísimo nivel (“época de oro de la liuteria italiana”) y cuyas técnicas de
construcción son muy valoradas en todo el mundo, hasta nuestros días.
11.- ¿Hay algunos proyectos o trabajos en los que has
participado que puedas señalar como principales, mejores o favoritos? Si es
así, ¿cuáles serían éstos y por qué los consideras así?
Personalmente,
cada instrumento que hago es un proyecto y en el lapso que lo desarrollo ocupa
mis pensamientos, atención, energía… todos mis sentidos. Pero si tengo que
señalar un proyecto favorito en particular, sería el violín que terminé
recientemente, ya que es mi primera aproximación a la interpretación del estilo
de construcción de Nicolò Amati (1596-1684) quien es, junto con Antonio
Stradivari, uno de mis autores favoritos.
12.- ¿Puedes decirnos algo sobre algún o algunos proyectos
que tengas en el corto o mediano plazo?
El
proyecto que está en puerta es la construcción de un violonchelo (Forma B de A.
Stradivari). Es un instrumento muy especial, ya que me lo ha solicitado una
amiga muy querida, a quien conocí en el Departamento de Música de la U de G.
13.- ¿Cuáles son algunos de los equipos o herramientas que
utilizas en tu trabajo?
Es
un trabajo artesanal, hecho completamente a mano. Existen muchas herramientas
especializadas para la laudería, entre ellas: gubias, formones, navajas,
calibrador, escuadras, compás, regla, cepillos para madera, sierras de mano,
limas, rima, fileteador, etc.
14.- ¿En qué lugar vives y por qué decidiste vivir ahí?
Actualmente
vivo en Cremona, Italia. Cremona cuenta con un promedio de 300 talleres
profesionales de laudería, conviertiéndola en la “meca” de la laudería moderna.
Es posible aprender del trabajo de los lauderos que desarrollan sus actividad
profesional aquí. Estudio en la Scuola Internazionale di Liuteria del Istituto
Stradivari, con el reconocido Maestro Davide Sora (cuyo trabajo conocía solo
por vídeos en internet y que ahora es una gran inspiración). Además, vivir en
Cremona me da la oportunidad de asistir a conciertos con músicos de fama
internacional, ya que la ciudad cuenta con una gran oferta cultural. Como
estudiante de la Scuola Internazionale di Liuteria tengo el beneficio de entrar
gratuitamente al Museo del Violino (único en su tipo en todo el mundo), y así estudiar minuciosamente las obras de los
grandes maestros cremoneses e incluso asistir a algunas audiciones de los
mismos. Aquí en Cremona, es posible comprar los mejores materiales (madera,
resinas, etc.) y herramientas necesarias para el desarrollo de este menester.
15.- ¿Cuáles han sido algunas de tus principales
experiencias fuera del país?
Gracias
a una beca otorgada por la Fundación INBA, en el 2014 realicé una estancia de
investigación sobre el barroco hispánico con el Dr. Antonio Ezquerro, en el
CSIC de Barcelona, España. Posteriormente, en el 2015 tuve la oportunidad de
tocar la viola en el Ensamble “Antiqva Metropoli” con quienes participé en un
curso de perfeccionamiento en la interpretación de la música del periodo
barroco (dirigido por el violinista Luca Giardini) y un par de conciertos en
Cesena, Italia. Algo extraordinario, primero, por la experiencia tocar con
músicos profesionales y talentosos; y además porque, para esta ocasión,
construí una viola barroca personalizada para mi: tocar el propio instrumento
es una emoción por partida doble.
16.- ¿Cómo ayuda el contacto con otras culturas para
desarrollarse como persona y como profesional?
Pienso
que estas experiencias ayudan, por un lado, a valorar nuestra cultura y
reafirmar la identidad; por otro lado, permite conocer la historia, el arte, la
cultura y maneras de vivir de otras regiones del mundo. He aprendido a respetar
diferencias y a identificar convergencias.
17.- ¿Cómo fue su adaptación a culturas diferentes?
Ha
sido muy paulatino, personalmente enriquecedor y –afortunadamente- lleno de
buenas experiencias, he conocido a muchas personas interesantes.
18.- ¿Cuál es la imagen de México y su cultura en otros
países?
Yo
percibo que la cultura mexicana tiene un gran aceptación en el extranjero; si
bien el país tiene serios problemas, por todos conocidos; los mexicanos
conservamos una imagen muy buena, en general… por lo menos esta ha sido mi
experiencia.
19.- ¿Tus compañeros y/o amigos en el extranjero conocieron
algo de la cultura de Autlán? Si es así, ¿cuál fue su reacción?
Yo
siempre hablo de Autlán, de su clima, de Antonio Alatorre, de su biodiversidad,
de la grana (muy apreciada como colorante de los barnices en laudería), de su
tranquilidad. Y cocino la comida que me enseñó a hacer mi mamá, todos adoran
las tortillas. También me he dado cuenta que todo el mundo conoce la música de
Carlos Santana y cuando les comento que es mi coterráneo se emocionan.
20.- ¿Crees que en Autlán existan las condiciones para el
surgimiento de talleres de laudería?
No
estoy segura. Los instrumentos hechos a mano por un laudero tienen un costo
elevado (con respecto a los instrumentos de fábrica) y generalmente son
instrumentos requeridos por músicos profesionales.
21.- ¿Qué recomendarías a los jóvenes autlenses interesados
en la laudería o en la música para lograr un desarrollo profesional exitoso?
Estudiar
mucho, aplicarse, leer, prepararse, alimentar la curiosidad… esforzarse por desarrollar
una profesión digna, que no sólo les de para vivir si no que les proporcione
una realización integral.
22.- Comparado con ciudades de similar tamaño en
México y otros países, ¿cómo consideras el nivel cultural de Autlán?
Creo
que es muy bueno. Estoy muy agradecida y orgullosa de mi ciudad y de todas las
personas que trabajan para mejorarla a través del arte y la cultura.
Mensaje extra.
Solo agradecer a Guillermo Tovar la oportunidad de compartir por
este medio el lugar que tiene en mi vida, mi profesión. No solo se trata de
construir y vender objetos sonoros; pienso que lo verdaderamente importante es
construir relaciones que perduren. Al final, un instrumento musical es un
compañero de vida con el que el músico comparte muchas horas de su vida. Entre
el laudero y el músico también se crea una relación muy especial: en la mayoría
de los casos, los músicos que me solicitan un instrumento y yo compartimos
ideas, emociones y lazos que solo la música es capaz de crear.
Cada
quien tiene un camino, el que yo elegí en la laudería es el de la búsqueda de
un sonido que funcione para hacer música, a través de la creación “objeto
bello”; es decir, laudería al servicio de la música. Estoy consciente que es un
camino complejo que me llevará toda la vida, pero vale la pena. Como laudera no
busco verdades definitivas, me gusta aprender con cada instrumento.
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