Crónicas de Autlán de la Grana, Jalisco es una recopilación de 17 textos sobre historia de Autlán escritos por el recordado cronista municipal don Ernesto Medina Lima, publicados en un libro editado en conjunto por el CONACULTA, el CUCSur, la Secretaría de Cultura del Estado, el Ayuntamiento de Autlán y el Consejo Ciudadano de Cultura del municipio. De este libro se han impreso dos ediciones, la primera en el año 2000 y la segunda en 2005, ambas actualmente agotadas.
Las 17 crónicas que comprenden el libro no tienen un hilo conductor, sino que son independientes entre sí, en todos sentidos. Están presentadas en orden cronológico, comenzando con la historia del cacique indígena Capaya y siguiendo con escritos sobre algunos de los eventos históricos más importantes o significativos para los autlenses: la evolución de la producción de grana, los principales terremotos que han asolado al pueblo, el Carnaval, las semblanzas de Antonio Borbón, Isidro Michel y del poeta Jesús Nava, la poesía y la música en Autlán, los primeros clubes deportivos, las historias de la Sociedad Mutualista y de la Sociedad Mutualista de Señoras y Señoritas, una interesante y sabrosa descripción de la vida cotidiana en Autlán en tiempos de Antonio Alatorre (años 20s a 40s), la educación en Autlán y una crónica de la sociedad autlense.
En la primera edición, que lucía en la portada el cuadro donde Atanasio Monroy retrató el templo de Las Montañas, se incluye una semblanza histórica de la Cámara de Comercio de Autlán, que no aparece en la segunda edición. Esta primera tiene la particularidad de haber sido el primer libro de un autlense en haber sido presentado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en su edición del año 2000.
En la segunda edición, en cambio, se incluyen dos textos que no aparecen en la primera: la crónica de la primera corrida formal que ocurrió en Autlán, aquella donde alternaron Alberto Balderas y Jesús Solórzano en 1940, y una historia del Hotel Valencia. Esta edición tiene en su portada y contraportada precisamente una fotografía de este hotel en los años 20.
Todos los textos del libro están escritos en el estilo claro y sencillo característico de don Ernesto. Esto y la profusión con que el autor difundió la historia de Autlán (en libros, revistas, radio y otros medios) contribuyeron a que el autlense promedio conociera mejor la historia de su terruño.
Todos los textos del libro están escritos en el estilo claro y sencillo característico de don Ernesto. Esto y la profusión con que el autor difundió la historia de Autlán (en libros, revistas, radio y otros medios) contribuyeron a que el autlense promedio conociera mejor la historia de su terruño.
Sobra decir lo interesante que resulta la lectura de este libro para cualquier autlense. Se trata, después de la obra Autlán, del doctor Rubén Villaseñor Bordes, de la más completa recopilación histórica de nuestro pueblo. Y para los no autlenses, también contiene un elemento de interés: el prólogo fue escrito por el filólogo Antonio Alatorre, uno de los intelectuales mexicanos más importantes del siglo XX.
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