Publicado originalmente en Letra Fría.
Una de mis diversiones favoritas, y de las que puedo seguir disfrutando a pesar de las obligaciones laborales, paternales y de estudios, es trasladarme a mis distintos asuntos, siempre que puedo, caminando. Además del consabido beneficio del ejercicio moderado para el cuerpo y del placer de estar en contacto directo con el pueblo y mis conciudadanos, un entretenimiento extra de esta actividad es conocer el nombre de las diferentes calles, portales, jardines, edificios y casi cualquier lugar susceptible de ser elegido para eternizar el recuerdo de algún personaje, haciendo siempre mentalmente un recorrido por la biografía de cada uno y cavilando el motivo por el que se habría decidido bautizar así a cada lugar.
En Autlán, como en todos los pueblos y ciudades del país, a partir de la llegada del nacionalismo revolucionario fuimos sustituyendo los sencillos, útiles y hasta poéticos nombres que la costumbre y el uso habían ido imponiendo a los distintos lugares dentro del pueblo (la calle Honda, la calle del Instituto, los barrios del Campamento o de la Ondina) con los de personajes tomados de la Historia oficial. Así, vamos de los nombres más convencionales y omnipresentes (Juárez, Hidalgo, Carranza o Independencia Nacional) hasta nombres de benefactores del pueblo y solamente conocidos en la región, como José Corona Araiza, Antonio Borbón o Felipe Uribe. Los contrastes no paran aquí: también vamos de nombres de grandes artistas e intelectuales, como Clemente Amaya, Antonio Alatorre o José Clemente Orozco hasta oscuros funcionarios preparatorianos como Luis Rafael Martínez Pérez y próceres del partido político al que le tocó en suerte gobernar el municipio en algún momento, como los priístas Luis Donaldo Colosio o Luis Echeverría.
El observar el asunto de la nomenclatura urbana también tiene su lado curioso: tenemos por ejemplo una calle que no tiene domicilios (Ernesto Medina Lima), un nombre mal escrito que se eternizó con la costumbre (Mariano Bárcenas en lugar de Mariano de la Bárcena) o la mezcla de nombres como Simón Bolívar y Libertadores con Las 3 Carabelas y Cristóbal Colón en una misma colonia (Las Américas, of course).
Para ahondar en el conocimiento del nombre y los nombres que conforman al pueblo de Autlán, recomiendo ampliamente (apenas hace una semana celebrábamos el Día Mundial del Libro), la obra de don Ernesto Medina Lima, en especial el libro Calles y barrios de Autlán. Es de muy mal gusto no conocer al personaje cuyo nombre lleva la calle donde vivimos.
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