domingo, 22 de junio de 2025

Sesión académica del Capítulo Costa Sur BSGEEJ en El Rodeo

El doctor Hirineo Martínez Barragán en la lectura de su trabajo.

 Este sábado 21 de junio, el Capítulo Costa Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco (BSGEEJ) celebró en la agencia municipal de El Rodeo su sesión académica mensual, en el domicilio del doctor Hirineo Martínez Barragán. A la sesión asistieron unas 50 personas, entre socios de la BSGEEJ, miembros del ejido de Autlán, vecinos de El Rodeo e invitados, iniciando a las 10:20 horas.

El anfitrión presentó la conferencia El Rodeo, primer pueblo agrarista. Origen y evolución, un avance de un trabajo mayor que espera ver publicado en forma de libro sobre la fundación y la historia de la comunidad de El Rodeo, pueblo que nació con la dotación de tierras. Su exposición comenzó con referencias a mitos fundacionales, como los de Roma y la Ciudad de México, y a historias de fundaciones que se encuentran bien documentadas, como la de Villa Purificación y la de Guadalajara. El punto de arranque de la vida de El Rodeo es una antigua atarjea cuyas ruinas se conservan aún y que sirvió para almacenar agua traída mediante un acueducto desde un ojo de agua que se encuentra al pie del Cerro del Cabrito. A partir de esa atarjea se asentó la comunidad de El Cabrito, que se despobló violentamente a manos de las guardias blancas de la hacienda de Ahuacapán; en ese mismo punto comenzó el poblamiento de lo que sería el actual El Rodeo.

El ponente expuso datos duros de la evolución de El Cabrito y El Rodeo, a partir de los censos de población levantados a lo largo del siglo XX, donde se puede percibir la paulatina desaparición del primero de esos pueblos y el surgimiento, crecimiento y decadencia del segundo. Pero otra parte de la exposición se alejó de estos datos y se decantó por la microhistoria: nos habló del festejo de los agraristas junto a la dicha atarjea, luego de la primera dotación de tierras en el valle de Autlán, que se dio con carácter preliminar por el gobierno estatal de José Guadalupe Zuno, a cambio de que los agraristas depusieran las armas con que habían combatido a los rebeldes delahuertistas; escuchamos también sobre cómo se asentaron aquí los primeros ejidatarios, cómo fue el reparto de las parcelas y el trabajo que tuvieron que hacer para poder trabajarlas, “limpiando” primero los terrenos de maleza y utilizando herramientas rudimentarias, como la coa. De los ejidatarios que recibieron parcelas en este lugar, el doctor Hirineo dijo que algunos se avecindaron en Autlán, otros repoblaron El Cabrito y otros dieron origen a El Rodeo.

Luego de algunas consideraciones sobre el empoderamiento político de los ejidatarios, una de cuyas primeras manifestaciones fue la diputación de Casimiro Castillo en el Congreso local, los asistentes escuchamos sobre la vida cotidiana en El Rodeo en las décadas de 1960 y 1970, que le tocó presenciar a nuestro anfitrión: cómo se las arreglaban los vecinos sin luz eléctrica y los cambios a partir de que llega este servicio, la radio como entretenimiento y medio de comunicación, los viajes a Autlán a distintos asuntos, desde compras y trámites hasta asistir a la fiesta patronal, cuyo trayecto se hacía a pie, en bestia o en camioneta, la llegada de la primera troca, del primer molino de nixtamal, la época de oro del futbol en el pueblo…

Con un recorrido por las calles de El Rodeo, en el que describe su arquitectura y elementos urbanos, así como los cambios que se han ido operando en ellas a lo largo del tiempo y la mención de algunos de sus vecinos y los negocios que algunos de ellos tenían, siguió la plática del doctor Hirineo, en la que también narró las fiestas populares cuya música venía de un tocadiscos que tomaba la energía de la batería de una camioneta, los exámenes escolares públicos en los que los padres de familia solían apostar, los pleitos entre chiquillos y las tareas cotidianas en el campo y en la casa.

En la atarjea.


Sobre la atarjea, el ponente dijo que es “el lugar más colorido de todos”, a donde acudían los vecinos lo mismo a lavar ropa que a solo reunirse; abrevadero para el ganado y punto de partida de la historia del pueblo. Expuso algunas ideas para conservar el conjunto arquitectónico de la atarjea y el acueducto, así como posibles concursos de dibujo y escritura para conservar la memoria del pueblo.

Luego de la clausura de la sesión, a las 11:51 horas, realizada por el coordinador del Capítulo, doctor Carlos Adolfo Preciado Ortiz, algunos de los asistentes acudimos a conocer la famosa atarjea, cuyos restos y los del acueducto se ven en relativo buen estado. A su lado corre, sin uso, el agua del manantial, que propicia un ambiente fresco y abundante de árboles, con un alto potencial de ser un parque público, una vez que se resuelvan los problemas de posesión que, al parecer, existen actualmente en este sitio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias Guillermo por la reseña. Muy competa. Por algo será el cronista del municipio.