La actividad culminante del primer día de la XXI Semana Cultural Universitaria fue, como se ha hecho una costumbre en los últimos años, una verbena realizada en la Plaza Cívica, con la participación de alumnos de las distintas carreras del CUCSur y de la EPRA. La verbena comenzó antes de las 19:00 hrs., al término del desfile inaugural de la Semana Cultural.
Mucho antes de que comenzara la música en el escenario habilitado frente al obelisco de los Niños Héroes, ya había mucho movimiento en la kermesse, donde los alumnos de las carreras que ofrece el CUCSur ofrecieron tacos al vapor y de carne asada y adobada, pasteles, botanas, pozole, enchiladas, agua fresca, refrescos y gran cantidad de otros productos para comer y beber, en los puestos de lámina instalados en el costado oriente de la plaza.
Al centro de la plaza se colocaron dos bandas de música, de las conocidas como tamborazos, una al pie del asta monumental recientemente inaugurada y la otra bajo los árboles que quedan frente a ésta, hacia el sur. Su música, que irremediablemente remite al Carnaval, los pregones y bullicio de la kermesse, la juventud de la mayoría de los cientos de asistentes y el fresco viento del poniente, que a esa hora alivia los rigores del calor del día, más el espíritu festivo propio de la verbena le dieron a la tarde una notable sensación de alegría y disposición al disfrute.
Leiden. |
Ya sobre las 20:00 hrs. y en una plaza sumida en la oscuridad (fue mucho más tarde que encendieron las luminarias con las que cuenta este espacio), comenzó la actuación de la primera artista de la noche, la cantante Leiden. Acompañada de un grupo de tres músicos (bajo y guitarra eléctricos y un multiinstrumentista que toca percusiones, trompeta y acordeón) ofreció un concierto de más de media hora de duración, con una propuesta que no puede clasificarse dentro de un género en particular, siendo esta característica una de sus virtudes. Escuchamos elementos de la trova en sus letras, cantadas por una potente y limpia voz jazzera y percusiones que por momentos recuerdan a las de una batucada y que son capaces de tocar desde una pieza bailable hasta una ranchera electrificada. El público hizo al grupo regresar un par de veces a tocar otra pieza después de haberse despedido.
Los Konfidentes de la Sierra. |
Enseguida salió al escenario el cuarteto Los Konfidentes de la Sierra, originario del municipio de Mezquitic y cuyos integrantes son de la etnia huichol. Se trata de un grupo de cuerdas (bajo, dos guitarras y un violín) que ofreció un repertorio basado en piezas bailables (cumbias, les llaman) cuyas letras están compuestas en su idioma natal, alternadas con canciones de música grupera cantadas en español. La energía de la ejecución del violinista y líder del grupo, que no lo haría ver mal en un grupo de rock, y la propuesta musical del grupo obtuvieron la atención y las ovaciones del público, que se congregó en buen número frente al escenario para bailar y hasta corear lo que tocaban los konfidentes.
El programa musical fue cerrado con la participación de los alumnos de la Escuela Preparatoria Regional de Autlán mediante grupos de diversos géneros musicales.
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