Entre los asistentes estuvieron
el presidente municipal, Gustavo Salvador Robles Martínez, los regidores del
Ayuntamiento de Autlán Rosa Esmeralda Zolórzano Gutiérrez, Yéssica Patricia
Limón Soltero, Myriam Luján Espinoza, Sarahí Viridiana Rodríguez Córdova y
Sergio Alejandro Contreras López, funcionarios municipales y representantes de
la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco, de la
delegación Autlán de la Cruz Roja Mexicana y de logias masónicas locales. Sin embargo,
el mayor número de asistentes fue de alumnos de la escuela primaria Paulino
Navarro y de la secundaria Jesús Velázquez, vecinas ambas de la Alameda.
El primer momento de la ceremonia
fueron los honores a la Bandera, con la participación de la escolta municipal y
la banda de guerra de la secundaria Jesús Velázquez. Enseguida, la jefa de Educación
y Actividades Cívicas, Claudia Alejandra Galván García leyó una semblanza del
general Paulino Navarro, nacido el 22 de junio de 1891 en la comunidad de El
Aguacate, en ese tiempo dentro del municipio de Autlán de la Grana. En la ciudad
de Autlán, Paulino Navarro desempeñó diversos empleos durante su infancia y primera
juventud, entre los que se destacan los de la docencia, en lo que hoy es el Instituto
Autlense y en la Escuela Superior para Niños de la maestra María Mares. Buscando
formarse como profesor, marchó a la ciudad de Colima, donde lo sorprende la
rebelión de Victoriano Huerta, integrándose enseguida al Ejército del Noroeste
de Álvaro Obregón, en el que inicia una carrera militar relativamente breve
pero fructífera, hasta su muerte en diciembre de 1923 combatiendo a la rebelión
delahuertista.
El cronista municipal, Guillermo
Tovar Vázquez, dio un mensaje sobre la vida de Paulino Navarro y su relevancia
en el ámbito militar, donde llevó a cabo tareas de importancia nacional, como
la investigación del asesinato de Pancho Villa y el combate a los rebeldes delahuertistas.
Sin embargo, destacó su vocación como profesor, trabajo que desempeñó en Autlán
y a la que pretendió dedicarse antes de que el remolino de la Revolución lo
llevara a la milicia. El cronista mencionó algunos de los lugares en Autlán y
en el país que llevan el nombre de Paulino Navarro, contrastando esta
abundancia con el desconocimiento que hay entre los autlenses sobre la vida y
obra de este general, a quien durante décadas no se recordó de manera pública. Recomendó
a los profesores y a los autlenses en general aprovechar la existencia actual
de bibliografía sobre la vida de Paulino Navarro para conocerlo y difundirlo:
mencionó los libros Una derrota inevitable, de Rafael Enríquez Lizaola, Paulino
Navarro. Un constitucionalista olvidado, de Carlos Martín Boyzo Nolasco, y
un folleto conmemorativo de su centenario luctuoso que se distribuyó de forma
gratuita y del que aún quedan ejemplares en la Casa de la Cultura. Por último,
recordó la propuesta de Rafael Enríquez Lizaola de traer a Autlán los restos de
Paulino Navarro, dada la condición de abandono y deterioro en que se encuentra
su tumba en el Panteón Francés de la Piedad en la Ciudad de México.
Por último, el presidente municipal,
Gustavo Robles, dio un último mensaje dirigido a los alumnos que asistieron a
la ceremonia, en el que habló del significado de hacer honores a la Bandera y
de recordar a los héroes nacionales, que hicieron sacrificios para lograr que
las generaciones actuales pudiéramos tener las libertades y servicios con los
que contamos.
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