Es ya un lugar común decir
que los diferentes asuntos de la vida no son de color blanco o negro, sino que
tienen matices que los individualizan y hacen necesario analizarlos
profundamente antes de emitir un juicio sobre ellos. Eso pasa, por ejemplo, con
los participantes en una confrontación: sus protagonistas no solo son
antagonistas entre sí sino individuos de carne y hueso con ideas y sentimientos
propios.
Uno de los personajes más
interesantes de los que participaron en la guerra de Independencia en nuestra
región fue la señora María Josefa Contreras, esposa y compañera del cabecilla
insurgente Ignacio Sandoval quien, entre otras cosas, atacó tres veces a Autlán
y otra a Colima, antes de ser derrotado en la batalla de Palo Blanco, cerca de
Tecolotlán. Aprehendida en la villa de Colima, a la señora Josefa se le siguió
un proceso por su participación en el bando insurgente, en el que sirvieron de
testigos varios españoles que habían sido prisioneros de su marido.
Según los documentos dados a
conocer por el cronista Carlos Boyzo en su libro La Independencia en la Región de Autlán y Costa de Jalisco (por
cierto, ya agotado), uno de los testigos de su proceso fue el cura de Ayutla
don Juan José de Agraz, quien la acusó de haber vertido “muchas expresiones
incendiarias y duras” contra el gobierno virreinal, un delito grave en el
momento histórico que se vivía.
En cambio, hubo muchos
testigos españoles que hablaron a favor de doña Josefa, por haberles salvado la
vida o haberles ayudado incluso a recobrar la libertad gracias a los ruegos y
peticiones que le hizo a su marido, aun exponiéndose a maltratos y
humillaciones.
El español Eulogio Corral,
por ejemplo, declaró que “habiéndolo querido degollar Sandoval por haberse
pasado en la gavilla de éste, que el declarante era emisario del Rey, la dicha
reo lo libró de esta desgracia y aún de que le pusieran dos pares de grillos.
Que lo dicho acaeció en Autlán de la Grana donde se hallaba el que declara…”
Y como este, Boyzo exhibe
diez testimonios por el estilo, donde María Josefa Contreras aboga por la
libertad o la vida de prisioneros españoles, aunque fuera ella misma partidaria
de los insurgentes.
Entonces, ni todos los insurgentes mataron españoles
indiscriminadamente ni todos los vecinos españoles odiaban tanto a los rebeldes
como para no testificar a favor de ellos. Lo mismo puede aplicarse, con toda
seguridad, en cualquier otro conflicto.
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