La abogada Andrea Citlally Prado
Nava, anfitriona de esta sesión, impartió el taller “Superando el
adultocentrismo”, un tema que cuestiona el hecho de que las personas adultas se
encuentren en el centro de la vida social y cultural, sin tomar en cuenta la
opinión de los menores de edad. El taller comenzó con una explicación de la
necesidad de que los adultos y cuidadores reconozcamos en los niños y
adolescentes a sujetos de derechos humanos y dejemos de replicar formas de
educación heredadas de anteriores generaciones. La ponente pidió a los
presentes que nos presentáramos, con nuestro nombre y una característica de
nuestra personalidad que teníamos en nuestra infancia y que en la edad adulta
hemos perdido.
Enseguida, la abogada hizo una
amplia exposición sobre los derechos de las personas menores de edad, de quienes
dejó claro que no están en un nivel menor de derechos que los adultos. También explicó
los conceptos de adultismo y adultocentrismo, que se diferencian, entre otras
cosas, por ser el primero una discriminación basada en la edad y, el segundo,
la colocación de los adultos en el centro de la vida en común. Es necesario
para superar estas situaciones que se tome en cuenta la opinión de los menores
de edad en la toma de decisiones para asuntos en los que ellos estén
involucrados y que puedan entender a plenitud, como la celebración de fiestas,
menús de comidas, el destino de unas vacaciones. Pero también se debe tener
cuidado de no darles información que no estén preparados para entender y que
les pueda causar conflicto, como pueden ser las dificultades financieras, los
pormenores de un divorcio o un conflicto familiar grave.
También conocimos los
ordenamientos legales que establecen los derechos de niños y adolescentes, como
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, donde se consagra el
interés superior de la niñez; la Convención Universal de Derechos de Niños,
Niñas y Adolescentes, con 41 artículos para reconocer y garantizar estos derechos
por parte de las autoridades nacionales; y la Ley General de los Derechos de
Niñas, Niños y Adolescentes, que contiene 20 derechos de este sector de la población.
Mediante la educación con respeto a sus derechos humanos, un enfoque que busca
empoderar a los menores de edad y crear un entorno que propicie el desarrollo
de su potencial, se pueden alcanzar objetivos como el desarrollo de una
ciudadanía activa, que conozca sus derechos y alcance el empoderamiento, así
como la prevención de la violación de estos derechos.
La ponente explicó que superar el
adultocentrismo implica cuestionar y transformar la visión en la que el adulto
es considerado el estándar absoluto y tiene toda la autoridad sobre las
personas jóvenes. Superarlo favorece a las niñas, niños y adolescentes, pero
también promueve un ambiente más sano para todos.
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